Crowdfunding, inversión en ladrillo para todos los públicos

Este instrumento colectivo permite realizar pequeñas aportaciones y diversificar riesgos

BELÉN RODRIGO

A tenor de su creciente desarrollo y de la proliferación de nuevas plataformas, el crowdfunding inmobiliario ha llegado a España para echar raíces. Y para abrir puertas que hasta ahora solo conocían los grandes fondos. Esta práctica consiste en la inversión en activos del sector mediante la aportación conjunta de actores de muy distinta condición. Es una práctica muy habitual desde hace tiempo en países como EE.UU. o Reino Unido y se ha hecho un hueco en nuestro país en poco menos de dos años. «Se ha convertido en una buena alternativa a la inversión en banca», afirma Juan Elorduy Mota, experto del Programa de Innovación y Tecnología Financiera del IEB. «Es algo nuevo y bueno porque está bien regulado. El Gobierno se ha dado cuenta que la inversión participativa es algo interesante y ha optado por una actitud conservadora y paternalista con el inversor en esta primera fase», añade.

Elorduy parte de la premisa de que la inversión se debe hacer «con el dinero que te sobra». Es una inversión «más prudente que la Bolsa», en este momento «con mayor rentabilidad que los fondos de inversión» y además «permite inversiones de muy poco dinero y diversificadas» . La rentabilidad en el caso de los inmuebles que se alquilan «ronda el 4% además de una plusvalía posiblemente positiva». Como punto débil destaca que quien quiera salir de la sociedad antes de su disolución, debe antes encontrar alguien dentro de la plataforma que se quede con sus acciones.

Los expertos destacan que la regulación de esta actividad ha sido rápida y eficaz

El crowdfunding «es una herramienta de financiación de proyectos inmobiliarios que, basándose en la financiación colaborativa permite a cualquier usuario invertir en un mercado hasta ahora exclusivo a los grandes patrimonios», explica BrickFunding, un motor de búsqueda vertical especializado en crowdfunding inmobiliario. Su CEO, Juancho Arregui, destaca «la comodidad y la diversificación frente a la inversión tradicional de comprar ladrillo que acarrea muchos gastos y en donde necesitas al menos dos años para no perder dinero. Es una oportunidad de disfrutar de las ventajas del mercado inmobiliario». Cree además que resulta más fácil «que invertir en Bolsa donde necesitas conocimientos más especializados». B

BrickFunding trata de ser «un rastreador de las plataformas, mostrando los productos de cada una de ellas». Este último año han aparecido numerosos operadores como BricksAndPeople, Alfabricks, BrickStarter, Debargi, FTinversiones y Urbanitae. Uno de los más consolidados es Housers. Nació en 2015 y fue la primera plataforma autorizada por la CNMV. Parte de la idea de que cualquier persona puede acceder al mundo de la inversión inmobiliaria. «Pero para invertir en ladrillo hace falta capital alto, conocimiento del mercado y mucho tiempo para buscar buenas oportunidades. Por lo general, poca gente reúne estos requisitos y se trata de democratizar esta inversión, que todos puedan», explica Álvaro Luna, socio director de Housers. Esta plataforma tiene licencia para operar en las dos modalidades del crowdfunding: equity y crowdlending. En el primer caso, inviertes en un proyecto a cambio de participaciones y en el segundo, el más habitual, los inversores conceden un préstamo al promotor para su proyecto.

Una ventaja: «La comodidad y la diversificación frente a la inversión tradicional de comprar ladrillo que acarrea muchos gastos y en donde necesitas al menos dos años para no perder dinero»

Housers cuenta con más de 67.000 usuarios que han invertido más de 31 millones en proyectos inmobiliarios. Espera acabar el año con 100.000 usuarios y alcanzar los 50 millones de inversión. La inversión media de sus usuarios es de 2.000 euros y el 23% de los inversores han entrado con capital para financiar más de cinco proyectos. Cabe recordar que la actual legislación distingue entre inversor acreditado y no acreditado, según el patrimonio. En el primer caso limitan la inversión en crodwfunding a 10.000 euros al año siempre y cuando no se invierta más de 3.000 en un mismo proyecto «Creemos que diversificar la inversión es muy importante», advierte Álvaro Luna.

En esta firma apuestan por tres productos diferentes. El más conservador es el de los inmuebles para alquilar y vender en un plazo de cinco años. «Logras una rentabilidad aproximada del 4% y después el de la venta», asegura el socio fundador de la casa. Después está el de la inversión a plazo corto donde se reforma el inmueble y se vende y por último el que ofrece un interés fijo, que consiste en un préstamo con interés fijo anual. El responsable de Housers pone un ejemplo de inversión: en un inmueble en Malasaña que ya fue vendido y disuelta la sociedad, una persona que invirtió 2.000 euros consiguió en 10 meses unos ingresos de 2.246.8 (incluyendo alquileres, venta y devolución de capital). «Cuanto más riesgo haya, más rentabilidad. En el caso de las ventas, varía mucho, puede ser del 17% pero también del 7%. Por eso aconsejamos diversificar mucho», concluye.

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