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Susana Díaz y Pedro Sánchez, en una imagen de archivo - EFE

Los barones del PSOE, ante el dilema de alinearse con Pedro Sánchez o Susana Díaz

La defenestración de Tomás Gómez pone a los dirigentes en una situación incómoda en la pelea por la candidatura a La Moncloa

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En el PSOE, nada es lo que parece tras la defenestración de Tomás Gómez y la cúpula del PSM. No se trata solo de elegir al sustituto de Gómez en la candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En las conversaciones privadas, declaraciones públicas y gestos de los parlamentarios y cargos socialistas ya prima más el cálculo sobre quién ganará la «guerra» entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Todo comenzó en septiembre, cuando ella decidió no respaldarle como candidato a La Moncloa e insinuó su postulación. En ese momento se inició un conflicto a «muerte» política que solo concluirá cuando uno u otra se haga con la candidatura a la Presidencia del Gobierno tras las elecciones autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo.

La destitución de Gómez revela que Sánchez, a la defensiva durante estos meses por el torbellino político que supone Díaz, ha pasado a la ofensiva y se ha apuntado un tanto haciéndose con el control de la federación madrileña, la cuarta en militantes y en número de representantes en el Comité Federal. Dato clave, este último. Al secretario general le inquieta la alianza que Susana Díaz había logrado tejer con Tomás Gómez, y con los candidatos autonómicos y líderes del partido en la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

Inquieta porque ninguno la oculta y eso mismo ha hecho prender en el partido la idea de que están esperando un batacazo electoral en las elecciones del 24 de mayo en toda España para culpar a Sánchez y, acto seguido, con la mayoría de representantes que suman las cuatro federaciones en el Comité Federal, obligarle a renunciar a La Moncloa por el bien del PSOE. El siguiente paso sería que el Comité Federal suspenda las primarias del 26 de julio, a las que Sánchez ya ha comprometido su presentación, y la designación por aclamación de Díaz como candidata a la Presidencia del Gobierno.

En cierto modo, Sánchez ha logrado con con su puñetazo encima de la mesa del PSM romper esa inercia, neutralizar a Gómez, uno de los cuatro factores de esa operación. Además, ha logrado también poner nervioso al valenciano Puig: lo ocurrido en Madrid le genera «desazón y desasosiego», porque ya sabe que el siguiente en caer podría ser él. Pero el secretario general socialista tiene un problema: no ha «matado» políticamente a Tomás Gómez del todo, puesto que va a seguir siendo miembro de la Ejecutiva Federal y, lo que es más importante, presidente de la Comisión de Garantías Electorales.

Mayoría «susanista»

Si no renuncia voluntariamente, la presencia del exlíder del PSM en ambos cargos federales solo puede ser revocada por el Comité Federal, cuya próxima reunión está prevista, en principio, para el 28 de marzo; y es dudoso que las federaciones andaluza y valenciana, y los «tomasistas» del PSM plieguen su mayoría a ese deseo de Ferraz.

Todas estas claves rondan la mente de los cuadros socialistas, que el miércoles entraron en estado de shock al ver actuar a Sánchez y han empezado, todavía sin mucho «ruido», a tomar partido por él o por Díaz. En general, la opinión de los consultados por ABC es que la situación de Gómez, a la baja en resultados electorales y en los sondeos, era «insostenible»; pero ya lo era hace un año. Por eso, muchos cuestionan «las formas y el momento» a solo mes y medio de las elecciones andaluzas del 22 de marzo y a cien días de autonómicas y municipales.

Ayer, Díaz, en su discurso al Comité Director del PSOE-A en Sevilla, intentó aislarse. No hizo mencion explícita a lo ocurrido en la federación madrileña, aunque en privado exprese su estupor por el intento de Sánchez de «reventarle» la precampaña electoral. La presidenta andaluza sí dejó un recado al secretario general: el «secreto» de los socialistas en Andalucía es la «unidad» de todos sus militantes y que «siempre» pone los intereses de los ciudadanos por encima de los del partido, dos cuestiones que «nunca» olvidan.

Lo que para Ferraz y los barones que le apoyan es un «gesto de autoridad» que solo puede ser acatado y apoyado, para sus detractores no es más que un «ataque de pánico» ante la debacle que se le avecina el 24 de mayo. De esa división de opiniones en privado fue reflejo el miércoles y ayer la frialdad de los barones a la hora de pronunciarse. Nadie quiere desairar a Sánchez... pero tampoco indisponerse con Susana Díaz.

Las «turbulencias» del PSM

Estas ganas de no abrir ahora otra guerra quizá expliquen el apoyo mostrado ayer a Sánchez por el líder castellano-manchego, Emiliano García-Page. Ambos han vivido momentos de tensión en las últimas semanas pero Page fue ayer rotundo: «Quiero que quede muy claro, en momentos de tensión, de turbulencias, de cirugía, yo siempre apoyaré al cirujano. En momentos de turbulencias, el capitán del barco necesita toda la confianza». El extremeño Guillermo Fernández Vara, partidario de quitar de en medio a Tomás Gómez hace ya un año porque lastraba la «marca» PSOE y a todos sus candidatos, dijo que Pedro Sánchez ha adoptado una actitud «valiente» porque «lo más cómodo habría sido quedarse cruzado de brazos».

Vara, contrario a la «operación» de desembarco de Díaz en Ferraz, como lo es el presidente asturiano, Javier Fernández, advirtió que Sánchez no «tiene que consultar nada con los secretarios territoriales de aquellas cosas que son sus competencias». Manuel Chaves ha preferido decir que Sánchez tendrá «razones muy poderosas» para actuar como lo ha hecho.

Más tibios en su apoyo a Sánchez se muestran otros barones, algunos de los cuales ni siquiera se han pronunciado ante los medios.

El silencio de Iceta

Es el caso del primer secretario del PSC, la segunda federación, Miquel Iceta, que no quiere decir más que hay que resolver el conflicto con «diálogo», como ha reclamado el valenciano Ximo Puig. Eva Díaz Tezanos (Cantabria) y José Ramón Gómez Besteiro (Galicia) tampoco quieren hablar. Y el líder socialista de Ceuta, José Antonio Carracao, critica no haber sido informado antes y pide que el Comité Federal se reúna para abordar el tema. Transcurridas 48 horas, el golpe de autoridad de Sánchez ha sido recibido con frialdad por la mayoría de los barones, que prefieren esperar acontecimientos electorales en Andalucía y el resto de España.

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