El Elcano vuelve a casa seis meses y una hora después

El buque escuela termina su 91 crucero de instrucción en Cádiz, donde la intensa niebla ha provocado  un retraso que ha impedido la visita al bergantín-goleta

Nadie quiso perderse este domingo la llegada del buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián de Elcano, al muelle de Cádiz. Ni siquiera la niebla. Esta incómoda invitada provocó que el buque, que llegaba de completar su 91 crucero de instrucción, se amarrara en el puerto una hora y media más tarde de lo previsto. Las consecuencias fueron, en un primer momento, alargar la espera de familiares y amigos, que veían cómo se retrasaba un poco más la llegada de sus seres queridos. Pero lo peor fue que, a consecuencia de esa hora y media perdida, no se pudo celebrar la jornada de puertas abiertas que estaba prevista en el barco.

Desde primera hora de la mañana, cientos de gaditanos y visitantes esperaban en el muelle que llegara el bergantín-goleta. El reloj no marcaba las nueve de la mañana y decenas de personas iban entrando por el Muelle Ciudad para acomodarse, en función de sus autorizaciones, en la zona reservada a los familiares (justo en la antigua Puerta del Mar) o a visitantes, más cerca del embarcadero donde llega el catamarán.

La banda de música, desde las 9.30 horas, fue amenizando la espera con pasodobles y distintas piezas musicales. Distintas autoridades aguardaban en el muelle la llegada del Juan Sebastián de Elcano. El subdelegado José Pacheco ejercía de representante del Estado, mientras que la delegada Ana Mestre era la cara visible de la Junta de Andalucía. Del Ayuntamiento estuvieron presentes Demetrio Quirós (Adelante Cádiz), Carmen Sánchez (Partido Popular) y Mara Rodríguez (PSOE) Junto con ellos, el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Estrella; el rector de la UCA, Francisco Piniella y la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez.

Detrás de ellos, centenares de familiares con pancartas, globos y, sobre todo, unas voces impasibles al desaliento que se iban preparando para cuando el buque escuela hiciera su aparición por la bocana del puerto. La niebla, que fue remitiendo a lo largo de la mañana, motivó que, por precaución, se pospusiera la entrada de la embarcación.

Eran las 11.25 cuando se atisbaron los cuatro palos del barco, lo que hizo que el muelle estallara en aplausos. «¡Aquí están», «Ya llegan» se iba oyendo entre los asistentes. Ya en ese momento, entre los miembros de la Armada que esperaban en el muelle empezaba a surgir el temor de que la visita, dado lo apretado de los horarios, iba a ser imposible. No hay que olvidar que a las 17.20 horas la embarcación partió hacia La Carraca, donde ha comenzado su puesta a punto para el siguiente crucero de instrucción, que comenzará el noviembre.

Aparecen los cuatro palos del Juan Sebastián de Elcano

A las 11.30 horas, el barco, que iba tirado por dos remolcadores (algo que siempre se hace como medida de seguridad), iba acomodándose por estribor al muelle, apuntando con su bauprés a la Aduana.«Mira papá»,«Ahí, está, ahí», se oía gritar al público mientras los marinos permanecían firmes en cubierta, pero se les iban escapando algunos saludos conforme reconocían caras.

A las 11.36 horas se dio la orden de «firmes». Acto seguido, la banda interpretó el himno de la Armada y, en el muelle, retumbaba la letra compuesta por José María Pemán. El calor apretaba y las ganas de ver a los familiares por parte de los que esperaban en el puerto, más. Pero aún quedaban varias maniobras pendientes, la más espectacular, la de trincar las velas (que volvió a regalar la imagen de la dotación salpicando la arboladura).

El buque escuela prepara la vuelta al Mundo

Se hizo el silencio en el muelle cuando llegó un vehículo oficial de la Armada. De él se bajó el Almirante de la Flota, Manuel Garat Caramé, que subió al buque-escuela para dar la bienvenida a la dotación y para preguntarle al comandante del Elcano, el capitán de navío Ignacio Paz García (que deja el cargo tras este crucero de instrucción) por las novedades de la travesía.

Cumplido el protocolo, las salvas señalaban que el Embajador marino de España estaba en la ciudad.
En la cubierta del barco, el comandante del buque-escuela destacó el trabajo del «equipazo» de hombres y mujeres que componen la dotación ,«que han sido todos necesarios» para completar este 91 crucero de instrucción. De entre los hitos de este viaje, se quedó con la travesía que se realizó a vela entre Canarias y las Islas Vírgenes.

Por su parte, el almirante subrayó el carácter «señero» del barco, donde los futuros oficiales de la Armada «se forman con el mejor libro posible, la mar». Respecto al futuro que que le espera al barco, Garat Caramé sonrió y dijo: «Espero que le queden otros 90 años más como mínimo». El almirante ya adelantó que tras el próximo crucero de instrucción (el 92) que comenzará el próximo noviembre y finalizará en abril, el Juan Sebastián de Elcano realizará la ambiciosa empresa de dar la vuelta al mundo para conmemorar el quinto centenario de la circunnavegación de la nao Victoria. Un viaje que durará un año, de agosto de 2020 a agosto de 2021.