Ha pasado tantísimo tiempo que estas fieras, cocineros, piratas, exploradores... no podían contener sus ansias de salir a la calles de Laredo (Cantabria). Un millar de niños de varios centros de la localidad han desfilado dos años después. Muchos sin mascarilla, camino hacia la nueva normalidad. Alegría y expectación, como no, entre padres y abuelos, entusiasmados porque aseguran que los más pequeños se lo merecen. Nada como el Carnaval para olvidar el cansino menú del pasado confinado y para salir disparados como cohetes hacia un futuro lleno de optimismo.
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