El ministro Jorge Fernández Díaz, con Mariano Rajoy, en una imagen de archivo
El ministro Jorge Fernández Díaz, con Mariano Rajoy, en una imagen de archivo - REUTERS

Moncloa teme que el «ruido» de las grabaciones llegue hasta la jornada de reflexión

Rajoy no cambiará el «guión» de su campaña electoral, pero los populares creen que puede frenarse su tendencia al alza

Madrid Actualizado: Guardar
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En La Moncloa se intenta mantener la tranquilidad tras la «bomba» caída en la campaña, con la filtración de una conversación privada de hace casi dos años entre el ministro del Interior y el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña. Tranquilidad, sí, pero también sospecha a que el «ruido» de la filtración por fascículos llegue hasta la jornada de reflexión y acabe quitando algún voto al Partido Popular.

Fuentes próximas al Gobierno en funciones no tienen ninguna duda de que la filtración de la grabación ilegal se produce para intentar frenar la tendencia al alza que estaba registrando el PP, que ya habría superado la barrera del 30 por ciento en estimación de voto. Hay un objetivo político claro, con una intención electoral, según Moncloa.

También hay quien sostiene que existe un intento claro de desacreditar una investigación que podría estar en marcha, y que afectaría a políticos relevantes.

Las fuentes de Moncloa consultadas explican que las grabaciones no son más que «fuegos de artificio» que tienen como objeto hacer ruido. «Son de octubre de 2014, han estado casi dos años metidas en un cajón y ahora, convenientemente manipuladas, se dan fragmentos», comentan. Subrayan, además, que las grabaciones «se han obtenido ilícitamente», y se difunden «de forma muy oportuna en los últimos días de la campaña electoral».

«La única conspiración es del que grabó la conversación», afirman en Moncloa. En el entorno de Rajoy se sostiene que a pesar del «ruido molesto», no tiene por qué cambiar el eje de la campaña del candidato del PP, y su mensaje centrado en el llamamiento al voto útil. «Hay bastante tranquilidad», afirman.

En La Moncloa se sostiene que estos «fuegos de artificio» van a distraer la atención, pero no alterarán «el guión de campaña» de Rajoy. Recuerdan, además, que en la actuaciones policiales posteriores se ha podido comprobar que si ha habido un partido que ha estado en el centro de las investigaciones durante estos últimos años ese ha sido precisamente el PP.

«Ya nos la han jugado otras veces en plena campaña electoral», se lamentan las fuentes consultadas. El fantasma del 11-M sigue pesando mucho entre los populares, que se temen otra jornada de reflexión ruidosa. «Estamos ante una conspiración contra el PP, para evitar que suba en las urnas», aseguran.

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