Albert Rivera niega que vetara a Pedro Sánchez y un cambio de estrategia

Exige al PSOE una «rectificación nítida» para no bloquear de nuevo el país

Albert Rivera, líder de Ciudadanos Efe
Juan Casillas Bayo

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Este sábado Ciudadanos (Cs) sorprendió a propios y extraños con un giro de 180 grados que redirecciona al partido en el rumbo que reclamaban sus críticos desde hace meses. Aunque sigue descartando un gobierno de coalición con el PSOE , sí se abre ahora a negociar su investidura a cambio de un «gran acuerdo nacional» .

Esta semana, sin embargo, generan más desconcierto las explicaciones ofrecidas que el propio viraje. «No hay un cambio de estrategia», aseguró ayer Albert Rivera en una entrevista en Telemadrid, para rematar más adelante: «Yo no he levantado ningún veto; yo es que no puse ningún veto».

La anterior campaña de Cs se basó, precisamente, en una decisión tomada por su Ejecutiva en febrero: no favorecer la investidura de Sánchez ni por activa ni por pasiva , fuese cual fuese el resultado. Un «no» rotundo que se mantuvo hasta la semana anterior a cerrarse el plazo para conformar un nuevo ejecutivo. Entonces, Cs propuso una «solución de Estado» con tres condiciones a cambio de abstenerse en una hipotética sesión de investidura que finalmente no se produjo.

Cs ha dejado estos días de hablar de «bandas», «pactos ocultos» o del «plan Sánchez», y tampoco se ensaña con el presidente en funciones, al que Rivera señaló antes del 28-A como «el principal escollo» y «peligro» de España o como un jefe del Ejecutivo «indecente». Ayer, solo le llamó «míster bloqueo» .

Y es que Cs acudirá al 10-N con una promesa de desbloqueo ante el hartazgo detectado en la ciudadanía hacia la clase política. «No hay un cambio de estrategia, es que está cambiando España», argumentó para justificar el fin de su particular «no es no». «Estoy escuchando a los españoles. Hay un cambio de posición de la sociedad , harta de un bloqueo político».

De hecho, parafraseando a Toni Roldán , que dejó Cs en junio descontento con la estrategia de Rivera, el presidente liberal sostuvo que su partido no puede ser «el problema» de España, sino «parte de la solución». Por ello, reclamó al PSOE «una rectificación nítida» que pasa por su vuelta al constitucionalismo. «Sé que el adversario no es el PSOE; es Torra y es Batasuna», defendió ayer Rivera, con una significativa rebaja de decibelios cuando habla de los socialistas.

«Prefiero que Cs, el PP y el PSOE nos pongamos de acuerdo, que no los extremistas o los independentistas», aseveró, aunque censuró a Sánchez por su nula voluntad de diálogo y por su pretensión de recibir apoyos sin «hablar» con el resto de partidos, gratis. Rivera solo se plantea una «solución de Estado», no un cheque en blanco.

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