Elecciones en Galicia 2016Feijóo evita todo triunfalismo con los sondeos y tilda cada voto de «decisivo»

El candidato del PPdeG no se fía del consenso de las encuestas, ya que todas las que se publicaron ayer vaticinaron una nueva mayoría absoluta

Santiago Actualizado: Guardar
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Lejos de mensajes triunfalistas o autocomplacientes en el día de publicación de las encuestas, el consenso demoscópico ha redoblado la desconfianza en las filas del PPdeG. Con mayor o menor intensidad, todos los sondeos que vieron la luz ayer pronostican una nueva mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo —el de la empresa GAD3 para ABC vaticina entre 39 y 41 diputados, de modo que podría incluso repetir el resultado de 2012—. Ni un ápice de triunfalismo se pudo hallar durante toda la jornada en ninguno de los representantes que se fueron subiendo al atril en la localidad pontevedresa de Lalín, sede del mitin central de la jornada de ayer.

El recelo sobre las encuestas fue el telón de fondo en el discurso del aspirante a la reelección.

Feijóo llegó a innovar su ya tradicional «todavía no tenemos ningún voto en la urna», y se pasó al símil deportivo para apuntar que «el partido todavía va 0-0». El popular recordó que uno de sus lemas centrales de campaña es el de «hablar haciendo», que ilustra exhibiendo la acción de Gobierno que ha llevado en los últimos años y las medidas que lleva en su programa. Así, subrayó que «es muy fácil decir que se apoya a los autónomos o las familias, pero nosotros proponemos más tiempo de tarifa plana de 50 euros a los trabajadores por cuenta propia, aumentamos las plazas de guardería, residencias y prestaciones por dependencia. Eso es hablar haciendo». Siguiendo este argumento, el presidente pidió que los gallegos «hablen votando», y opinó que «el voto es el mayor patrimonio democrático de una persona, porque nos iguala a todos los ciudadanos sea cual sea nuestra condición».

Sobre las encuestas, el líder del PPdeG concluyó que «lo único que dicen es que la mayoría es posible, pero eso ya lo sabíamos antes», y animó a los suyos a no relajarse porque «cada voto puede ser decisivo». De hecho, ningún escenario mejor para poner sobre el tapete los peligros de confiarse, ya que algún sondeo auguraba una gran mayoría absoluta en Lalín, uno de los bastiones históricos del PP gallego, y José Crespo no repitió en la Alcaldía por apenas 200 votos. «Lo que no podemos el día después es lamentarnos si tenemos un Gobierno que no nos gusta. Tenemos que elegir un Gobierno que gobierne cuatro años, no que ande fastidiando cada cuatro días», arengó, y bromeó ante un auditorio abarrotado con que «mi encuesta es en base a la gente que viene a escucharnos a Lalín, los que se quedan fuera. Y sé que por la gente de la comarca del Deza no va a quedar».

Repaso a la oposición

Los oradores del PPdeG volvieron a emplearse con dureza contra la oposición. Sin ir más lejos, el propio Feijóo recordó su propuesta de debate cara a cara contra un candidato pactado por toda la izquierda. «Nos parecía lógico enfrentarnos a la persona que propondrán como presidente si yo no vuelvo a serlo, pero se han negado a dar un nombre porque no lo tienen», reprochó, e insistió en que en el choque del lunes «no aclararon quién sería el conselleiro de Facenda, porque ni siquiera sabremos si habrá Consellería, o si cada uno gastará lo que quiera y quedará para que pague el siguiente que venga».

También se fajó el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, natural del concello pontevedrés, que opinó que el único proyecto que encarnan los izquierdistas es el de «echar al PP de las instituciones». Como si de su época de viceportavoz parlamentario se tratase, Rodríguez argumentó que la política se trata de dar confianza a los ciudadanos, e hizo un repaso al resto de partidos preguntando a los presentes si genera más confianza en materia sanitaria o de educación «Feijóo, o las Mareas que no saben adjudicar unos comedores escolares ni reparar unos baches». Del mismo modo, cuestionó si se fían para gestionar la economía de su partido o de «unos socialistas que arruinaron cada administración que gobernaron»; y para el medio rural de unos nacionalistas «con los que, si por ellos fuese, casi volveríamos al arado de madera».

El conselleiro y ahora candidato a diputado valoró que «Galicia tuvo suerte en 2009, porque ha conseguido cambiar mucho en poco tiempo», y entiende que la actual administración cogió una Xunta «en la UCI», para invertir la tendencia y lograr que ahora crezca la economía, baje el desempleo y se mantengan los servicios públicos. Rodríguez se atrevió con una analogía del ramo de su cartera, y explicó que «cualquier alumno que se esfuerce, estudie y haga los deberes puede lograr resultados y sacar buenas notas».

Ni siquiera hubo paz con los potenciales aliados de los populares. Feijóo llegó a criticar que la candidata de Ciudadanos dijese en el debate que quería «que gobierne el PP, pero que lo controlemos nosotros». «La mejor forma de que gobierne el PP es votar al PP, y que no nos tomen por tontos, porque sabemos que en Andalucía apoyaron al PSOE», le espetó, para incidir en que «seguro que sus votantes tampoco quieren que el populismo llegue a la Xunta, y nosotros somos los únicos que podemos garantizarlo».

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