El mercado vacacional aleja los últimos nubarrones

Impulsado por el regreso del comprador nacional y la fiebre inversora, los precios suben en el 70% de las zonas y el stock de vivienda nueva comienza a agotarse

Playa de San Juan, en Alicante, una de las provincias prefereidas por el consumidor español para comprar vivienda vacacional JUAN CARLOS SOLER

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El mercado inmobiliario en la costa sigue recobrando músculo. Ya empiezan a asomar algunas grúas junto al mar y el stock de vivienda nueva, que se arrastraba desde 2008, se está absorbiendo progresivamente hasta el punto de que hay lugares donde ya no existe. Los precios comienzan a calentarse y están encareciendo algunas zonas de forma significativa. Eso sí, la recuperación se está produciendo a diferentes velocidades. Mientras la Costa del Sol, Baleares, Canarias, Alicante, el Maresme y alrededores de Barcelona, y ciertos enclaves de la costa gaditana (Tarifa, Sotogrande y Zahara de los Atunes) están en plena forma, todavía hay zonas de La Coruña, Castellón, Algeciras, Barbatre, la cornisa cantábrica, norte de Tenerife, La Gomera y Menorca que no terminan de despegar.Así lo refleja el reciente informe de la consultora Tinsa «Vivienda en costa 2018», donde se recoge la radiografía de la situación del mercado de vivienda vacacional en España. «El mercado residencial en la costa española está recuperando paulatinamente la actividad», reza en el estudio, pero «todavía se observan ubicaciones donde el mercado evoluciona más lento, debido a que la sobreoferta es abundante y la demanda es todavía débil».

Ahora, junto a un comprador extranjero que no ha dejado de mirar con mucho interés al litoral español, en especial en esas zonas que despuntaron antes, como la Costa del Sol y Alicante, se ha incorporado un consumidor español que se asienta en la costa de Huelva, Granada, Almería, norte de Tarragona, la Manga del Mar Menor, Castellón, Valencia, zona central de la costa asturiana y el sur de Pontevedra. «La recuperación de la costa no se entendería sin la recuperación del cliente nacional. Gente que tiene dinero retenido en el banco y que en este momento, con los tipos de interés tan bajos, ve en el mercado del ladrillo un buen refugio para sus ahorros. Los españoles vuelven a adquirir inmuebles en la costa tanto para disfrute, es decir para tener una segunda residencia, como para inversión», matiza Ferran Font, director de Estudios de pisos.com

Ibiza tiene 4 de los 5 municipios con el metro cuadrado más caro del país

El informe de Tinsa también ha detectado este fenómeno, como cuenta Susana de la Riva, directora de Marketing y Comunicación de Tinsa: ha aumentado la compra de inmuebles en el litoral para invertir, fenómeno impulsado por la eclosión de los pisos turísticos. «El ajuste de precios —explica— experimentado en la crisis y la existencia de nuevas estructuras y plataformas, que facilitan rentabilizar los inmuebles por la vía del alquiler, aumentan el atractivo de la vivienda de costa como inversión. Una de las zonas donde esta tendencia es clara es en la Costa Dorada».

No hay duda de que nuestro litoral siempre ha resultado muy atractivo para invertir, sobre todo para extranjeros. «El mercado de la costa tira porque es un mercado estable —afirma Font—, interesante y previsible, ofrece un producto atractivo con intereses muy bajos para comprar inmuebles y pasar la jubilación, y con altas rentabilidades si se quiere invertir».

Influencia en los precios

Ante este nuevo escenario, los precios han sido sensibles. El informe de Tinsa revela que un 70% de municipios del litoral español registraron incrementos de precios entre el primer trimestre de 2017 y el mismo periodo en 2018. Más de la mitad de las zonas apuntan subidas moderadas y otra cuarta parte por encima del 5%. Incluso en 28 municipios el aumento superó el 10%. «Los mayores crecimientos se encuentran en las islas, Málaga, Alicante y en enclaves de Huelva y Pontevedra», afirma De la Riva.

Otro informe de Idealista, hecho público ayer, señala que el precio de las viviendas ubicadas en la costa creció un 6,1 % en junio con respecto al mismo mes del pasado año, hasta alcanzar los 1.757 euros por metro cuadrado, y se incrementaron un 2,3 % de media durante el segundo trimestre.

Existen situaciones muy especiales como Ibiza, «donde están cuatro de los cinco municipios con el precio por metro cuadrado más caros de España. O zonas de El Garraf, donde no solo hay producto de costa vacacional sino que por su proximidad a Barcelona el consumidor buscar en Sitges o Garraf un lugar donde vivir», dice Font.

Apuesta por zonas como Huelva, Almería, Granada, norte de Tarragona, La Manga del Mar Menor, Castellón, Valencia, la costa asturiana y el sur de Pontevedra

El consumidor nacional apuesta por Huelva, Almerica, Grananda, norte de Tarrragona, La Manga del Mar Menor, Castellón y Valencia

Los municipios ibicencos a los que se refiere el experto, y según datos de pisos.com, son: Sant Josep de Sa Talaia (5.500 euros el metro cuadrado), Ibiza (5.280), Santa Eulalia del Río (4.500) y Sant Antoni de Portmany (4.283). Cuando la media nacional es que el precio ascienda a unos 1.500 euros por metro cuadrado.

No obstante, hay un grupo de municipios que registran descenso de los precios porque todavía se están ajustando. De forma general, el informe preve que la tendencia sea que en un 57% de las zonas los precios evolucionen al alza, y en el 42% se estabilicen.

El stock se agota

La oferta del mercado vacacional es fundamentalmente de segunda mano, aunque ya empiezan a verse grúas para el desarrollo de nuevos proyectos urbanísticos, especialmente en la Costa del Sol y algunos enclaves de Alicante. Unas veces las nuevas construcciones responden a la falta de oferta de viviendas y otras a cambios en los gustos del consumidor que demanda un tipo de inmueble diferente.

«El stock de la vivienda usada está cayendo a un ritmo de casi el 20% anual. Se está agotando», afirma Luis Rodríguez de Acuña, consejero delegado de R.R. Acuña & Asociados. Mientras la demanda está creciendo, según sus datos: un 15% en 2017 y este año prevé un 17%. De hecho el informe de Tinsa, señala que en el 19% de las zonas de costa analizadas el stock es prácticamene inexistente. Destacan Ibiza, costa de Conil y Tarifa (Cádiz), Fuerteventura, Lanzarote, sur de Gran Canaria y la costa vasca.

Eso puede generar tensiones en el mercado de la vivienda vacacional a medio plazo, advierte el experto. Según explica, «por un lado, tenemos unos stock muy ajustados en vivienda nueva y usada. La vivienda de segunda mano se va a quedar a niveles de rotación. Se está produciendo una falta de vivienda. De ahí que se desarrollen nuevas construcciones: en 2014 las viviendas terminadas en la costa cayeron a 6.000 unidades, pero a partir de 2015 empezó a remontar. Ahora estamos en 9.000 viviendas terminadas al año. Si no se produce este crecimiento de nuevos desarrollos no habrá suficiente vivienda a la venta para atender la demanda actual y se trasladará a una tensión en los precios».

Ya hace tres años que comenzaron las señales de reactivación del mercado vacacional en la costa. Ahora, los nubarrones son cada vez más dispersos.

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