Un etarra acepta cuatro años de cárcel por proponer atentar mientras estaba en prisión en 2002

José Carlos Apeztegia, condenado por un delito de integración en ETA con la agravante de reincidencia

EFE

El etarra José Carlos Apeztegia ha aceptado este jueves cuatro años de prisión por proponer en 2002 a la dirección de ETA atentar con un coche bomba en la sede en Madrid del sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP y por aportar datos del director de la cárcel de Málaga en la que estaba preso.

En el juicio, celebrado en la Audiencia Nacional, el acusado ha reconocido los delitos, que perpetró mientras estaba en prisión, y ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía , por lo que ésta ha rebajado su petición de pena, que en principio era de 11 años.

De esta manera, se le ha condenado por un delito de integración en ETA con la agravante de reincidencia debido a sus antecedentes penales.

El fiscal ha explicado durante la vista que la reducción de la pena obedece a «la intención del acusado de cooperar con la justicia» al reconocer los hechos, por lo que hay «un menor reproche», y ha añadido que también se ha tenido en cuenta la lejanía de la fecha de los hechos.

Apeztegia quedó en libertad en 2013 después de cumplir condena por integración en organización terrorista y por el intento de asesinato del industrial vasco José Osinalde.

Volvió a ingresar en prisión preventiva hace un año al aparecer una carta que remitió cuando estaba en la cárcel a la cúpula etarra planteando atentar contra objetivos relacionados con Instituciones Penitenciarias.

Coche bomba

La carta, que fue intervenida el 9 mayo de 2003 en la detención en Saintes (Francia) de la exdirigente de la banda Ainhoa García Montero junto a Aitor García Justo , Asier Aranguren y Thierry Idart , fue recuperada entre la documentación entregada por Francia a las autoridades españolas en febrero pasado.

El Ministerio Público relata en sus conclusiones que cuando el etarra cumplía condena en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga) consiguió reanudar sus contactos con la cúpula de ETA en Francia.

Así, en una de las misivas incautadas, el etarra arremetía contra los funcionarios de prisiones, a los que acusaba de golpear a «presos políticos», y proponía poner un coche bomba en la sede en Madrid del sindicato de carceleros ACAIP, a quien culpabilizaba de las agresiones, para darles «un claro mensaje».

En esa misma carta, aportaba datos relativos al director de la prisión de Málaga, que, según los investigadores, se trata de Tomás San Martín, que estuvo destinado en Alhaurín hasta junio de 2002.

La Fiscalía destaca además que al acusado, dos años después de enviar esa carta, se le intervino en su celda una carpeta con una copia de una hoja del libro de servicios de la cárcel de Alhaurín «en la que constan los nombres de 21 funcionarios de prisiones junto con sus números de identificación profesional, las características genéricas de los servicios prestados y su firma».

En otro documento incautado fue hallado un escrito en el que Apeztegia informaba de cacheos a familiares de presos y se mostraba disconforme con rechazar los «vis a vis» durante dos meses porque su familia era «su principal apoyo».

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