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Análisis

¿Por qué Ferraz defiende la abstención en bloque si bastaría con 11 votos?

«La abstención técnica no serviría para mostrar una imagen fuerte del partido», señalan algunos expertos

Madrid Actualizado: Guardar
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El pasado domingo, el Comité Federal del PSOE decidió por 43 votos de diferencia que su partido se abstendría en la próxima sesión de investidura y que harán presidente al líder popular. Lo que está por decidir es si los 84 diputados del Congreso votarán en bloque o si respetarán la opinión de los críticos con la gestora, que defienden una abstención técnica de 11 personas: las justas para que haya Gobierno. Mientras, se suceden las amenazas de romper la disciplina de voto y escenificar, ahora ya en el Congreso de los Diputados, la verdadera ruptura que remueve los cimientos socialistas.

El presidente de la gestora, Javier Fernández, avisó el mismo domingo de que es «imperativo» acatar las decisiones que toma el Comité Federal

. No se planteaba así ninguna fórmula alternativa más que la abstención en bloque de todo el grupo parlamentario. «Cuando el PSOE toma una decisión es de todo el grupo parlamentario, salvo en cuestiones muy particulares que afectan a lo territorial», dijo en la misma línea Elena Valenciano, dando a entender que quienes no acaten la orden del Comité deberían, en consecuencia, abandonarlo.

Con la pelota ahora en el tejado del grupo parlamentario, que deberá escoger entre la abstención técnica o total, este lunes ocho barones (de los que apoyaron el «no») pedían por carta a Fernández que la abstención no sea en bloque, sino del mínimo de diputados necesarios para «no agrandar más la división en el PSOE». Los firmantes: Francina Armengol (Baleares); Idoia Mendia (País Vasco); César Luena (La Rioja); Luis Tudanca (Castilla y León); Sara Hernández (Madrid); Rafael González Tovar (Murcia); María Chivite (Navarra) y Manuel Hernández (Ceuta).

Mensaje de unidad

En la abstención y su «digestión» influyen, según el profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra, Carlos Barrera, dos niveles. En primer lugar, el «estrictamente político» y, en segundo, el estratégico. En cuanto al plano político, «el mensaje que lanzarían 11 diputados que se abstienen, puede ser tan rácano que, incluso por parte del PP, se puede ver como demasiado tímido y no serviría para propiciar acuerdos durante la legislatura», subraya Barrera. En cuanto al «componente estético» que podría suponer romper la disciplina de voto, se podría ver aún más perjudicada la unidad del partido, que trata ahora de recomponerse. El mensaje que se emite de cara a los votantes es que se está mirando mucho a los militantes pero poco a ellos, a quienes los votan y que, al final, le otorgan los escaños», comenta a ABC este profesor.

«Para la facción que propugna la abstención, votar en bloque les permitiría ser más fuertes para negociar con el Partido Popular. Los “sanchistas”, por otra parte, son favorables de que se refleje la división», señala Barrera. Los barones díscolos llevan tiempo avisando de que votarán «no», y por ello no resultará extraño que finalmente se rompa la disciplina de voto, que «hará más complicada la labor de cohesión a la que están llamados de cara al Congreso Extraordinario que deberá celebrarse en primavera». Pero desde el punto de vista histórico, es una circunstancia que nunca se ha dado en el PSOE y que «mandaría un claro mensaje de debilidad al resto de actores políticos y a la opinión pública», según comenta este experto.

Pero el PSC, el verso libre dentro de los socialistas (entre otras cosas por defender el derecho de Cataluña a ser reconocida como una nación), tiene en esta ocasión más apoyos entre las federaciones, más respaldo si finalmente acceden a romper la disciplina de voto. Los catalanes liderados por Iceta tienen un estatus jurídico distinto mientras que en el resto de territorios el PSOE funciona por agrupaciones. «No tendría tanto impacto su abstención si solo lo hicieran ellos, incluso se "comprendería" debido a la magnitud del problema catalán», sentencia a ABC Barrera.

Mientras en Ferraz se decide el futuro del partido y la manera de atravesar la que puede ser, una de las decisiones más difíciles de su historia, la ciudadanía (los militantes, pero sobre todo, los votantes) desconecta más aún tras los sucesivos descalabros electorales de Pedro Sánchez. La imagen de la abstención, junto a la de varios barones rompiendo la disciplina de voto desde sus federaciones puede decidir el futuro del que, hasta ahora, ha sido el partido de gobierno.

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