Leticia Chen en su entrevista con ABC
Leticia Chen en su entrevista con ABC - MAYA BALANYA
ENTREVISTA

Leticia Chen: «Manuela Carmena provocó que Wanda se marchara de España»

Esta mediadora, presidenta de la Cámara para la Cooperación Hispanochina entre las empresas españolas y chinas, está ahora buscando productores de vino y aceite que quieran entrar en el gigante asiático

Madrid Actualizado: Guardar
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Es china, pero su español con acento medio andaluz delata que lleva en nuestro país muchos años ya, los suficientes para haberse enamorado de España, según confiesa, y en cierto modo de los negocios que se pueden hacer entre las empresas de ambos países. Ha participado de una manera u otra en todas las operaciones corporativas de empresas chinas en España de los últimos años y su móvil no para de sonar, todo un síntoma de que el interés no se ha agotado y que hay muchos proyectos en marcha, tal y como cuenta en esta entrevista. Viaja cada mes a su país para buscar nuevos inversores para España.

-Una de las operaciones más recientes de empresas chinas en España ha sido la fallida de Wanda, que finalmente ha vendido el edificio España en Madrid al no aprobarse su proyecto.

¿Qué pasó realmente?

-Yo creo que ha sido un cúmulo de malentendidos por ambas partes, seguramente fruto de las dificultades del idioma porque la negociación entre el Ayuntamiento de Madrid y Wanda se realizó en inglés y para un chino es difícil comprender los matices de ese idioma. Se debería haber contratado a un intérprete chino. Wanda se ha ido de España a causa de este asunto, porque ya no se fía y ha optado por Reino Unido. Y eso pasa un poco en general ahora con la falta de Gobierno, que las empresas chinas no se fían porque, claro, no hay que olvidar que el presidente de Wanda, el señor Wang Jianlin, estrechó la mano del presidente Rajoy y de la antigua alcaldesa, Ana Botella, para cerrar el proyecto de este edificio y después cambió el gobierno del ayuntamiento y el proyecto ya no salió. Esta inestabilidad es la que no quieren los inversores chinos.

-Al margen de Wanda, que parece que no tiene arreglo, ¿cuál es la experiencia de las muchas empresas chinas que están en España?

-Muy positiva. La más reciente ha sido una visita de empresarios chinos a Renfe y a CAF para conocer de cerca la tecnología de la alta velocidad y seguro que da frutos. Hoy también he recibido una llamada de inversores interesados en comprar algún hospital, pero les he dicho que les iba a salir caro porque aquí ese sector es un buen negocio. Las empresas chinas quieren importar el «saber hacer» que hay en Europa, y también en España lógicamente, y uno de los sectores en que se han fijado, al margen del inmobiliario, es de la alimentación ya que los chinos se han dado cuenta de que la calidad de los productos alimenticios europeos es muy superior a la que hay allí.

-Pero en la actualidad no hay muchos productos de alimentación españoles a la venta en China...

-Esa es la cuestión y de ahí mi proyecto. Estoy organizando unas reuniones para octubre en las que voy a traer diez grandes distribuidores chinos para comprar productos de alimentación españoles, por lo que ya estoy seleccionando fabricantes, pero, claro, tienen que ser muy grandes y capaces de fabricar, por ejemplo, millones de botellas de vino de Rioja o de Ribera del Duero y, además, tienen que comprometerse a vender en exclusividad para la marca de distribución con la que lleguen a un acuerdo en China. Yo lo que aconsejo a los productores de alimentación españoles es que se unan en cooperativas o cualquier otra fórmula para ganar tamaño porque muchos que quieren empezar a vender en China no se hacen idea del tamaño que tiene mi país, con ciudades con 20 millones de habitantes. Se tienen que centrar en una provincia y consolidarse antes de pensar en dar el salto a otra región.

-Esta labor de mediación será una de las principales que realiza la Cámara para la Cooperación Hispanochina que usted preside...

-Estoy trabajando también en un proyecto para crear una plataforma en China en la que las pymes europeas puedan vender sus productos. El sistema sería que se importan los productos, se almacenan en la zona franca a su llegada y luego se canalizan a los diferentes destinos a través de una red de distribución local, de tal modo que se garantiza el sello «made in Europe» de los productos y se gana la confianza de los consumidores, que es fundamental en cualquier negocio.

- ¿Y qué proyectos tiene para los millones de turistas chinos?

- Muchos. Los 130 millones de chinos que viajan a ultramar por vacaciones serán 300 en el año 2020. Mi idea es que no tengan que cargar lo que compran cuando viajan, que es mucho. Habría que crear un gran almacén en la zona franca china donde los clientes que compran en Europa pudieran recoger sus compras cuando vuelvan a su país con un código QR aunque, claro, pagarían sus compras en el país en el que las han realizado. Es un proyecto embrionario pero creo que tiene futuro porque los turistas chinos cada vez compran más.

- ¿Y en el sector aéreo hay también colaboración?

- Todavía no pero la habrá. Iberia tiene que sellar una alianza con Air China o tendrá que cerrar la reciente conexión entre España y Shanghái. Lo mismo pasa para conectar China con Iberoamérica.

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