«La transición hacia la total electrificación durará unos 25 años»

El presidente de Seat, Luca de Meo, afirma que «en Seat nos vemos como campeones del coche eléctrico, pero de la noche a la mañana no se comprará uno todo el mundo»

ISABEL PERMUY

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Luca de Meo ha recibido el Premio Comercio Exterior de ABC y el Consorci de la Zona Franca de Barcelona por el impulso exportador que Seat ha experimentado en los tres años que lleva al frente de la compañía. En 2018, Seat ha batido su récord de ventas con 517.000 vehículos entregados, más del 80% en el extranjero, con un volumen de negocio de diez mil millones de euros en 2017.

—Seat ha consolidado su liderazgo en España. ¿Tiene más recorrido?

—Aquí hay muchos jugadores que también tienen fábricas. Cuando llegué a Seat teníamos una cuota del 6% y me marqué el objetivo de volver al liderazgo, pero de una forma sana, sin empujar. Ahora teemos el 8%. Vehículos como el Tarraco y la nueva familia del León del año próximo nos permitirán consolidar el liderazgo.

«Coches como el Tarraco y a nueva familia del León nos permitirán consolidar el liderazgo en España»

—¿Finalizó el estigma de marca nacional como ocurrió a Fiat en Italia?

—Vamos en el camino correcto. Las personas mayores tienen mucho cariño por la marca, porque fue su primer coche. Las nuevas generaciones son neutrales, no tienen prejuicios y soy muy optimista porque nos hemos convertido en la marca joven de entrada a la familia del Grupo Volkswagen. En Alemania o Suiza lo somos claramente. Y en diez años serán la parte de mayor poder adquisitivo del mercado.

—Seat regresa a China, primer mercado automovilístico del mundo. ¿Qué planes tiene en ese país?

—A medio plazo, la entrada de la marca Seat en China y, ahora, adaptar la tecnología para crear una marca local de vehículos. En China no solo se produce y se vende, sino que es uno de los lugares del mundo donde se van a crear las tendencias en baterías de vehículos eléctricos, en conectividad 5G, automatismos, etcétera. Estar ahí nos da una visión privilegiada. Vamos a aprovechar la oportunidad de no tener red de concesionarios para así montar un sistema de distribución muy novedoso, también orientado a las nuevas generaciones. Si somos capaces de hacerlo, le podría cambiar la cara a Seat.

—Además de China, Seat lidera en el Grupo Volkswagen su desarrollo en el Norte de África. ¿Cómo evoluciona la penetración en ese continente a partir de la planta de Argelia?

—El Magreb, desde Egipto a Marruecos, es otro tipo de mercado. En Argel, el 50% de la población tiene menos de 15 años. Los empresarios europeos tenemos que buscar la manera de desarrollar esa región. Nuestro proyecto en Argelia nace a partir de un inversor local y en 2018 hemos ensamblado más de 50.000 coches del grupo, de los que el 40% han sido Seat. Es la primera vez que somos responsables del desarrollo del negocio de todo el grupo Volkswagen en una región del mundo.

—¿Y América?

—En México ya vendemos coches y podría ser uno de los países en los que podríamos fabricar coches. Colombia, Chile y Perú son mercados en los que queremos crecer comercialmente.

—Con tres SUV ya rodando, ¿cuándo lanzará modelos eléctricos?

—Es uno de los más grandes desafíos que tenemos, porque implica un cambio de las cadenas de producción, distribución, de todo. Entraremos en 2020 con un producto que respecto a los actuales tendrá otros niveles de autonomía, precio, etcétera. El Grupo desarrolla dos plataformas, una de volumen y otra «premium». Seat está en la primera lideraremos la transformación.

—¿Martorell puede quedar atrás en la electrificación?

—De la noche a la mañana no se comprará todo el mundo un coche eléctrico. Habrá una fase de transición y pasarán 20 o 25 años. Entre tanto, vamos a tener un mix de productos, aunque tenemos el objetivo de vender entre el 20 y el 25% de coches eléctricos en el año 2025. Quizás los híbridos enchufables sea un mix más grande de lo que pensamos. O que en España adquiera volumen el gas natural y no tengamos que empujar tanto los eléctricos. Vamos a tener diferentes motorizaciones en esa transición y en Martorell escogeremos los modelos para la capacidad productiva instalada.

—¿Le preocupa la regulación de las autoridades españolas?

—Nosotros nos vemos como un campeón de la transformación, porque queremos liderarla. No se discute el objetivo, sino cómo hacerlo y en qué condiciones. Tampoco queremos estar solos, porque todo el mundo tiene que contribuir. Estamos en la fase del cambio y hay que jugar en equipo, pero el Grupo Volkswagen ya va por delante, porque ha anunciado una inversión de 44.000 millones de euros hasta 2023. Otra cosa que nos preocupa es la necesidad de respetar la neutralidad tecnológica, que es la base de cualquier regulación. Tenemos que dejar a los expertos espacio de creatividad para buscar soluciones aceptables y asequibles al mercado. Nosotros apostamos claramente por la electrificación.

—¿Qué espera de la marca Cupra?

—Teníamos que intentarlo para ser capaces de vender coches más caros. Y está funcionando muy bien. Un Cupra Ateca comparado con marcas «premium» resulta un coche que cuesta la mitad sin dejar de estar a un alto nivel. También nos sirve para integrar tecnologías que al comienzo son caras. Por ejemplo, es mejor lanzar un híbrido enchufable en un Cupra que en un Ibiza. Luego, podremos democratizar la tecnología. También es una marca aspiracional, no solo para los clientes, también para los propios trabajadores de Seat.

Agencia europea de movilidad

España no ha logrado la sede de la Agencia del Medicamento Europeo, pero sí la capitalidad de la movilidad. Y en buena parte ha sido gracias a que Seat creó junto a la Universidad Politécnica de Barcelona (UPC), el centro de investigación Carnet, especializado en el estudio de movilidad urbana. De ahí que la Unión Europea haya escogido el consorcio formado por Barcelona y otras 12 ciudades, además de 18 universidades y 17 empresas, entre ellas Seat, para instalar en la capital catalana el Knowledge and Innovation Community (KIC) on Urban Mobility, la sede de la comunidad encargada de desarrollar las innovaciones en movilidad urbana de la Unión Europea al menos hasta 2026. También Seat aspira a ser un operador de movilidad cuando las áreas metropolitanas de las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, cierren probablemente el tráfico privado en el plazo de 20 o 30 años. Sus flotas de emisiones 0 e hiperconectadas venderán los servicios por kilómetros y rebajará notablemente los costes de la movilidad, también de las mercancías. De Meo asegura que la creacion de la compañía Xmoba y la compra de la carsharing Respiro ayudarán a Seata aprender en esta nueva era.

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