Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA el 23 de enero de 1995 en San Sebastián
Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA el 23 de enero de 1995 en San Sebastián - efe
Terrorismo

Valentín Lasarte, a Consuelo Ordóñez: «¿Puedo darte la mano?» «No. No puedes»

La hermana del portavoz del PP de San Sebastián asesinado logró que el etarra le dijera en prisión que hubo más gente implicada en el crimen

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El 22 de junio de 2012, Consuelo Ordóñez se armó de valor para entrevistarse en la cárcel con quien había dado el chivatazo a sus jefes del «comando Donostia» de ETA para que ejecutaran a su hermano, el portavoz del PP de San Sebastián, Gregorio Ordóñez. Valentín Lasarte cumplía condena por el asesinato de siete personas en la prisión alavesa de Nanclares de la Oca, donde se agrupa la veintena de presos «disidentes» expulsados por ETA tras renegar de la «lucha armada». Ordóñez, presidenta de Covite, solicitó a Instituciones Penitenciarias ese encuentro, que fue grabado, con el objetivo de «desmontar» la llamada vía de reinserción de los reclusos que dicen arrepentirse de su pasado. «Me indigna que me digan que Valentín Lasarte está arrepentido.

Estoy cansada de ir a los juicios a ver su amnesia y sus mentiras», aseguraba ayer en conversación con este diario la combatiente hermana de «Goyo», en alusión a su nula voluntad por colaborar en los juicios de la Audiencia Nacional en los que Lasarte ha participado en los últimos años como testigo.

Pero Consuelo sí logró arrancarle al ex miembro del «comando Donosti» un testimonio revelador sobre cómo preparó el crimen de su hermano con «Txapote» y Carasatorre los otros dos etarras condenados por ellos. El periodista Juanfer Fernández Calderín recoge en su obra recientemente publicada «Los agujeros del sistema. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver» (editorial Ikusager) varios extractos de la conversación en prisión, que fue interceptada por la dirección de la cárcel, previo acuerdo con Consuelo.

Consuelo Ordóñez: –«Creo que tienes algo que decirme, que tienes que empezar tú…»

Valentín Lasarte: -«Sí… Te pido perdón. Sé que lo que he hecho es irreparable. El daño que le he hecho a la mujer de Gregorio… A su hijo, a ti , a tus padres… Lo siento muchísimo».

C.O.: -¿Sabes por qué estoy aquí?

V.L.: -Sí.

C.O.: - Te sigo de cerca porque no tengo más remedio. Voy a los juicios y veo que nunca quieres colaborar. Siempre encubres a tus compañeros de comando y ese es el motivo fundamental que me ha movido a hacer lo más difícil que he hecho hasta ahora. Tu amnesia delante del tribunal… Y desde 2008 no hago más que leer que estás arrepentido, que has pedido perdón y que estás desvinculado de ETA. Comprende que no me lo crea…

V.L.: - Cuando me detuvieron y me llevaron a declarar a la Audiencia Nacional se lo conté todo con detalles a Garzón. Le conté todo de todos los atentados en los que participé. Eso es todo lo que sé.

C.O.: - Pero entonces, ¿por qué se te olvida lo que contaste a Garzón cuando te preguntan en los juicios?

V.L.: - (Silencio)

C.O.: -¿Sabes que las víctimas del terrorismo tenemos más de trescientos atentados mortales sin resolver?

V.L.:- No.

C.O.: - Ese es el motivo por el que te vengo a ver. Te estoy dando una oportunidad para demostrarme que estás arrepentido. Quiero hacerte unas preguntas…

V.L.: - Bien.

C.O.: -¿Conocías a mi hermano?

V.L.: - De vista. Sí. Le conocía de vista. De San Sebastián, del bar (su padre regentaba el Bar Lasarte, donde él trabajaba como camarero mientras fichaba posibles objetivos de ETA)

C.O.: -¿Vigilabas a mi hermano?¨

V.L.: - Sí.

C.O.: - Además de ti, ¿había otros que vigilaban a mi hermano y que no eran ni García Gaztelu (Txapote) ni Juan Ramón Carasatorre (los otros dos etarras condenados por el asesinato)?

V.L.: -Sí. Había más gente.

El juez Santiago Pedraz, que acaba de reabrir la causa por el asesinato de Gregorio Ordóñez, ha pedido copia a Instituciones Penitenciarias de la grabación de la conversación mantenida dentro de prisión en presencia de un funcionario. El objetivo de Consuelo Ordóñez es forzar a declarar a Lasarte, ya en libertad, para que se reafirme ante el juez y así poder ofrecer más luz sobre las responsabilidades de aquel atentado y otros cometidos en aquellos años negros.

La conversación siguió así:

C.O.: - ¿Te arrepientes de haber asesinado a mi hermano?

V.L.: - Sí, Sí, me arrepiento. No solo me hago responsable de mis asesinatos, sino también de todos los que cometió ETA, hasta el de la T4.

Y, tras una enumeración por la presidenta de Covite sobre los asesinatos de aquellos años en Guipúzcoa en los que el etarra integraba el «comando Donosti» –Lasarte siempre responde «No sé nada»-, Ordóñez zanja la conversación. «Bueno… Ya te he preguntado todo lo que tenía que preguntarte. El motivo de este encuentro ha terminado».

Según relata Juanfer Fernández Calderín en su libro, cuando la hermana de su víctima da por cerrado el cara a cara y se levanta para marcharse, el exmimbro de ETA intentó un último acercamiento:

V.L.: - ¿Puedo darte la mano?

C.O.: - No, no. No puedes. Adiós.

V.L.: - Adiós.

Ver los comentarios