Estoy indeciso respecto a qué hipoteca contratar. ¿Me conviene más una a tipo fijo o a tipo variable?

Debe estudiarse cada caso individualmente y tener encima de la mesa las dos opciones con los número hechos, pero la clave está en nuestra propia situación laboral y financiera

Estoy indeciso respecto a qué hipoteca contratar. ¿Me conviene más una a tipo fijo o a tipo variable? (Consulta de Alicia Palacios)

Responde Ferrán Font, director de Estudios de Pisos.com

Tras la difícil tarea de encontrar una nueva vivienda que cumpla nuestros requisitos y entre dentro de nuestro presupuesto, se nos plantea una última y no poco importante duda: solicitar una hipoteca a tipo fijo o a tipo variable. Las dos opciones tienen pros y contras y hay que decidir si se prefiere un préstamo por el que siempre se pague lo mismo mes a mes, aunque el interés al principio sea mayor, o uno con una cuota más reducida, aunque sujeto a las variaciones del Euríbor. La situación actual mismo, en tasas negativas, nos hace prever que a medio plazo no va a subir. Sin embargo, el plazo de amortización de una hipoteca ocupa varias décadas, y en un periodo de 30 años la trayectoria del Euríbor es impredecible.

Por otro lado, las entidades bancarias han vuelto a sacar al mercado hipotecas a tipo fijo con muy buenas condiciones, lo que las convierte en una alternativa cada vez más atractiva, aunque hay que tener en cuenta que no tiene por qué ser lo más indicado en el 100% de los casos. Si nuestra prioridad es la estabilidad y saber de antemano lo que vamos a pagar en cada cuota, desde la primera hasta la última, nuestra apuesta deberá ser la hipoteca fija. Según los expertos del sector, para que en una hipoteca variable se pague más que una fija, debería ser una hipoteca de más de 20 años en un escenario donde el Euríbor se situara de manera sostenida por encima del 2%.

En cambio, si nuestra opción es la contratación de una hipoteca inicialmente más económica, ya que entendemos que nuestros ingresos a futuro tenderán a crecer, la hipoteca variable sería nuestra opción. Esta elección tiene, además, un ritmo de amortización del crédito más rápido al principio, por lo que se reduciría el efecto de una subida de tipos de cara al futuro. En definitiva, debe estudiarse cada caso individualmente y tener encima de la mesa las dos opciones con los número hechos, pero la clave está en nuestra propia situación laboral y financiera.

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