Auge del español en China por el tirón de Latinoamérica

Con 36.000 alumnos en las universidades, aumentan los estudiantes de castellano por sus posibilidades laborales

Jinping, en su reciente visita a Filipinas Efe
Pablo M. Díez

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En su artículo publicado ayer en ABC con motivo de su visita a España, el presidente de China, Xi Jinping, recordaba la inclusión del castellano en la educación secundaria de este país y la apertura en 2006 del Instituto Cervantes de Pekín por el entonces Príncipe Felipe. En cuanto dicho artículo fue difundido en mandarín por las redes sociales chinas, el móvil de la directora del Cervantes, Inma González Puy, empezó a sonar y no dejó de recibir mensajes hasta pasada la medianoche.

Con sus palabras, que tienen valor de ley en este régimen autoritario, Xi certificaba la importancia del español en China el mismo día que González Puy destacaba su auge en la presentación del anuario del Cervantes. «El artículo del presidente Xi ha tenido tanta difusión que ya no se puede hablar del español como lengua minoritaria en China , una etiqueta maldita contra la que hemos estado luchando y que no tenía sentido por su crecimiento durante los últimos años», explicó la directora del Cervantes a ABC cuando las llamadas de periodistas chinos, hispanistas y profesores le dejaron por fin un rato libre. Debido a esta alusión de Xi Jinping, para hoy ya tiene concertadas varias entrevistas con medios chinos interesados en conocer la situación del español y la labor educativa del Cervantes.

Oficialmente, en las universidades chinas hay 36.000 alumnos estudiando español, pero esta cifra no incluye la creciente oferta en academias privadas. Por su parte, el Cervantes de Pekín tuvo matriculados 4.200 alumnos en el curso 2017-2018. Al final del mismo, se inscribieron 7.200 personas para hacer los exámenes del Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE), lo que convierte a China en el segundo país extranjero con más aspirantes tras Italia.

«Aunque el auge del español ha sido progresivo, ha sido determinante el interés que hay en China por Latinoamérica para que se convierta en la segunda lengua extranjera a estudiar, tras el inglés», analiza González Puy. Debido a las crecientes relaciones comerciales con los países hispanoamericanos, donde China vende los artículos salidos de la «fábrica global» y se abastece de materias primas, cada vez más son los jóvenes chinos que prefieren estudiar castellano frente a otros idiomas que antes se consideraban más útiles, como el japonés, el coreano o el ruso.

Este incremento del número de alumnos lleva pareja una mayor demanda de profesores y, a su vez, de formadores de maestros, ya que su número es ahora insuficiente. Lo mismo le ocurre al Instituto Cervantes, que solo tiene un centro en Pekín y espera desde hace años el permiso de las autoridades para abrir en otras ciudades, como Shanghái , donde solo dispone de una biblioteca. Y es que esta fiebre por el español en China no se reduce solo a los estudiantes universitarios o del instituto. Cada sábado por la tarde, las aulas del Cervantes de Pekín están llenas de niños pequeños que acuden con sus padres para aprender castellano.

Desde enero, el español ha sido incluido en los programas de la educación secundaria en China, pero su implantación dependerá del número de profesores, que todavía es muy limitado. Como proyecto piloto, 200 niños de la escuela 109 de Pekín ya lo estudian como primera lengua junto al inglés en la educación primaria. Para hacerse una idea de la cantidad de gente que aprende español en China, Inma González Puy recuerda que «hace ya varios, se distribuían 100.000 ejemplares del libro de texto más popular de nuestra lengua».

Confirmando su buena salud, el año pasado abrió en la cuarta planta del Cervantes la librería «Mil Gotas», la primera de China que ofrece títulos en español y obras en castellano en traducidas al mandarín. Regentada por el editor y escritor argentino Guillermo Bravo, esta tienda se ha convertido en un punto de referencia adicional dentro de la actividad cultural que desarrolla el Instituto Cervantes.

Desde 2013, la televisión estatal CCTV celebra un concurso que premia al chino que mejor habla español, lo que demuestra el interés que suscita el idioma. Las buenas perspectivas laborales que ofrece, sobre todo en Latinoamérica, son determinantes para que los pragmáticos estudiantes chinos se decidan por el castellano. Además de poder leer en su lengua original a Cervantes, García Márquez y Vargas Llosa, cobrarán unos sueldos que, en el caso de los traductores simultáneos, doblan lo que ganan los intérpretes de inglés.

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