Las marcas de restauración desatan la guerra en las comidas de entre 20 y 30 euros

La digitalización y seguir creciendo en la comida a domicilio, entre los retos

MADRID Actualizado: Guardar
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España es un país en el que la cultura de la comida está muy enraizada, y eso se nota en cada bar y en cada restaurante y, como no podía ser de otra manera, también ha sido objeto de deseo de las grandes cadenas de restauración, tanto nacionales como internacionales que, juntas representan el 0,6% del Producto Interior Bruto. Este sector es alrededor del 2% de la facturación total, factura 9.000 millones de euros anuales y da empleo a cerca de 125.000 personas.

Pero, más de allá de que compartan los mismos intereses, agrupados en la Asociación Empresarial Marcas de Restauración, la realidad es que se vigilan muy de cerca entre ellas para poder responder lo más rápidamente posible a cualquier movimiento de la competencia.

Octavio Llamas, presidente de la asociación y de Autogrill, asegura que «el grueso de nuestro negocio está en la comida que cuesta entre 20 y 30 euros, por lo que ahí es donde hay una competencia feroz pero no solamente en cuanto al precio, sino que en los últimos años el sector ha cambiado tanto, al igual que lo ha hecho la sociedad por otra parte, que la comida tiene que ser ahora mucho más saludable y ésta tiene que ser al menos el 30% de la oferta de nuestras cartas».

Octavio Llamas: «Las marcas somos una garantía de calidad para los consumidores»

Otro de los retos a los que ha hecho frente durante estos años este sector es el de la digitalización, que aún está por implementar al máximo, y la comida a domicilio, «que crece a un ritmo anual de dos dígitos, así como la moda del desayuno en una cafetería-panadería, que está aumentando mucho también y además tiene la ventaja de que permite comprar también pan de calidad para llevar a casa».

Llamas asegura que la crisis ha sido muy dura en el sector y ha provocado el cierre de muchos locales de restauración en España pero, al mismo tiempo, «nos ha hecho ser mejores porque antes, en cierto modo, valía todo y ahora eso ya no es así porque el consumidor es cada vez más exigente y sobre todo en el producto, de ahí que lo tengamos que cuidar con especial esmero. Estamos cambiando a una velocidad enorme».

Todo este tsunami que está cambiando el sector de las marcas de restauración está teniendo un impacto positivo en materia de resultados económicos. En el último año la facturación subió un 4,3%, 5 puntos por encima del resto de operadores, y la previsión para este año es que crezca otro 6%.

Los problemas

Pero estos buenos resultados no hace olvidar a la patronal del sector uno de sus principales problemas: la factura eléctrica. Llamas asegura rotundo que «durante la crisis el coste eléctrico ha pasado de suponer un 3% al 6% de los gastos, por lo que creemos que se deben adoptar medidas para reducir estos costes que en España son superiores a la media de la Unión Europea. En concreto, pedimos que desaparezca la tarifa 3.1 y se equipare a la 6.1 ya que el pequeño y mediano comercio paga unas tarifas notablemente superiores a la gran distribución».

Existe el temor a un nuevo impuesto sobre los gases fluorados, que se usan en las cámaras de refrigeración

Otro de los temores del sector es que el nuevo Gobierno que salga de las urnas el día 26 vuelva a la carga con la posibilidad de ponerles un nuevo impuesto sobre los gases fluorados, el que usan las cámaras de refrigeración, ya que estos supondría un pago extra de impuestos de hasta 20.000 euros al año en función de la dimensión del local y del número de instalaciones frigoríficas. Llamas asegura que «detrás de estas tasas supuestamente verdes lo que hay es un aumento claro de costes injustificado para un sector tan importante como el de la restauración para la economía española».

Llamas no desaprovecha ningún jardín en el que meterse y no duda en aplaudir la última reforma laboral «que ha ayudado a crear empleo en España, por lo que esperamos que el nuevo Gobierno siga en la misma línea».

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