El Gobierno vasco ha disparado su deuda un 1.400% desde que empezó la crisis

Pese al Cupo, el endeudamiento por habitante es mayor que en regiones como Madrid o Extremadura

El lendakari vasco, Íñigo Urkullu, en una imagen de archivo EFE
Roberto Pérez

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El País Vasco ha sido máquina de endeudamiento desde que arrancó la crisis, en 2007. Partía de niveles de deuda extraordinariamente bajos en términos de PIB. Pero, lejos de mantener ese positivo diferencial al que ayuda su privilegiado régimen de financiación autonómico -la foralidad del Cupo-, el sector público vasco acumuló deuda a muchísima más velocidad que las autonomías del régimen común. La cifra es contundente: desde 2007, la deuda autonómica vasca ha crecido más de un 1.400% , cuatro veces más que en las comunidades del régimen común , en las que ha aumentado una media del 360%.

En porcentaje sobre el PIB. la deuda de la comunidad ha pasado del 1% en 2007 al 13,60% el año pasado. A pesar de que es la autonomía con menor porcentaje de deuda sobre el PIB, el emperoamiento de su endeudamiento público se ha agravado por los pasivos que pesan sobre sus diputaciones forales, piezas clave en el régimen foral e instituciones que tienen un poder competencial mucho mayor que el de las diputaciones provinciales del régimen común. La deuda de las tres diputaciones vascas es ahora un 127% mayor que en 2007, mientras que el conjunto de las diputaciones del régimen común han reducido su endeudamiento un 70% en el mismo período.

En el País Vasco, computar conjuntamente la deuda autonómica y la de sus diputaciones forales tiene sentido, porque el Gobierno autonómico y las diputaciones conforman el engranaje de la foralidad. Considerada en conjunto, la deuda del Ejecutivo vasco y de las tres diputaciones asciende actualmente a unos 13.000 millones de euros, un 565% mayor que en 2007, cuando no llegaba a los 2.000 millones. En el resto de España, entre las autonomías, las diputaciones provinciales y los cabildos y consejos insulares la deuda ha crecido en el mismo número de años mucho menos, un 334%.

Desde finales de los años 90 hasta 2007, tanto el Gobierno vasco como las diputaciones forales redujeron su deuda de forma continua. Pero a partir de 2007 emprendieron el camino inverso, y a un ritmo vertiginoso. Hace once años, la deuda autonómica vasca era de 642 millones de euros, mientras que al acabar 2018 ascendía a 10.041 millones. Y las diputaciones vascas, que en 2007 sumaban un endeudamiento de 1.318 millones, cerraron el último año con una deuda viva de casi 3.000 millones -y eso que la han ido aminorando en el último trienio-.

Elevada deuda per cápita

La fortaleza de la economía vasca hace que, en términos de PIB, la deuda de esa comunidad autónoma esté continuamennte entre las más discretas del panorama autonómico. Sin embargo, en términos de deuda por habitante el panorama es bien distinto. Contando administración autonómica y diputaciones, la deuda pública per cápita de un vasco es un 34% mayor que la de un extremeño, pese a que los vascos son un 87% más ricos que los extremeños en PIB por habitante . Los vascos también están más endeudados que los madrileños -unos mil euros más por cabeza-. Y, por ejemplo, también salen peor parados que los riojanos: entre el Gobierno vasco y sus diputaciones forales, el endeudamiento por habitante asciende a 5.928 euros, mientras que en La Rioja es de 5.040 euros. Es decir, un vasco está un 18% más endeudado que un riojano, pese a que tiene una renta per cápita un 27% mayor y disfruta de un ventajoso régimen de financiación del que no disponen las autonomías del régimen común.

El tremendo ritmo al que ha engordado la deuda pública vasca contrasta con esa abundancia de recursos de los que disfruta el sector público de esa comunidad gracias a dos factores combinados: su alto PIB y el Cupo, esa fórmula de financiación autonómica que le garantiza ingresos más abultados de los que tendría si se le aplicara el que rige para las autonomías del régimen común.

Alto gasto, bajos impuestos

Que en una autonomía como la vasca crezca el endeudamiento a la velocidad que lo ha hecho desde 2007 es síntoma de un exceso de gasto público con trasfondo político, a juicio del profesor Juan Velarde, economista y académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. En su opinión, ese endeudamiento es consecuencia de una apuesta del PNV por reclutar electorado a base de ser «generoso en el gasto público sin molestar con una subida de impuestos, lo que obliga a recurrir a la deuda para cuadrar las cuentas».

El economista y director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Ángel de la Fuente, sin embargo, destaca el hecho de que «el País Vasco sigue estando entre las autonomías menos endeudadas en términos de PIB, incluso si consolidamos la Administración autonómica con las diputaciones forales». Además, considera que la evolución de la deuda de la comunidad no es especialmente llamativa si se toma como referencia 2002 o 2003 en vez de un 2007 que resulta muy atípico tras una fuerte reducción de la deuda en los años inmediatamente anteriores. Por otra parte, el economista apunta que «da la impresión de que la deuda ha aumentado algo más de lo que habría sido necesario para financiar los déficits que el sector público vasco ha tenido durante estos años». De la Fuente especula con que ese sobrendeudamiento podría responder más a una estrategia financiera para consolidar posiciones a futuro en los mercados de deuda que a una necesidad real de liquidez.

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