Antonio Luque, presidente ejecutivo de Dcoop
Antonio Luque, presidente ejecutivo de Dcoop - SUR
ENTREVISTA A ANTONIO LUQUE, PRESIDENTE DE DCOOP

«En Deoleo habrá una segunda vuelta»

Tras ser elegido presidente de la mayor cooperativa andaluza, este directivo apunta que el objetivo deber ser forjar un líder agroalimentario en el Sur de España.

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La primera cooperativa de Andalucía no ha tocado techo en cuanto a volumen, ni en el sector del aceite de oliva (donde es líder al concentrar el 17% de la producción nacional y el 9% mundial), ni en el del resto de productos con los que en los últimos años ha diversificado su negocio. «Vamos a seguir creciendo y tenemos las puertas abiertas para aquellas cooperativas o grupos que quieran acercarse a nosotros; pero Dcoop no va a iniciar una labor de captación, pues hay otras fórmulas para ganar dimensión», señala su presidente, Antonio Luque, que espera acabar este ejercicio con unos ingresos superiores a los 1.000 millones de euros. Y es que tras fracasar la operación con Deoleo, el principal grupo comercializador de aceite de oliva del mundo, Dcoop apostó por la diversificación para expandirse y por su crecimiento en mercados como Estados Unidos, donde la cooperativa tiene las mayores expectativas a futuro.

No obstante Luque, quien fuera «padre» de la marca Hojiblanca, se resiste a dar por perdida la batalla por Deoleo, actualmente controlado por el grupo de inversión CVC, y no descarta que antes o después «haya una segunda vuelta».

—¿Dcoop tiene margen para seguir creciendo en el número de cooperativas oleícolas?

—Seguimos pensando que somos muy pequeños, sobre todo comparado con las grandes cooperativas del centro y norte de Europa. El sector agroalimentario español tiene que seguir invirtiendo, y mucho, en I+D+i, en internacionalización, en la promoción de sus productos, en la concentración de la oferta... Y eso se consigue con empresas bien dimensionadas. Por eso, en Dcoop no descartamos nuevas integraciones o fusiones, y mantenemos puertas abiertas a la voluntad de integración, pero es verdad que no estamos en un momento de captación. Hay otras fórmulas de crecimiento, como la diversificación, y hemos apostado por otros sectores como la ganadería, el vino o la leche de cabra. El objetivo es el mismo: construir la que debe ser la gran cooperativa del Sur de España.

—Tras la salida de Deoeo, ¿el proyecto de conformar el gran grupo español oleícola se abandona?

—Deoleo está en manos de CVC, un grupo de inversión cuyo objetivo es reestructurar la compañía y ponerla a la venta. Puede que, por las particularidades del sector del aceite de oliva, en lugar de un año tarde diez, pero no está en su filosofía permanecer en el sector. Nosotros, en cambio, tenemos una voluntad clarísima de permanencia, pues somos un grupo de agricultores asociados para vender nuestra producción de olivar. Por lo tanto, estoy convencido que antes o después habrá una segunda vuelta en Deoleo, y no descarto que, si la compañía está en precio, nos sentemos de nuevo a buscar un acuerdo en el futuro.

—La marca Hojiblanca pasó a Deoleo. ¿Dcoop tiene la misma aceptación?

—Somos de la opinión que hay que hacer marca. Pero con la cada vez más importancia de la marca blanca, pues dos de cada tres botellas de aceite de oliva que se venden son marca de la distribución, era muy complicado mantener un nombre como Hojiblanca que se refería sólo a aceite de oliva y en la calidad virgen extra. La marca Dcoop va a ser un sello muy identificado a productos de alimentación directamente del agricultor, de cooperativas, y engloba no sólo aceite de oliva, sino también a aceituna de mesa, a vino, a jamón o cualquier otro alimento de cooperativa. Por ello, creo que será más fácil mantener una marca más global que otra tan específica como era Hojiblanca.

—Otro proyecto frustrado pero con la misma idea de ganar dimensión fue el intento de integración con Covap y Agrosevilla. Han pasado diez años. ¿Sigue recordando aquella oportunidad?

