El líder de Podemos, Pablo Iglesias, a su llegada a la reunión de la dirección estatal del partido
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, a su llegada a la reunión de la dirección estatal del partido - efe

Podemos buscará cinco cambios constitucionales tras el 20-D

Iglesias apuesta por modificar el sistema electoral, blindar la independencia judicial y los derechos sociales, introducir mecanismos contra la corrupción y reconocer el derecho a decidir

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A dos meses del 20 de diciembre, Podemos se rearma para «convertir la ilusión en carne» e intentar «formar gobierno en la próxima legislatura». En un intento por insuflar ánimo en los suyos y dar la vuelta a las encuestas electorales y sus malos augurios, Pablo Iglesias ha reunido este sábado a su Consejo Ciudadano Estatal en Madrid para definir las estrategias de una campaña que será crucial para el partido.

En la intervención inicial —la única emitidia en abierto para los medios de comunicación—, el secretario general de Podemos ha adelantado los cinco ejes en los que se centrará la campaña. Se trata de cinco grandes cambios constitucionales en los que trabajará la formación morada en la siguiente legislatura, que Iglesias considera «fundamental» y en la que, está convencido, tocará cambiar la Carta Magna.

Serán sus líneas rojas para dar su apoyo al futuro gobierno.

El trabajo de Podemos se centrará en lograr «cinco grandes consensos». Por un lado, un cambio en el sistema electoral que garantice su proporcionalidad —«una persona, un voto», en palabras del líder de Podemos—.

En segundo lugar, un «acuerdo por la Justicia que blinde constitucionalmente la independencia del Poder Judicial». «Nunca más jueces al servicio de poderes económicos o de partidos políticos», ha reivindicado Iglesias.

En tercer lugar, una reforma de la Carta Magna que blinde los derechos sociales y los sitúe al mismo nivel que los derechos civiles y políticos, protegidos ahora como derechos fundamentales en el texto constitucional. Iglesias ha mencionado la vivienda, la educación, la sanidad y los derechos laborales. «Son la base de la democracia y no pueden ser cuestionados», ha defendido.

El cuarto acuerdo que buscará Podemos es un paquete de medidas contra la corrupción, recogidas en la Constitución, que hagan imposible «utilizar un cargo público para mantener privilegios» y pongan fin a las «puertas giratorias».

Por último, uno de los caballos de batalla que Podemos ya adelantó tras el batacazo de las elecciones autonómicas en Cataluña: el derecho a decidir. Tal y como indicó Iglesias en su primera declaración tras el 27-S, Podemos pretende que se modifique la Constitución para garantizar el derecho a decidir de los catalanes. «Defendemos la unidad en la plurinacionalidad», ha dicho, «decidir estar en un proyecto común le corresponde a la gente de manera libre».

Iglesias ha asegurado que tendrán «la mano tendida» y estarán «dispuestos a hablar con todo el mundo» para trabajar en estos cinco aspectos. «Salimos a ganar y a cambiar el país», ha insistido.

Al frente del comité de campaña estará el número dos de Podemos y cerebro político de la formación, Íñigo Errejón, y participarán los ya habituales Carolina Bescansa, Sergio Pascual, Irene Montero y Pablo Echenique, barón territorial y a quien Iglesias ha hecho una mención especial para pedirle que se implique en estos comicios. De hecho, se ha referido al otrora miembro del sector más crítico con la dirección como el «futuro ministro de Ciencia y Tecnología».

En la última semana, Iglesias ya ha mencionado a al menos tres «ministros» de su Ejecutivo ideal. Además de Echenique, hoy al frente del Grupo de Podemos en las Cortes de Aragón, ha presentado a Errejón como «el vicepresidente político más brillante de Europa occidental». El pasado miércoles, en una rueda de prensa en la que adelantó las líneas maestras de su programa económico, habló de Nacho Álvarez —secretario económico del partido— como en «futuro ministro de Economía». Por ahora, todos son hombres.

No faltaron voces que apuntaban al cansancio que atraviesa el líder de Podemos, todavía eurodiputado y ya volcado de lleno en la recta final de la campaña. Iglesias ha intentado acallar estas voces asegurando, de nuevo, que está «a tope para lo que toque en los próximos cuatro años». «Ha sido un año muy difícil y nos han dado muy duro, pero ahora no nos podemos conformar», ha señanado.

Tampoco han faltado alusiones a los círculos, el «corazón» de Podemos y uno de los sectores de donde ha recibido más críticas. La última, una corriente interna que denuncia el «abandono» por parte de la dirección al trabajo que éstos desempeñan. «La gente de los círuclos trabaja muchísimo, no siempre hemos conseguido tener una dinámica con ellos y se tiene que activar, son el corazón de podemos y lo tenemos que conseguir», ha insistido Iglesias, que ya encargó a Juan Carlos Monedero, líder caído y admirado entre la militancia, que buscara la «reconciliación» con las bases.

Y una palabra, también parte fundamental de la esencia de Podemos: «la casta». Iglesias ha justificado que cada vez se le escuche menos: «Como decía Machado: hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son; cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor».

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