Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy entrando al mitin de cierre de campaña, celebrado ayer en Vigo
Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy entrando al mitin de cierre de campaña, celebrado ayer en Vigo - M. M

Elecciones en Galicia 2016«Galicia no puede permitirse estar ni un solo minuto en funciones»

Núñez Feijóo cerró la campaña electoral en Vigo, con un mitin en el que fue apoyado por Mariano Rajoy

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Tras más de 10.000 kilómetros de carretera recorridos y una media de cinco actos diarios, Alberto Núñez Feijóo culminó su campaña electoral en la ciudad de Vigo, uno de los lugares clave en la contienda del domingo. La urbe olívica fue uno de los emblemas del batacazo en las municipales de 2015, y vio cómo la Marea era la lista más votada en las generales de diciembre, aunque también fue una de las plazas sintomáticas de la recuperación de apoyo de los conservadores en las de junio. El PPdeG ha intentado aprovechar durante las últimas semanas tanto los vientos de cola como el hecho de que el alcalde, el socialista Abel Caballero, tenga un enfrentamiento abierto con el aspirante de su partido

, Xoaquín Fernández Leiceaga. Y lo ha hecho para recuperar votos clave para reeditar la mayoría absoluta.

Feijóo salió al mitin a dar el resto y entregar el último aliento que le quedaba en unas semanas agotadoras. Comenzó su intervención recordándole a los presentes que «Galicia se juega el domingo lo que queremos que sea los próximos cuatro años» e insistió en que los suyos no deberían confiarse ante el escenario favorable que dibujan las encuestas. «No sé lo que va a pasar el domingo. Tenemos la posibilidad de volver a ganar, y si lo hacemos no será por un candidato. Ni siquiera por todos los que estamos aquí, sino por el voto libre de muchos miles de ciudadanos», subrayó. De este modo, el aspirante a la reelección pidió a los gallegos que trasladen en las urnas «un mensaje nítido, claro e indiscutible para tener un Gobierno al día siguiente de las elecciones», porque «Galicia no puede permitirse estar ni un solo minuto en funciones».

Con el apoyo de sus simpatizantes atado, Feijóo volvió a lanzarse a por los votos de Ciudadanos y del PSOE. Así, insistió en la idea de que los 133.000 votos de los naranjas en las generales no se tradujo en un solo escaño, se comprometió a ser «también su presidente, porque dijo compartir «su objetivo de que no gobiernen las Mareas» y apuntó que «si al final quieren que gobierne el PP, no se necesitan intermediarios».

Del mismo modo, volvió a pedir el voto a los simpatizantes socialistas, a los que interpeló con la idea de que «tienen un gran partido, con malos dirigentes, que se conforman con entregar las instituciones al populismo». De esta manera, reveló que cree que el proyecto que propone a los gallegos es «más mayoritario» que el que pueda ofrecer un eventual tripartito de izquierdas. «Los gallegos tenemos dos objetivos comunes: el bienestar de las familias y el progreso del país», opinó, para tenderle la mano a todos los que lo compartan.

Después de numerosos rumores que le situaron dando el salto a la política nacional, el presidente reivindicó que «si mi ambición fuese otra que trabajar por Galicia, no tendría que volver a someterme al veredicto de las urnas». En el mismo sentido, agradeció el apoyo que le brindaron los votantes durante sus dos mandatos y concluyó recordando que él no es «un candidato de laboratorio, un producto de marketing o un político que se dedique a ir a tertulias los viernes de la noche. Soy Alberto Núñez Feijóo, para lo bueno, lo malo y lo regular».

«Deberes» de Rajoy

El presidente gallego agradeció a Mariano Rajoy sus esfuerzos en una campaña en la que el líder del PP nacional volvió a recorrer pequeños núcleos de población porque, en palabras de Feijóo «los pueblos son el motor identitario de los gallegos». En su discurso, Rajoy se mostró divertido y animó al auditorio del García Barbón de Vigo. Tiró de sorna para poner «deberes» a los simpatizantes populares. «Quedan todavía cuatro horas de campaña. Y todavía tenemos el sábado para reflexionar y hacer amigos. Y el domingo lo mismo, porque hacer amigos todos los días es importante en política», bromeó.

Así, también reivindicó con entusiasmo la «brillante gestión» de uno de sus más fieles apoyos durante estos años, y subrayó que «ni el más sectario de los sectarios puede negar que hoy Galicia avanza». El presidente en funciones presentó dos alternativas en estos comicios, la que encarna su compañero de partido; y la de un frente de izquierdas «sin más idea que la de impedir un gobierno del PP».

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