«Ata», exjefe militar de ETA, condenado a diez años de cárcel
Coordinó el traslado de una furgoneta con material para fabricar explosivos a Portugal
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Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe , exjefe militar de la banda terrorista ETA, fue condenado ayer por la Audiencia Nacional a diez años de cárcel por coordinar el traslado de una furgoneta con material explosivo desde Francia hasta Portugal para cometer atentados en nuestro país. En concreto, se le condena por un delito de depósito de armas y municiones, así como de sustancias y aparatos explosivos y de sus componentes con finalidad terrorista. También ha sido condenado a nueve años el etarra Jon Etxeberria Oiarbide por los mismos delitos, aunque un voto particular de uno de los magistrados pedía su absolución por entender que ya había sido juzgado en Francia por estos hechos.
Carrera Sorobe, más conocido como «Ata», fue entregado a España por las autoridades galas para este juicio, ya que en Francia cumple actualmente una pena de cadena perpetua por el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton en 2007. En la sentencia, los magistrados consideran probado que, a principios de 2010, cuando era jefe militar de ETA, la banda disponía de una vivienda en Óbidos, Portugal, que servía de apoyo logístico para la comisión de atentados en España. Ata alquiló entonces una furgoneta y un turismo para que otros dos miembros de la organización trasladaran desde Francia material explosivo, armas y placas de matrículas falsas, además de otros elementos útiles para la comisión de atentados terroristas.
El 9 de enero de ese año, Garikoitz García Arrieta e Iratxe Yáñez Ortiz —que en 2013 fueron condenados a 37 y 22 años de cárcel, respectivamente— se pusieron al volante de los vehículos alquilados. Fueron interceptados en Bermillo de Sayago, Zamora, por una patrulla de la Guardia Civil con la que García Arrieta protagonizó un forcejeo hasta que logró arrebatarles su vehículo. Ya en el coche de la Benemérita, huyó hasta Portugal , donde fue detenido más tarde. Su compañera de viaje, que conducía el vehículo lanzadera, también fue arrestada. Entre el material intervenido había, además de armas y otros componentes para la confección de explosivos, diez kilogramos de pentrita, «bastante para la fabricación [...] de más de doscientos dispositivos para la comisión de atentados terroristas», dice la sentencia.
Ata, para quien la Fiscalía solicitaba 13 años de cárcel, reconoció los hechos en el juicio, pero intentó exculpar a Etxeberria, en prisión provisional desde diciembre de 2017. Sin embargo, siete huellas dactilares identificadas en la cinta adhesiva de un recipiente de plástico hallado en la furgoneta le incriminaron . La sentencia manifiesta que, bajo la dirección de Ata, «de común acuerdo» y «uniendo esfuerzos» con él, Etxeberria «tuvo a su disposición los componentes explosivos» hallados e «intervino en la preparación de la remesa de explosivos, armas y municiones» que salió de Francia con destino Portugal.
Voto particular
Aunque finalmente ha sido condenado a nueve años, el magistrado Ramón Sáez emitió un voto particular en el que se mostraba favorable a la absolución de Etxeberria al entender que ya había sido condenado en el país galo por estos delitos . «Los hechos del juicio forman un delito permanente con los que fueron condenados en la sentencia de Francia. Son la misma unidad objetiva», sostiene.
«Entre la condena anterior y la que se pronuncia ahora en nuestra sentencia hay identidad subjetiva, objetiva y de fundamento -mismo agente, unidad fáctica e idéntico delito-, por lo que podríamos incurrir en un “bis in idem” o doble condena de los mismos hechos, vedado constitucionalmente», concluye este magistrado.
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