Una embajada al servicio de España

El 19 de abril de 1928 realizó su primer crucero de instrucción. Desde entonces, salvo en la Guerra civil española y por obras de modernización, se lleva a cabo casi sin interrupción

Javier Villuendas

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Una embajada flotante. La más bella. Y eso que tiene casi un siglo de edad y ha recorrido el mundo más de diez veces . Pero sigue resplandeciente. Al buque escuela Juan Sebastián de Elcano le han recibido en Guetaria (Guipúzcoa) en calidad de estrella de mar, o sea con «sold out». Máximo reconocimiento al barco más emblemático de la Armada española, con una silueta que cualquier amante que se precie de los grandes veleros debe reconocer. Un símbolo que tiene por timonel a la propia España.

En la guasona Cádiz a Elcano le llaman «el Chano» porque se trata de un vecino más que «como tantos se tiene que buscar la vida fuera, en la mar», cuenta Antonio Burgos, que no ve allí un barco si no a un poeta que escribe «solo hermosos versos sobre la blancura de sus velas». Asentado en San Fernando, el velero fue construido en los astilleros gaditanos de «Echevarrieta y Larrinaga» en 1927. Costó 8 189.532,28 pesetas.

El 19 de abril de 1928 realizó su primer crucero de instrucción. Desde entonces, salvo en la Guerra civil española y por obras de modernización, se lleva a cabo casi sin interrupción. Ha entrado en más de 190 puertos de 70 países diferentes, ha surcado mares y océanos con más de un millón y medio de millas náuticas navegadas . Y allí donde atraca es la gran atracción. Los puertos más visitados son el de Cádiz (es su base), Puerto Marín (sede de la Escuela Naval Militar) y las dos capitales de las islas Canarias, por ser el punto de partida para zarpar vía Atlántico a las Américas. De los extranjeros, Lisboa y Nueva York son muy visitados.

El buque cuenta con 113,1 metros de eslora y 13 de manga, y fue bautizado, como saben, con el nombre del marino español que logró por primera vez la hazaña de dar la vuelta al mundo entre 1519 y 1522 . A diferencia de la mayoría de las unidades de la Armada, este velero bergatín goleta no va equipado con misiles ni torpedos. Pero no se preocupen, porque cuenta con armamento ligero de ametralladoras «con el fin de mantener una capacidad adecuada para afrontar una amenaza imprevista en la mar o en un puerto extranjero». Y no nos olvidemos de los míticos cuatro palos que aparejan las 20 velas: «Blanca», «Almansa», «Asturias» y «Nautilus» en honor a otros buques escuelas precedentes.

En 1928, el Rey Alfonso XIII embarcó en el viaje inagurual, entre Cádiz y Malaga. Ha llovido casi un siglo. Y, evidentemente, ahora Elcano va provisto a la última tecnología. Pero saben cuál es su principal particularidad: se trata de un buque histórico que navega «como antiguamente, a base de estrellas y con la ayuda del viento, nada más».

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