Una de los acusados por pertenencia a Daesh: «Me siento víctima del Estado Islámico»

La Audiencia Nacional juzga a cuatro personas por captar a mujeres jóvenes en España para enviarlas a luchar en Siria

La Audiencia Nacional juzga a cuatro presuntos yihadistas -dos hombres y dos mujeres- detenidos en octubre de 2015 EFE

Gregoria Caro

La Audiencia Nacional juzga desde hoy lunes a cuatro supuestos yihadistas detenidos en octubre de 2015 por captar mujeres para unirse al Estado Islámico (EI). La Fiscalía pide diez años de cárcel a esta célula del Daesh asentada en España, aunque también les ofrece la alternativa de condenarles a 8 años por adoctrinamiento terrorista. Los cuatro acusados, Sanae B, Laila H., Saif Eddine H. y Fabio Miguel M ., formaban una «estructura» destinada a captar a chicas jóvenes.

La red estaba compuesta por la acusada Sanae B. (de origen marroquí), residente en Toledo, y Medhi El Fargali «El Barbas», detenido en Marruecos. Según la acusación, ellos ejercían el liderazgo ideológico y configuraban la hoja de ruta del grupo. Sin embargo, Sanae B. aseguró ante el tribunal de la Audiencia Nacional que ella nunca se había sentido miembro del EI, así como que la «captaron y le comieron la cabeza».

La acusada explicó que nunca conoció personalmente a El Barbas, sino que sólo hablaron por WhatsApp donde él le facilitaba todo el contenido yihadista. Asimismo, la joven admitió que compró un billete para irse a Siria en 2014, pero que días antes de embarcar «se arrepintió» de lo que estaba haciendo porque «le comieron la cabeza». Según Sanae B., en el momento que El Barbas contactó con ella estaba pasando un mal momento y «se hubiese ido con cualquier cosa que le ofrecieran» porque tenía problemas familiares. De hecho, Sanae B. aseguró sentirse «víctima del Estado Islámico» .

Por su parte, la otra investigada, Laila H., niega haber realizado funciones de captación mediante WhatsApp en los que era administradora y en los que también participaba Sanae B. Según la declaración de uno de los testigos , uno de los agentes de las autoridades encargados de la investigación, las dos utilizaban perfiles de Facebook para las tomas de contacto y cuando veían que podía haber afinidad con alguna joven pasaban a comunicarse por grupos de WhatsApps -tenían al menos tres- para proporcionar material yihadista.

Por su parte, ambas admiten que utilizaban un lenguaje críptico en sus conversaciones -«Los perros» era la policía, «América» el Estado Islámico y «S» significaba Siria- para no ser interceptadas por las autoridades.

Según la segunda acusada, estos grupos, que reunían a más de 100 personas, sólo eran para hablar de religión y no para adoctrinar a quienes participaban de ellos. Pese a la acusación del Ministerio Público, la segunda joven asegura que no tenía «ni idea de lo que era el EI» y que sólo habló con El Barbas una vez para preguntarle dudas sobre su religión. Además, acusa a Sanae B. de enviarle contenido yihadista pese a que esta última lo negase.

«En Whatsapp para ligar»

Los grupos de Whatsapp eran únicamente para mujeres, sin embargo, los dos hombres acusados jugaban un papel importante en la sombra. Saif Eddine H. , residente en Badalona, no quiso declarar ante el tribunal. Según el Fiscal, contactó con Laila H. por las redes sociales y se encargó de inculcarle las ideas del Daesh . Saif Eddine H., ante las preguntas de su abogado, negó adoctrinar a jóvenes y aseguró que sólo estaba en los grupos de Whatsapp para «ligar».

Por otro lado, el portugués convertido al Islam y residente en Francia Fabio M., que se cambió su nombre a Abderrahman, ya formaba parte del grupo terrorista cuando comenzó a relacionarse con ellos para facilitarles «soporte ideológico». Además, este último tenía pensado casarse con Sanae B. y viajar juntos a Siria , pero fue detenido el 4 de octubre cuando llegó a España antes de emprender su viaje. En las pesquisas de la Policía Nacional y de los servicios de inteligencia se encontró, en el domicilio en Francia del acusado, 65.341 imágenes y 96 vídeos de decapitaciones, fusiles de asalto, armamento y propaganda del Daesh, entreotros. El escrito de acusación muestra que Sanae B. y él se intercambiaban material pese a que la acusada lo niega y él exprese que «los quería por que s e enganchó» a la morbosidad del contenido yihadista .

Según declaró el primer testigo, la investigación se inició al detectar que el huido Achraf Jouied, Abu Anas, «activista informativo» del Daesh establecido en Siria, había contactado con las dos acusadas. Las autoridades analizaron las líneas de contacto de este individuo y llegan a los cuatro acusados. Las detenciones se dieron en Toledo, Badalona y Xeraco (Valencia) en una operación conjunta con las fuerzas de seguridad de Marruecos.

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