La cúpula de Vitaldent compró un pueblo leridano

La salud dental de los españoles le ha cundido a Ernesto Colman, fundador y presidente de Vitaldent, hasta el punto de convertir al protésico de origen uruguayo en una de las fortunas de nuestro país. La estructura societaria que hay detrás de la marca se basa en una estudiada ingeniería financiera que ha servido de cortafuegos.

A base de crear sociedades han logrado durante años diluir cualquier tipo de responsabilidad. Esas sociedades, algunas ya inexistentes, acumulan bienes muebles e inmuebles de todo tipo, la mayoría pertenecientes a Colman.

Una de las mercantiles del exitoso empresario, detenido este martes por delitos económicos, llegó a comprar un pueblo en el Pirineo leridano, en el Valle de Arán que costó más de cinco millones de euros, abonados por dos sociedades administradas por dos de los colaboradores más estrechos de Colman, según fuentes de la investigación.

Se trata del antiguo pueblo de Montgarri, con un centenar de fincas rústicas.

Al presidente de Vitaldent le gusta tanto la ciudad como el mar y la montaña, a tenor de los bienes que atesora: chalés de lujo en urbanizaciones exclusivas de Pozuelo de Alarcón, Las Rozas y Marbella; un palacete en Asturias, otra vivienda en Baqueira, un piso en Manhattan (Nueva York) y una finca de caballos en Segovia.

El lujo es lo suyo, todo a lo grande, y así a nombre de distintas sociedades los investigadores han encontrado un coche Bentley Continental, valorado en más de 200.000 euros, un Porsche Cayenne, autocaravanas y remolques para transportar los caballos y hasta un helicóptero que fue vendido a terceros por casi un millón de euros. Otras dos sociedades de Colman tienen a su nombre al menos cuatro avionetas Cessna, alguna en régimen de alquiler.