Los mercados ya no tiran la casa por la ventana por el «nuevo inmobiliario»

Varias compañías suspenden su salida a Bolsa tras la mala racha del sector

«Hay vértigo», explica Javier Santacruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) RAFAEL CARMONA
Guillermo Ginés

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La fiebre se ha aplacado. El inmobilario había sido en los últimos meses el protagonista indiscutible de los parqués, la estrella emergente que confirmaba el buen momento de la economía en general y del sector en particular. Sin embargo, en las últimas semanas se ha llenado de dudas . En parte por laparálisis política. Pero solo en parte.

Primero fue Azora quien retrasó su salida a Bolsa tan solo dos días antes de que se produjera. Según la gestora, la opv se paralizaba hasta que se cerrara la opa de Blackstone sobre Hispania, socimi hotelera que gestiona sus activos. Una operación que puede tener por tanto un gran impacto en su balance.

La incertidumbre estaba servida. Y no tardó en cobrarse una nueva víctima: Testa. La socimi esgrimió que la «volatilidad» desatada en los mercados por la incertidumbre política podía lastrar sensiblemente su debut bursátil. Por ello decidió ser conservadora, retrasando su entrada en el parqué a septiembre y escogiendo el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), no el continuo.

El sector mira ahora a Haya y Vía Célere . Eran las siguientes en adentrarse en el cada vez más inestable terreno bursátil, pero estas operacionesno están ni mucho menos garantizadas. La promotora perteneciente al fondo Värde no despeja las dudas, al señalar que, dentro de su política de expansión y crecimiento, contempla «una posible salida a Bolsa en el futuro, sin manejar tiempos exactos».

«Hay vértigo», explica Javier Santacruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), que recuerda que son varios los indicadores que reflejan una «desaceleración» del sector de la construcción. Una estadística que ha incentivado un «enfriamiento de las expectativas» y que incluso puede haber aventurado la proximidad del fin del ciclo para el sector, según el experto.

Parece aventurado hacer referencia a un cambio de ciclo, pero lo cierto es que ya no existe la euforia de años anteriores. Hay que tener en cuenta que, si bien l as promotoras están experimentando un fuerte crecimient o, también están teniendo que soportar el un robusto incremento de los costes, especialmente de la mano de obra. Un factor que, según distintos analistas inmobiliarios, ha llegado a paralizar proyectos.

Además, tampoco se mantienen las rentabilidades que mostraban los activos inmobiliarios en los últimos años, «Las grandes salidas a Bolsa eran motivadas por unos rendimientos que ya no se están produciendo. Por el contrario, ahora se han reducido obstensiblemente las primas», explica Santacruz. De un año para otro se han producido un importante cambio. Neinor y Aedas salieron al mercado con confianza y solvencia hace poco más de doce meses, obteniendo incluso fuertes ganancias durante sus primeras sesiones bursátiles.

Precedentes

En este sentido, el debut en el parqué de Metrovacesa se erige como un punto de inflexión. Estaba concebida como una de las grandes operaciones del año, pero finalmente tuvo que ser retrasada un día.

¿La razón? Era demasiado cara. La oferta inicial, un rango situado entre los 18 y los 19,50 euros por título , fue rechazada por los inversores. No se cerraron las órdenes suficientes. Solo con un descuento del 15% de esta horquilla -hasta los 16,5 euros por acción- se logró salvar la operación. Lo cierto es que, tras debutar con una bajada del 3% y llegar a caer por debajo de los 14 euros por acción, la cotización de Metrovacesa ha registrado cierta recuperación. Con todo, se mantiene por debajo del precio con el que regresó al parqué.

Su caso se ha convertido en una referencia dentro del sector: ya no se compra ladrillo a cualquier precio. Los fantasmas del pasado siguen muy presentes en un sector sobre el que planea la amenaza de una burbuja casi perpetua . «Desde el punto de vista del entorno económico , la reciente mala experiencia de la última compañía que han salido a cotizar, ha generado incertidumbres en estos procesos. Esto ha podido provocar que los análisis previos a una colocación no hayan sido positivos y consecuentemente se haya cancelado», explican desde una de las grandes consultora del mercado.

No hay que olvidar que, tal y como recuerda esta organización los dos motivos fundamentales para salir a Bolsa son la búsqueda de financiación para acometer un plan de crecimiento o para dar liquidez a los accionistas. « Estos dos motivos son bien diferentes y en base a esto el apetito de los inversores es muy distinto», afirman estas fuentes. El mercado ha frenado la fiebre del ladrillo. Tras años de crecimiento de socimis y opv masivas, el sector afronta la necesidad de consolidarse para olvidar definitivamente las histerias del pasado.

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