La precariedad cierra las puertas del mercado inmobiliario a los jóvenes

Las compañías del ramo proponen medidas para facilitar la financiación y abaratar los inmuebles

MADRID Actualizado: Guardar
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El sector de la vivienda en España afronta el que es uno de sus principales retos, y que arroja incertidumbre sobre la capacidad del mercado para mantener a largo plazo el crecimiento de las compraventas que arrancó en 2014 y que aspira a cerrar el presente año con un aumento próximo al 15%, hasta lograr el mayor dato desde 2010.

La escalada de los precios de los inmuebles, debido al incremento de la demanda y la escasa disponibilidad de suelo finalista en algunas de las principales zonas urbanas, ha puesto aún más piedras en el camino de los jóvenes que desean abandonar el hogar familiar: según el último Observatorio de Emancipación, perteneciente al primer semestre del año y elaborado por el Consejo de la Juventud de España, el índice de emancipación en nuestro país ha descendido hasta el 19,7% de la población entre 16 y 29 años, cerca de un punto porcentual por debajo de la conclusión del año 2015.

«Para una persona joven asalariada no sería viable económicamente emprender la emancipación en solitario y, de hecho, tan solo el 16,7% de las personas jóvenes emancipadas ha logrado establecerse en un hogar unipersonal. Por otro lado, el frágil posicionamiento de la población joven en un mercado laboral muy excluyente condiciona las posibilidades de emancipación de las y los jóvenes», reza el informe.

Efectos sobre la vivienda

¿Qué efectos se espera que tenga este fenómeno sobre un sector que comienza a levantar cabeza tras años de sequía? La brecha existente entre el precio de las viviendas y el salario de los jóvenes, a la que se une además la alta tasa de paro juvenil, «imposibilita la adquisición de vivienda por parte de los jóvenes», indica Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), quien cita dos riesgos inmediatos con influencia directa sobre el mercado inmobiliario: el «demográfico», al «retrasarse la creación de nuevas familias», y el agotamiento de «un mercado de reposición finito» que «no garantiza el provenir del sector». De hecho, este segmento -integrado por aquella vivienda que se vende para la adquisición de otra normalmente con mejores prestaciones- ha sido uno de los ejes de la recuperación del sector en los últimos años. Pero el futuro no puede fundamentarse, simplemente, en este perfil de comprador. «La industria inmobiliaria no puede contar con un futuro si no se incentivan planes de compraventa de primera vivienda», concluye Gómez-Pintado.

La CEOE ya advirtió en su último informe «El sector inmobiliario: propuestas para la recuperación» que ante los cambios del «poder adquisitivo de las familias y su capacidad de endeudamiento» resulta imprescindible rebajar los «costes de producción de la vivienda mejorando los procedimientos administrativos e incorporando la industrialización en el proceso constructivo».

Los promotores alertan sobre un riesgo demográfico al retrasar la creación de hogares y el agotamiento de un «mercado de reposición finito»

Con el propósito de abaratar las viviendas, la patronal planteó un amplio catálogo de medidas, como, entre otras, una homogeneización de los marcos legales que acabe con la «enorme heterogeneidad» de normas urbanísticas autonómicas y ordenanzas municipales, incentivos para aminorar las cargas tributarias, «liberalizar» parte del suelo dirigido a construir vivienda protegida para aumentar el suelo finalista en el mercado, así como habilitar líneas de financiación alternativas a la banca para las promotoras.

Ricardo Sousa, consejero delegado de la inmobiliaria Century 21, sin embargo, no cree necesario introducir medidas para recortar el importe de los inmuebles y aboga por adaptar la oferta a esa demanda cambiante: «Más que hablar de una bajada de precios de la vivienda, deberíamos buscar alternativas ajustadas a la realidad económica y de la renta de esta generación que les permita acceder a viviendas acordes a sus necesidades. Es por ello que se necesita satisfacer la demanda de viviendas situadas en barrios céntricos caracterizadas por un tamaño más reducido con soluciones arquitectónicas y de diseño acordes a su capacidad adquisitiva, así como una oferta de servicios y ocio muy cercana».

Peso creciente

Las previsiones apuntan a que en 2025 el 75% de la fuerza laboral estará formada por «millennials» (aquellos nacidos a partir de 1980 y hasta finales de los 90, aunque no hay consenso sobre la fecha de inicio y fin de la generación). Sus prioridades -mayor autonomía, menor disposición de ahorro y menor capacidad adquisitiva- obligarán a articular medidas para facilitar la compraventa. «Por encima de las medidas anteriores es imprescindible que la Administración plantee planes de acceso a la primera vivienda concretos más allá de los planes actuales. En países vecinos, como Reino Unido, existen fórmulas por las que el Gobierno avala un porcentaje del precio de una vivienda, dejando el restante a la entidad financiera. En España se podría plantear, por ejemplo, que el Estado avalase un 15% del coste total de la vivienda, de forma que la entidad financiera pudiese ampliar su préstamo hasta un 95%», detalla Gómez-Pintado.

Sousa, por su parte, no considera que el mercado de la compraventa se vaya contraer, directamente, como efecto de la entrada en juego de la generación «millennial». «Más que una ralentización del mercado inmobiliario, en los próximos años vamos a ver cómo la tendencia se dirigirá hacia una mayor inversión en los mercados periféricos de las grandes urbes, donde el precio del metro cuadrado está más ajustado a la realidad económica de los "millennials" y las familias jóvenes», subraya. Mientras tanto, el alquiler, una de las fórmulas favoritas por parte de los jóvenes, exigirá un cambio de modelo. «La construcción y reforma de inmuebles se tienen que adaptar a las necesidades que presenta esta generación, muy interesada en alquilar, ya que esta será una de las bases que terminen de hacer despegar al mercado inmobiliario residencial», recalca Sousa.

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