ESCUELA DE INGENIEROS

Aicia crece de la mano de la recuperación del gasto en I+D+i

El Centro Tecnológico de la Escuela de Ingenieros de Sevilla se sobrepone al bajón de los últimos dos años

Francisco J. Jiménez-Espadafor, director de Aicia J. M. SERRANO

La Asociación para la Investigación y la Cooperación Industrial de Andalucía (Aicia) es uno de los mejores termómetros para saber cómo está la actividad real de la I+D+i en la región. Este centro tecnológico vinculado a la Escuela de Ingenieros de Sevilla es el enlace entre los profesores y estudiantes de esta institución universitaria y las necesidades reales de las empresas industriales. Los recursos que genera se destinan a financiar la actividad investigadora de la propia Escuela de Ingenieros. «Hemos pasado dos años muy difíciles, pero en 2018 vamos a recuperar parcialmente el nivel de ingresos que ha tenido históricamente Aicia», afirma su director, el catedrático Francisco J. Jiménez-Espadafor.

La menor actividad en I+D+i del tejido em presarial —unido a la caída del gasto público y al cambio de criterio en la concesión de determinadas ayudas de la Administración para la innovación— redujeron drásticamente el número de proyectos en los que participó Aicia, al pasar de los 132 de 2015 a menos de 70 en 2016 y 90 en 2017.

«En 2018 crecemos y vamos a estar de nuevo en el entorno de los 140 proyectos» , indica este ingeniero. En total, la facturación del centro rondará los ocho millones de euros , de los que más del 30% procede ya de fuera de España, un porcentaje que seguirá creciendo en el futuro. Aicia ha llegado a facturar más de 13 millones de euros vendiendo única y exclusivamente investigación para empresas, un nivel al que espera volver en los próximos ejercicios.

Entre las empresas que se apoyan en Aicia para desarrollar su actividad innovadora se encuentran Azvi, Airbus, Boeing, Red Eléctrica, Endesa, Atlantic Copper o Navantia. Tradicionalmente la gran fuerza de Aicia ha estado en ámbitos como las redes de distribución de energía, las técnicas de fabricación o la organización industrial, aunque ahora están creciendo nuevas áreas.

«Ha ganado mucho peso la investigación en aeronáutica, especialmente en el área de los nuevos materiales y de los aviones no tripulados, que requiere un desarrollo intensivo en robótica», asevera. También hay sectores muy prometedores para el futuro, como la minería, donde han iniciado conversaciones con Cobre las Cruces.

Proyectos en EEUU

Este centro tecnológico también se ha sobrepuesto a la crisis de Abengoa, «una de las pocas empresas españolas que destinaba una cantidad relevante de sus recursos propios a desarrollar tecnología propia», recuerda Francisco J. Jiménez-Espadafor. En cualquier caso, Aicia sigue prestando sus servicios a negocios que puso en marcha la multinacional sevillana, como las plantas termosolares de Estados Unidos (que actualmente pertenecen a Atlantica Yield).

Aicia nació en 1982 de la iniciativa de un grupo de profesores que eran conscientes del potencial humano y la capacidad del servicio que esta institución podía ofrecer a la sociedad. Uno de los efectos beneficiosos que ha tenido es que de sus grupos de trabajo nacieron las dos primeras «spin off» de la comunidad, Inerco e Isotrol, a las que le siguieron posteriormente firmas como GP Tech, Teams, Ingeniatrics o Ingelectus.

La mayoría de los proyectos de Aicia procede de la contratación directa con empresas privadas , al margen de que éstas acudan a convocatorias públicas para financiar estos trabajos.

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