Javier Fernández, a la izquierda, da la mano a Iceta durante la reunión que mantuvieron en noviembre
Javier Fernández, a la izquierda, da la mano a Iceta durante la reunión que mantuvieron en noviembre - Isabel Permuy

El PSC consultará antes al PSOE sus pactos en Cataluña

Ambas formaciones llegan a un acuerdo que obligará a los militantes catalanes a inscribirse en un censo de primarias

Madrid Actualizado: Guardar
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Por más que PSOE y PSC han dado la impresión en los últimos cinco meses de estar al borde de la ruptura después de 38 años de pacto, ayer llegaron finalmente a un acuerdo. Ambos tenían mucho que perder en caso contrario.

El PSOE no podía permitirse desaparecer electoralmente de Cataluña en medio de la encrucijada independentista que vive esa comunidad, y ha tragado con la reformulación los acuerdos de 1978; obviando así la ira interna que desató la «deslealtad» del socio catalán con la decisión de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, tomada por el Comité Federal.

El PSC tampoco hubiera podído seguir pescando electoralmente en los caladeros del electorado no nacionalista sin el soporte de la sigla PSOE, así que desde el principio optóp por no creerse la ruptura y echó bálsamo en la herida.

Durante estos cinco meses, la gestora presidida por Javier Fernández, espoleada por barones como Susana Díaz, el extremeño Guillermo Fernández Vara o el castellano-manchego Emiliano García-Page, ha propiciado un tira y afloja del que saca dos beneficios principales:

A partir de ahora, el PSC que dirige Miquel Iceta llevará a la «Comisión de Coordinación» los pactos electorales a los que llegue en Cataluña; esto es, no podrá decidir unilateralmente candidaturas con «Cataluña en Comú» en las elecciones municipales ni sumarse a otro tripartito nacionalista con ERC o el PDCat sin el visto bueno de Ferraz.

Esa comisión, creada en julio de 2013 y que ahora aumentará hasta ocho miembros, cuatro por cada formación, hará «seguimiento», dice la nota que hicieron pública ambas formaciones.

La autonomía del PSC también se va a ver mermada en materia orgánica, puesto que sus militantes tendrán que inscribirse en un censo «específico» controlado por Ferraz si quieren participar en la elección del próximo secretario general del PSOE.

Las principales federaciones habían dado por bueno, hasta ahora, el dato de que el PSC cuenta con 17.000 afiliados, pero la experiencia de las dos últimas primarias -las que disputaron en 2014 Pedro Sánchez y Eduardo Madina a nivel nacional, y las que en 2015 libraron Iceta y Nùria Parlon por la candidatura autonómica- puso de manifiesto que no llegan a 10.000 los participantes reales.

Según el comunicado, «los responsables de organización de PSOE y PSC determinarán el procedimiento para que los afiliados/as del PSC trasladen su voluntad de incorporarse a dicho censo específico».

Óscar Puente: «Una humillación»

Tras conocer el acuerdo, y durante su intervención en la inauguración del consejo de igualdad del PSC, Miquel Iceta dedicó sus primeras palabras a felicitarse porque «es una noticia muy buena para todos los socialistas de España». Los militantes catalanes participarán en las primarias, insistió, «en pie de igualdad», con el resto de socialistas.

De forma bien distinta lo ve Óscar Puente, alcalde de Valladolid y uno de los principales apoyos de Pedro Sánchez. Le parece «una humillación en toda regla» contra la militancia catalana.

Puente, que este mediodía participará en un acto con Sánchez en la ciudad del Pisuerga, vincula ese censo «específico» para militantes del PSC con la posibilidad de que a Susana Díaz le vaya «mal» en el voto de los socialistas catalanes en mayo. Sánchez ya cuestionó hace diez días en Calasparra (Murcia) la necesidad de ese «voto rogado».

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