—Fue una pena que no saliera adelante. En aquella época nosotros facturábamos la mitad que Covap y poco más que Agrosevilla. Si Dcoop factura hoy entorno a los 1.000 millones de euros, con esta fusión estaríamos hablando del doble y seríamos la cooperativa más grande de España cuando con la suma de las tres no llegamos hoy a los 1.500 millones. A lo mejor algún día resurge la posibilidad de retomar el proyecto. No lo descarto. Merece la pena que en Andalucía se trabaje por la concentración de cooperativas para que haya grupos empresariales muy fuertes.

—Mercaóleo sí salió adelante, con el punto de mira en los mercados exteriores...

—Queremos estar en todos los canales posibles de comercialización de aceite de oliva. Estamos bien posicionados vendiendo a granel, pero apostamos por que una parte importante de nuestro volumen llegue envasado con nuestras marcas o la de la distribución directamente al consumidor. Así nació el proyecto Mercaóleo, que iniciamos al 50% de la mano de la multinacional americana Cargill, a la que posteriormente compramos su accionariado. Fijamos una meta para vender industrializado al menos 150 millones de litros de aceite en un periodo de cinco años y la intención era ir abriendo mercados en todo el mundo a través de la red que ya tenía Cargill. Y así lo hicimos.

—¿Qué mercado ha resultado ser más estratégico y por qué motivo?

—Estados Unidos es un mercado importantísimo y de mucho futuro. Allí teníamos un cliente amigo, Pompeian Group, empresa líder en ventas en volumen de aceites de oliva en el mercado estadounidense, con la que llegamos a un acuerdo de intercambio de participación de un 20%, aunque ahora estamos negociando ampliarla hasta el 50%. La razón es que Estados Unidos es el principal país consumidor de aceite de oliva fuera de los estados productores, con un consumo de 300 millones de litros. Cuenta con unos 300 millones habitantes y creemos que el consumo se puede duplicar hasta los 600 millones de litros de aceite, un reto que podría conseguirse en seis u ocho años. Este grupo tiene, además, dos plantas de envasado, una en California y otra en Baltimore, en las dos costas, por lo que tenemos una buena posición logística para hacer crecer el consumo.

—De la relación con los antiguos propietarios de Pompeian surge otra alianza comercial, la de la empresa cordobesa de salsas y mayonesas Musa...

—Así es. La familia Moreno era la antigua propietaria de la marca Pompeian y también de Musa. Dcoop se hizo con el 100% de las acciones que poseía el grupo empresarial familiar Moreno SA el año pasado, y ahora intentamos mantener la actividad industrial en torno a las salsas en Córdoba. Musa es una marca que ha sufrido mucho en los últimos años y nos va a costar trabajo que tenga la implantación que llegó a tener, pero confiamos en que así sea. Son unos productos complementarios para nuestro negocio y te permite hacer promociones cruzadas en la negociación con la gran distribución. Siempre digo que las sinergias no se consiguen el primer año ni el segundo. Se ven a partir del tercero. Así nos ha pasado, por ejemplo, con la aceituna de mesa.

—¿Cuál es la estrategia a seguir en torno a este otro producto del olivar?

—El 95% del volumen de nuestra aceituna de mesa se exporta y vamos a seguir en esa línea, apostando por innovar. De hecho, vamos a invertir en nuevos formatos flexibles y en tener estructuras comerciales como la de Pompeian, que nos permite consolidarnos y crecer en Estados Unidos, aunque también son mercados de interés Europa y los países del Este. Además, la sección de aceituna de mesa de Dcoop va a invertir 12,4 millones de euros en mejorar las instalaciones de Dos Hermanas (Sevilla) y Monturque (Córdoba).

—El aceite de oliva de orujo se quiere relanzar en España, y ya se ha puesto en marcha la Interprofesional del sector. ¿Qué opina?

—Hay que rentabilizar todo lo que salga del olivo, pero creo que habría que haber buscado alternativas al aceite de orujo, bien en alimentación animal o en biocombustibles, que podrían ser incluso más rentables para el agricultor y garantizando el empleo de las extractoras. Hay una frontera muy confusa sobre lo que es oliva y lo que es orujo, y me gustaría que esa frontera quedara muy clara. El aceite de oliva tiene una imagen de calidad a nivel mundial y no se puede confundir.

—¿Qué ha supuesto para Dcoop ser Entidad Asociativa Prioritaria?

—No hay grandes diferencias entre las subvenciones para cooperativas prioritarias y para el resto, pero lo positivo es que ya se habla de la necesidad de integración y de empresas con volumen. El discurso institucional ha cambiado y ahora se apoya a los grupos empresariales grandes.

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