La diputada Carolina Bescansa vota con su bebé en brazos
La diputada Carolina Bescansa vota con su bebé en brazos - REUTERS

Bescansa desata las críticas al llevar a su bebé al hemiciclo

La diputada de Podemos se escuda en que quería «reivindicar» la conciliación mientras el PP ve el gesto «lamentable»

MADRID Actualizado: Guardar
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Mas de doscientas caras nuevas en el Congreso, y el protagonismo se lo llevó un bebé de seis meses. La diputada de Podemos, Carolina Bescansa, acudió a la Cámara Baja acompañada de su hijo de seis meses, Diego, que pasó de sus brazos a los de sus compañeros de partido, sentados en escaños contiguos, durante las más de cuatro horas que duró la sesión constitutiva.

Aunque es habitual ver a la también secretaria de Análisis Político de Podemos con su hijo en brazos en cada uno de los actos y reuniones a las que tiene que acudir casi desde que nació, la presencia del pequeño causó revuelo en el hemiciclo y se convirtió en el tema más comentado entre periodistas y diputados.

Los flashes de los medios congregados se dispararon cuando Bescansa comenzó a darle el pecho en plena sesión. Incluso subió con el bebé en brazos hasta la Mesa en cada una de las votaciones.

«Asegurarse portadas»

Rápidamente se abrió el debate entre los propios diputados, que contemplaban asombrados a madre e hijo. Mientras la Mesa de Edad relataba los nombres de los nuevos diputados, Pablo Iglesias cogía en brazos al bebé, y de nuevo una nube de flashes y un relativo alboroto inundaban el hemiciclo. Entre Bescansa e Iglesias, el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, sonreía al pequeño Diego –que en más de una ocasión acabó también en sus brazos–, sabedor de que todas las cámaras apuntaban hacia ellos.

Hasta tal punto se hizo el bebé protagonista que en la segunda votación para elegir al presidente del Congreso, en la que la propia Bescansa competía con el socialista Patxi López, un diputado quiso hacer la broma y escribió en el único voto nulo de los 350: «El niño de Bescansa».

La reelegida vicepresidenta primera del Congreso, la popular Celia Villalobos, se acercó hasta el escaño de Bescansa para informarle de que el Congreso cuenta con un servicio de guardería para diputados y funcionarios de las Cortes, e inclusó se ofreció a acompañarla para que la viera, pero ella se limitó a decirle que ya la visitaría otro día. Fuentes de Podemos aseguraron que fueron muchos los miembros del PP que se acercaron a preguntarle por esta cuestión.

Fue de filas populares de quienes recibió más críticas. Y también en las redes sociales. La diputada del PP Beatriz Escudero se preguntó directamente si Bescansa había «utilizado a su hijo para asegurarse portadas». Hasta en tres mensajes colgó en la red social para denunciar que «en el hemiciclo no puede entrar nadie que no haya sido electo», por lo que Bescansa estaba «infringiendo» las normas al llegar a su hijo. «Podemos cree que está por encima de las instituciones. Asistimos a un espectáculo con utilización de un bebé. Se pasan al niño de mano en mano para foto. Impresentable», se quejó.

Ya en los pasillos del Congreso, las diputadas más veteranas de diferentes colores políticos valoraban la decisión de Bescansa de llevar al bebé a la sesión, muchas de ellas reprochándole el gesto. La socialista Carme Chacón aseguró que le «sabe mal» por las mujeres que no pueden llevar a sus hijos a sus trabajos, y aunque recordó que las diputadas «no tienen baja por maternidad» y que ella misma tuvo que dar el pecho en su despacho, no dudó en lanzarle un mensaje a Bescansa: «Francamente, no hacía falta».

Ana Oramas, de Coalición Canaria, también criticó a la diputada de Podemos: «Me parece muy bien si uno no tuviera posibilidades de dejar a un bebé, pero es un tema más de figurar públicamente». De hecho, más o menos explícitos, casi todos los comentarios han coincidido en el hecho de que el gesto de Bescansa era pura estragia e imagen.

Entre los corrillos de los pasillos del Congreso, hubo señorías que aseguraban abiertamente que Bescansa buscaba «la foto». «Hay que defender la maternidad, la compatibilidad y todo eso, pero que hay que saber también cuáles son las prioridades y a veces por una foto no merece la pena exponer a un menor», insistía Oramas. El que llegó más lejos fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien directamente aseguró que le parece «muy lamentable instrumentalizar a los niños con fines políticos», e insistió en recordar que la Cámara cuenta con una «magnífica» guardería.

El 6-D fue con cuidadora

No era la primera vez que la número tres de Podemos acudía al Congreso con su hijo. En la recepción del Día de la Constitución, Bescansa llevó a Diego en su carrito, y lo hizo acompañada de su cuidadora. Ya entonces, la decisión de Bescansa fue muy comentada, puesto que al disponer de una cuidadora que podía atender al bebé resultaba sorprendente que la dirigente escogiera llevarlo consigo.

La decisión, en cualquier caso, no era improvisada. Aunque fuentes del partido se empeñaban ayer en señalar que se trata de una decisión personal de la diputada, el gesto estaba planificado de antemano. Durante la campaña, Pablo Iglesias ya avisó de que Podemos «daría ejemplo» a través de Bescansa, y que ésta iba a «amamantar a su hijo en el Pleno».

La intención de Bescansa, en cualquiera caso, es «visibilizar a la gente que cuida de los demás», según acabó asegurando a los medios, y su intención era «reivindicar el derecho de las madres a criar a sus hijos con apego». La número tres de Podemos indicó que criaba a su hijo dándole el pecho y éste no puede comer otra cosa, motivo por el que había decidido no llevarlo a la guardería. «Reivindico el derecho de la gente a criar a sus hijos como quieran», insistió, e inclusó respondió a Fernández Díaz: «No se si el ministro ha criado a un hijo alguna vez, pero debería saber que los pediatras lo aconsejan».

Compañeros de partido, como la diputada Tania Sánchez, aprovecharon para defender a Bescansa. «Hay que apoyar la libertad de las mujeres a ejercer la maternidad como quieran, es un debate que deberíamos superar», señaló. También el diputado Rafael Mayoral, compañero de Bescansa en la Ejecutiva de Podemos, aseguró que en «otras instituciones como el Parlamento Europeo» es algo normalizado y que había que tomarlo con «naturalidad». Insistió Mayoral en la idea de que se trataba de una decisión «personal» de la diputada.

La rectificación de Colau

Pero en las filas de Podemos no todas las voces fueron positivas. Mientras en la Carrera de San Jerónimo el pequeño Diego se convertía en el tema del día, desde Cataluña, la alcaldesa de Barcelona y aliada de Iglesias, Ada Colau, se hacía eco en Twitter de una crítica de otra usuaria: «No creo que el trabajo sea sitio para un niño. La conciliación pasa por estar nosotros más tiempo en sus espacios, no ellos en los nuestros».

El mensaje no pasó desapercibido, y apenas unos minutos después Colau rectificaba excusándose en que «desconocía el contexto». «Conciliación es tiempo para hijos, pero los bebés deberían ser bienvenidos también en el Congreso». Y por si quedaban dudas, añadía después: «Madres antes que nada. Todo mi apoyo y admiración a Carolina Bescansa».

Podemos había presentado a Bescansa como su candidata a presidir el Congreso de los Diputados, pero no fue ese el motivo por el que la diputada se hizo ayer con todo el protagonismo.

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