Cataluña abre cuatro puertos a inmigrantes ignorando a Exteriores

Hoy ningún buque humanitario patrulla el Mediterráneo central tras el bloqueo del Open Arms y el Sea Watch 3 en Catania

El Open Arms, bloqueado en el puerto de Barcelona AFP / Vídeo: Continúan llegando inmigrantes a las costas españolas

Álex Gubern / L. L. C.

«Nuestro trabajo no es pedir permiso al ministro Borrell para salvar vidas». La Generalitat de Cataluña anunció ayer que los puertos de Roses y Palamós (Gerona) y los de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y Sant Carles de la Ràpita (Tarragona) –los cuatro gestionados por el gobierno catalán– estarán abiertos para la acogida de inmigrantes. Como dejó claro el consejero catalán de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Alfred Bosch, la decisión de declararlos «puertos seguros» se toma al margen de cualquier consideración que pueda plantear el Gobierno de España. La inmigración, tal y como ratificó el TC en su sentencia de 2010 sobre el Estatuto, es una competencia sólo estatal, y sobre la pretensión catalana de participar en las decisiones sobre inmigración con trascendencia en Cataluña, como la entrada y residencia de extranjeros, determinó que son actuaciones que se inscriben en el ámbito de la inmigración y extranjería, y por tanto también competencia exclusiva del Estado.

Ignorando esta sentencia, y en lo que puede leerse como un nuevo embate del Govern, el acuerdo comunicado ayer se toma apenas unas semanas después de que la Capitanía Marítima de Barcelona, dependiente del Ministerio de Fomento, denegase el permiso al buque Open Arms para zarpar en tareas de observación y vigilancia al Mediterráneo, lo que le obliga a estar amarrado en el puerto de Barcelona. «Es nuestra obligación política y moral, hacer todo lo posible para garantizar que no se pierdan más vidas» , apuntó Bosch.

Este desafío de la Generalitat se produce en realidad en un momento en que ningún barco humanitario patrulla el Mediterráneo central en busca de inmigrantes . El «Sea Watch 3», de la organización Sea Watch acaba de ser paralizado en Catania (Sicilia), en diciembre dejó de operar el «Aquarius» , y a lo largo del verano fueron desautorizados el «Lifeline» y «Iuventa» alemanes, el «Prudence» de Médicos Sin Fronteras y el «Vos Hestia» de Save the Children. Se acusa a las ONG de complicidad con las redes de tráfico de personas, de estimularlas o de falta de certificados, lo que sus responsables han tachado de «excusas» para dejar el mar frente a las costas libias vacío de testigos. Son varias las que trabajan para volver a zarpar cuanto antes.

Este enero han llegado a Italia 202 inmigrantes, un 95,5% menos que las 4.566 del mismo periodo de 2018.

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