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Guerra entre los herederos de Aldi por una fortuna de 22.000 millones

En la familia Albrecht, propietaria de los supermercados, solo se hablan a través de sus abogados

BERLÍN Actualizado: Guardar
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Los supermercados Aldi son una máquina de hacer dinero y el patrimonio de la familia Albrecht era tan grande que el patriarca los dividió en dos mitades, norte y sur de Alemania. La parte sur correspondió a Karl Albrecht y la norte al menor, Theo, que la dirigió con la misma discreción que ha caracterizado a la familia durante décadas. Pero a la muerte de Theo, en 2014, sus herederos se han declarado la guerra.

Por una parte está Theo Albrecht junior, junto a su abogado y confidente desde siempre, Emil Hubery, y el jefe operativo de la empresa, Marc Heussinger. En la contraria está Babette, la viuda de su hermano Berthold, que falleció en 2012, junto con sus cinco hijos.

En juego está el poder sobre el poderoso consorcio Aldi Norte y la influencia decisiva sobre tres fundaciones que llevan por nombre Lukas, Markus y Jakobus, que administran la fortuna familiar. Estamos hablando de una fortuna de más de 22.000 millones de euros que aparece en el número 23 de la lista Forbes, una empresa que genera más de 50.000 millones de euros al año.

«Descuento Albrecht»

El primer Aldi (abreviatura de «Albrecht-Diskount» –descuento Albrecht–) fue inaugurado en 1962 en Alemania. Actualmente hay por el mundo cerca de 5.000 establecimientos, 1.300 de ellos en Estados Unidos, y de la que dependen 30.000 trabajadores solo en Alemania.

Hace ya años que los herederos no se hablan y se comunican solamente a través de sus abogados. Ambas partes se acusan mutuamente de fracasos varios en la vida privada, lo que dificulta el proceso, y la decisión está ya en manos de los tribunales. Además de 120 millones de euros y de los costes del proceso de la herencia, en los tres últimos años la familia de Berthold ha bifurcado parte de los beneficios de la empresa.

Además de inmuebles y bienes, Babette disfruta de una asignación de un millón de euros al año y rendimientos de hasta 35 millones anuales, pero sus hijos, cuatro de ellos cuatrillizos nacidos en 1990, no reciben asignación hasta que cumplan 32, puesto que por expreso deseo de los abuelos los jóvenes deben dedicar su juventud a prepararse, hacer carrera y vivir por sus propios medios. Babette ha intentado forzar esta cláusula del testamento y ha exigido para sus hijos puestos al máximo nivel en la administración de la empresa y participación en las decisiones estratégicas. De hecho, su demanda ha obtenido un primer triunfo en un tribunal de Schleswig, pero el recurso no ha sido dirimido.

No hay precedentes de conflictos en la historia de la familia, pero el patriarca pudo prever que los iba a haber y por eso repartió el poder entre las tres fundaciones que, desde su fe católica, encomendó a los apóstoles, de modo que Markus gestiona el 61% de las acciones y Lukas y Jakobus el 19,5% cada una. Las decisiones estratégicas deben ser tomadas por unanimidad de las tres fundaciones.

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