Wible: «La Administración tiene mucha tarea pendiente con el carsharing»

En menos de un año, la compañía ya ha transportado a un millón de personas en Madrid

Carlos Blanco es el consejero delegado de esta nueva alternativa de coche compartido ABC

Fernando Morales

Madrid se ha convertido en la ciudad de experimento de todas las empresas de carsharing en España. Car2Go, Zity, Emov y Wible pugnan en la capital para convertirse en alternativa al coche privado. Wible fue la última en poner su flota de 500 vehículos en Madrid , pero desde noviembre de 2018 ya ha alcanzado el millón de desplazamientos. «Madrid se está convirtiendo en una de las ciudades a nivel internacional con más presencia y con más identidad a la hora de definir lo que es la movilidad compartida y sostenible», asegura el nuevo director general de Wible, Carlos Blanco, recién aterrizado en el cargo.

Y aunque en Madrid se ha avanzado más que en otras ciudades, según Blanco las administraciones públicas tienen muchas tareas pendientes en lo que a movilidad sostenible se refiere. Para Blanco, una de las buenas prácticas que se han hecho en otros países es «disponer de plazas de aparcamiento exclusivas para carsharing . Esta medida se va a poner en marcha en Lisboa donde el equipo de gobierno va a activar 140 plazas de aparcamiento en la ciudad», explica.

Asimismo, señala como tarea pendiente el disponer de infraestructuras de carga de los vehículos eléctricos en la vía pública . Y es que, aunque asegura que la penetración del vehículo eléctrico en España no es muy elevada, las empresas de carsharing «seríamos los primeros que acudiríamos como opción de recarga a estos puntos para cargar nuestros vehículos», y así evitarse el ir a las instalaciones de las empresas. «Nos harían mucho más eficientes», exclama.

Para diferenciarse de las otras empresas de carsharing, Wible cuenta con un espacio reservado en 56 parkings de Madrid en los que los clientes, gracias a un acuerdo entre la compañía y el garaje, pueden aparcar o coger los coches de alquiler en las instalaciones sin tener que abonar ninguna cantidad extra. «Se han utilizado tanto de llegada como de partida en más de 30.000 ocasiones», afirma Blanco.

«No es rentable»

Al sur de Madrid es donde esta empresa de carsharing, apoyada por KIA y Repsol, pone a punto sus vehículos. «Todos pasan por nuestros talleres varias veces a la semana para una puesta a punto», cuenta Blanco, quien asegura que la experiencia del cliente es algo fundamental para que esta empresa, que a día de hoy «no es rentable», pueda seguir creciendo y «a medio plazo obtener beneficios».

Y es que una de las dificultades que tienen estas compañías es que el vehículo esté más cerca del usuario que el de otra empresa de carsharing. «Tenemos detectado que uno de los factores de decisión del usuario sobre coger una empresa u otra es la cercanía del coche en el momento en que estás abriendo la aplicación», asegura. Es por ello por lo que el objetivo de Wible es hacer que el vehículo que más cerca tenga el usuario sea el suyo. «El cliente tiene que tener el coche a disposición en un radio de tres o cuatro minutos andando».

Para este objetivo, aparte de estudiar en el plan estratégico 2020 si es necesario más flota en Madrid o no, la compañía va a lanzar una nueva web para «ser todavía más informativos y compartir contenido de calidad con el cliente»

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