Colau marca perfil soberanista antes de entregarse al PSC

Los comunes votan hoy si quieren retener la alcaldía con el apoyo de Manuel Valls

Ada Colau en Barcelona EFE

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Las incógnitas van esfumándose a medida que se acerca la constitución del Ayuntamiento en Barcelona. Ada Colau conocerá esta tarde si su militancia aprueba un pacto a dos con el PSC , como el que fraguaron en el pasado mandato y que apenas duró un año, para que ella, con la ayuda crucial de Manuel Valls en la investidura, pueda seguir en la alcaldía. El flirteo entre ambas formaciones siguió ayer, a pesar de que en el día después del final del juicio por el 1-O ella quiso hacer patente las diferencias ideológicas entre ellos, al menos en cuanto al «procés».

Y es que la alcaldesa en funciones quiso referirse, antes que a los pactos municipales, al «juicio de la vergüenza» y a los alegatos finales de los acusados. «Fue conmovedor, no nos acostumbramos a verlos defendiendo cosas que deberían ser obvias», arrancó Colau, que quiso sumarse «a las voces políticas y jurídicas que afirman que no hay motivo para mantener la prisión provisional».

Valls, a la espera

Además, cuando la aspirante a la reelección habló de los votos de Valls y su plataforma auspiciada por Cs volvió a reiterar que, a pesar del apoyo puntual, los comunes seguirán teniendo sus principios democráticos claros, como «la petición de libertad de los presos y contra la judicialización política».

El directamente aludido Manuel Valls sigue instalado en un discreto segundo plano pese a su papel decisivo. Fuentes de su candidatura aseguraron a ABC que hasta el mismo sábado por la mañana no decidirán si apoyan a Colau con sus seis ediles, o únicamente con los tres que no pertenecen a Cs.

Más allá de esto, Colau se aferró a defender ayer que el desenlace de la investidura en Barcelona está en manos de la calle , y debe ser en base a las necesidades de la ciudad, no sin dejar claro que tanto ella como la coordinadora de BComú quieren ir con el PSC. Los comunes tienen en marcha hasta las 17 horas una consulta que, en resumen, pregunta a 10.000 inscritos en la formación si quieren que Colau sea alcaldesa con los socialistas o segunda de un gobierno presidido por Maragall. Como si a uno del Barça le preguntan si quiere que gane el Madrid, ironizaba ayer un periodista.

En todo caso, la coordinadora ha evitado mencionar a Valls en la pregunta, la cuestión que más incomoda a los comunes. «Es una situación no esperada, nunca habríamos querido estar en esta situación», confesó Colau. «La gran diferencia no es entre ERC o PSC. La gran diferencia es tener la alcaldía», remarcó Colau para defender su predilección por el PSC, aferrándose a que eso les permitiría «seguir haciendo políticas valientes. La alcaldía es importante a nivel simbólico pero también ejecutivo», sentenció. Con todo, hasta esta tarde todo está en el aire, aunque pocos dudan de que las bases no vayan a avalar la vía PSC . En un video a la militancia Colau pidió explícitamente el voto por esta opción.

Las palabras de Colau respecto al juicio del 1-0 indignaron a las fuerzas independentistas, que atacaron a los comunes incluso desde el Parlament, donde había pleno. El líder municipal de ERC y su gran rival a la alcaldía, Ernest Maragall, se despachó asegurando que «al final se han caído las máscaras y han dejado de engañarnos», mostrando que su apuesta era el PSC. Maragall, a la desesperada, avisó a los votantes de BComú de que se está «traicionando su voluntad más profunda, tergiversando el sentido de su voto y el resultado de las elecciones».

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