Casado garantiza que el Gobierno hará «todo lo que sea necesario» para impedir el 1-O

El vicesecretario popular compara el acoso de la CUP al bando constitucionalista con las tácticas de las juventudes proetarras

Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del Partido Popular EFE
Ana I. Sánchez

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Contundencia con prudencia. Ésa es la receta que el PP va a mantener ante la amenaza de referéndum ilegal convocado para el 1 de octubre por la Generalitat catalana. Contundencia para abortar la operación logística que necesita la consulta y prudencia para no desvelar la estrategia legal que va a seguir el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy , para impedir que llegue a celebrarse el referéndum.

«Vamos a hacer todo lo que sea necesario», ha aseverado en un intento de lanzar un mensaje tranquilizador para todos aquellos que temen que llegue a celebrarse la consulta, dentro y fuera de Cataluña.

Unas palabras cuidadosamente escogidas para emular al expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi , al que le sirvieron para tranquilizar a los mercados en el peor momento de acoso a la prima de riesgo. Pero que entrañan también un aviso al bando contrario. «No les va a salir gratis», ha repetido Casado más de una vez, en alusión a los promovedores del referéndum y a todos aquellos que no velen por el cumplimiento de la Ley.

En consonancia con ello, ha celebrado que el PSOE haya abandonado su veto a la aplicación del artículo 155 . «Es oportuno porque no es bueno desarmarse preventivamente», ha subrayado, lamentando que Ferraz haya hecho seguidismo hasta ahora de la «demonización» que el bando secesionista ha llevado a cabo de este artículo. «Es un artículo más de la Constitución para recuperar y preservar la autonomía, para preservar los derechos y libertades de los ciudadanos de bien», ha abundado.

Pero detrás de este estudiado mensaje, el vicesecretario popular también ha demostrado que el ambiente político está llegando el límite, y no ha dudado en comparar los últimos actos de acoso de la CUP a los políticos constitucionalistas con el acoso al que las juventudes proetarras sometían a los políticos vascos que no pensaban como ellos durante los años más duros de la banda terrorista ETA.

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