Los principales perjudicados de estas nuevas medidas para intentar controlar el brote son los comercios. La exigencia de tener que trabajar con cita previa ahuyenta a muchos clientes que, aunque salgan a la calle, no entran en los locales. Un freno en seco a la recuperación de estos negocios. Es el caso de Aurora, propietaria de una zapatería, que calcula que las ventas le volveran a caer un 60%. Tampoco Ángel, propietario de la librería "On the road", es optimista con el sistema de cita previa. En los restaurantes afectará en la limitación del aforo: 50% en el interior y separación de dos metros entre las mesas de terraza.
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