La Guardia Civil llegó a intervenir un lanzagranadas en la «operación Panzer», desarrollada en Valencia en 2005
La Guardia Civil llegó a intervenir un lanzagranadas en la «operación Panzer», desarrollada en Valencia en 2005 - Efe

Los antisistema se infiltran en colectivos ciudadanos para eludir la acción policial

La «conducta cada vez más socializada» de los grupos de extrema izquierda complica su desarticulación

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El seguimiento específico de la Guardia Civil sobre los distintos grupos de carácter violento e ideología radical arroja un número muy superior de desarticulaciones de grupos vinculados a la ultraderecha que de aquellas organizaciones situadas en el extremo opuesto.

Según un informe del Servicio de Información del Instituto Armado, las catorce operaciones «más relevantes» desarrolladas durante la última década han desembocado en la neutralización de dieciséis grupos adscritos al llamado movimiento skin-nazi. La última de ellas, la llamada «operación Arandela», en 2014, se saldó con siete detenidos en el municipio madrileño de Griñón, a los que se atribuía varios delitos de lesiones, robo con violencia, vejaciones y amenazas.

El balance de la Guardia Civil consigna en el mismo periodo solo tres grandes operativos ligados a las actividades ilegales de la extrema izquierda, con un total de 21 arrestos.

Los investigadores atribuyen esta desproporción a una mejor organización de los antisistema de la izquierda radical, y sobre todo a la mayor capacidad de sus integrantes de infiltrarse en colectivos civiles y vecinales para «emmascarar» sus actividades ilegales y tratar de eludir así la acción policial.

En el conjunto de las acciones impulsadas en el marco del Plan de Actuación contra Grupos Juveniles de Carácter Violento (Gruvio) se registraron un total de 140 de detenciones de miembros de la extrema derecha, pertenecientes a grupos como Blood & Honour (21 detenidos), Frente Antisistema (25), Valdemorillo NS (5) o Falange y Tradición (5), entre otros.

Faro Negro

Las intervenciones de los efectivos de la Guardia Civil sobre la extrema izquierda permitieron la erradicación del grupo anarquista Faro Negro, con la detención de seis de sus miembros, y el arresto de otros doce integrantes del Frente de Liberación Animal, organización de ámbito internacional con escasa tradición en España y una discreta actividad. Intervenciones puntuales posibilitaron también la eliminación de células anarquistas en Madrid y Navarra, con un balance en conjunto de tres detenidos.

De la experiencia acumulada por los investigadores en estos diez años de seguimiento de grupos radicales se advierte, según el informe, una «conducta cada vez más socializada» de los activistas, especialmente visible en los grupos vinculados a la extrema izquierda, que responde a su propósito de «integrarse» en entidades de índole ciudadana para dificultar mediante esa estrategia el seguimiento policial.

De forma paralela, los agentes de la Guardia Civil han detectado cómo aquellos radicales reacios a aplacar su comportamiento optan por el abandono de la organización para incorporarse a otros ambientes en los que la violencia continúa siendo moneda de cambio. En concreto, el informe del Instituto Armado refiere el «trasvase» de radicales de grupos extremistas a bandas relacionadas con el mundo de «las hinchadas ultras» en el ámbito del deporte.

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