Tim Kaine (izquierda) y el candidado a vice presidente republicano Mike Pence
Tim Kaine (izquierda) y el candidado a vice presidente republicano Mike Pence - AFP

Su «segundo» enseña a Trump cómo derrotar a Hillary Clinton

Expectación en el entorno del candidato republicano tras el debate ganador de Mike Pence

El demócrata Tim Kaine pierde el debate y parte de su buena imagen con sus excesos anti-Trump

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Los datos científicos confirman las primeras impresiones. El número dos de Trump fue mejor que el segundo de Clinton. El único cara a cara que medirá a los candidatos a vicepresidente en esta campaña se decantó del lado republicano. Mike Pence, gobernador de Indiana, se impuso con mayor solidez y tranquilidad que su rival. El exgobernador de Virginia, Tim Kaine, en un sobreactuado papel de ariete antiTrump, se dejó en la escena el debate y parte de su imagen afable. Demasiadas interrupciones al contrincante, que en televisión resultan demoledoras. Nadie sabe a ciencia cierta qué efecto tendrá en la campaña. El debate entre «vicepresidentes» apenas suele influir, pero en este proceso es mejor no aventurar. Sí se puede afirmar que Pence le mostró ayer a Trump el camino para empezar la remontada el próximo domingo en San Luis (Misuri): ignorar los ataques ajenos, ofrecer un discurso republicano y lanzar ataques templados pero efectivos.

Putin, un «pequeño matón»

Además de agitar la red social Twitter con sus comentarios de apoyo a Pence y de desprecio a Kaine, los expertos dan por hecho que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos habría tomado nota ayer de la actuación de su segundo. Su ticket presidencial, elegido precisamente por las esencias conservadoras de las que él carece y por su credibilidad en el discurso, no sólo supo conectar con buena parte del electorado republicano que reniega de Trump. También, se mostró hábil al desmarcarse levemente del magnate en asuntos cruciales, sin que destacaran las divergencias. Su crítica velada a Vladímir Putin constituyó el mejor ejemplo. Ante la ofensiva de Kaine contra Trump por sus simpatías hacia el presidente ruso, Pence sacó el catecismo republicano: «Estados Unidos es débil en Siria; cuando Donald Trump sea presidente, nuestro país recuperará su fortaleza». Sin siquiera defender al magnate, cerró su argumentación despreciando a Putin como un «pequeño matón», expresión que habría gustado a toda la parroquia conservadora. Fue el contrapunto con su opositor ayer en el debate celebrado en la Universidad Longwood, en Farmville (Virginia). Cuando no arremetía contra Trump, el demócrata Tim Kaine se deshacía en elogios hacia la figura de Hillary Clinton. Su rival no hacía causa en favor de Trump. Nunca le defendió de forma abierta, sino con evasivas y opiniones propias que lograban darle la vuelta a las acusaciones. En algunos círculos se apuntaba que al millonario neoyorquino no le había gustado esa falta de apoyo expreso.

Pero a Mike Pence la estrategia le funcionó. En el prestigioso focus group de Frank Luntz poco científico por el número de personas pero siempre un primer referente por su neutralidad, 22 personas se decantaron por el republicano y sólo cuatro por Kaine. El mismo focus group que había otorgado la victoria a Hillary Clinton frente a Trump (16-6) tras el primer debate presidencial. La encuesta de la CNN, que transmitió el cara a cara, arrojó una victoria de Pence por 48% a 42%.

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