El móvil vuelve a ponerse tonto
Entre la nostalgia y el hastío de la conexión total, el telefóno básico gana terreno. El último hito, la vuelta del Nokia 810, el móvil de «Matrix»
La escena de Matrix es inolvidable: en un árido despacho estadounidense, Neo (Keanu Reeves) recibe a un mensajero que le entrega un sobre de FedEx –publicidad añadida–, y nada más abrirlo resbala en sus manos un Nokia 8110: el teléfono suena, se abre y al contestar recibe las instrucciones de Morfeo para escapar de aquel lugar siniestro. Era el fin de los noventa y todo el mundo quería aquel móvil tonto que lo único que hacía era hacer y recibir llamadas. A casi veinte años de Matrix y en tiempos en que los móviles inteligentes tocan techo, la multinacional finlandesa con sede en Keilaniemi ha relanzado el teléfono de Matrix en el Mobile World Congress de Barcelona.
Al mismo tiempo en que los móviles tontos comienzan a transformarse en objetos de culto por salud mental (no estar todo el tiempo recibiendo notificaciones), los finlandeses han vuelto a apostar por la telefonía vintage : Nokia repite el plato con una apuesta que comenzó el año pasado al presentar en el mismo Mobile World Congress su resucitado modelo 3310 que sólo sirve para llamar y enviar SMS –¡Nada de Whatsapp!– y que vende a 49 euros. Son los «dumbphones» ideales para quienes buscan respetar sus tiempos de desconexión. Con una interfaz de usuario intuitiva y conocida, el 8110 cuenta con funciones táctiles y un mecanismo deslizante para responder y finalizar las llamadas.
Nokia no es el único: según la firma de análisis Strategy Analytics, cada año se venden en el mundo 44 millones de dumbphones, lo que representa un 2% del mercado global . En Japón, las ventas de los teléfonos básicos crecen a un 6% interanual. En España Alcatel vendió 600.000 móviles tontos en 2016. Los Nokia 3310 y 8110 tienen competidores de buen nivel, como el Light Phone, un móvil minimalista que sólo sirve para llamar y que además tiene una pantalla de tinta como la teconología de los e-book. Y más: su tamaño es el de una tarjeta de crédito. Pero: ni Whatsapp ni GPS, ni redes sociales ni SMS, ni cámara ni aplicaciones para ligar. La hora, eso sí que da el Light Phone.
Ligeramente distinto es un móvil básico o un feature phone, un teléfono de baja gama o con características limitadas en comparación a los inteligentes pero que siguen su masificación: utilizan conectividad 3G, pantallas táctiles, clientes de correo Exchange, GPS, radio FM, cámara de fotos y accesos directos a servicios de red social. Emplean sistemas operativos como la desaparecida Series 40. Su uso es mayor en mercados emergentes y se alcanzan entre un 15 % a un 20 % de los teléfonos móviles en el mundo. Las ventajas están a la vista: bajo precio, tamaño reducido, batería interminable. En esta línea, los finlandeses han renovado su familia de «smartphones» con Android One, el sistema operativo de Google pensado para países emergentes: así es como estarán disponibles los modelos Nokia 8 Sirocco, Nokia 7 Plus, el nuevo Nokia 6 y Nokia 1.
El nuevo 8110 –del que fuera hasta hace una década el mayor fabricante de teléfonos móviles– costará 79 euros sin impuestos y estará disponible a partir de mayo en color negro y amarillo banana. No tiene la antena del original pero se ha incluido una versión actualizada del juego Snake. Tendrá eso si algunas apps en la tienda de la compañía y lleva integrado Google assistant para que los contactos estén sincronizados.
No tendrá conexión 4G ni se podrá descargar Whatsapp ya que no funciona ni con Android ni con iOS : lo hce con Kai, un sistema operativo propio y muy básico. Lo han bautizado como banana phone por su forma y color. El relanzamiento del Nokia Matrix se une así a la política de la compañía finlandesa, ahora en manos de HMD Global, de recuperar teléfonos básicos que fueron muy populares hasta hace menos de dos décadas.
