Fundaciones, el buen fin necesita los mejores medios

El 63% de estas entidades en España carece de un código de buen gobierno

Foto de grupo de los paticipantes en la presentación del informe «El buen gobierno en el sector fundacional» ABC

En España hay 9.000 fundaciones activas que emplean a más de 22.000 profesionales, por lo que, por sí mismas, constituyen un importante colectivo a tener en cuenta en el desarrollo económico y social. Así se destacó en la presentación esta semana, en el campus de ESIC, del informe «El buen gobierno en el sector fundacional», realizado por la escuela de negocios y la Fundación PwC. Jesús Díaz de La Hoz, presidente de la Fundación PwC (presentó la jornada, clausurada por Eduardo Gómez, director general de ESIC); Carmen Bieger, directora de la Fundación Atresmedia; Laura González-Molero, patrona de la Fundación Adecco; Javier Nadal, presidente de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), y Manuel Sevillano , director general de Merco, debatieron sobre el presente y futuro de las fundaciones en una mesa redonda moderada por Marta Colomina, directora general de la Fundación PwC.

El propio Díaz de la Hoz destaca en el informe la importancia de este tipo de entidades: «Los agentes económicos y sociales reconocen el valor de una gestión adecuada y transparente de las organizaciones, en un contexto de incertidumbre y complejidad creciente, marcado por la coyuntura de los últimos años». Sobre todo en el caso de las grandes compañías, públicas y privadas (el estudio también recoge datos relativos a pymes), esta responsabilidad social se somete a controles de gestión para que su labor sea más eficaz: desde la formación de sus patronos a la dinámica de trabajo, pasando por la periodicidad de sus reuniones y la comunicación de sus resultados. Todo cuenta para que sus objetivos calen más y mejor en la sociedad… pero queda trabajo por hacer, ya que, según se destacó en la jornada, un 63% de la fundaciones españolas carece de un código de buen gobierno.

A tener en cuenta...

Díaz de la Hoz señaló, además, las prioridades para este tipo de instituciones: «El gobierno corporativo como apoyo a la estrategia; la transparencia y la comunicación; la gestión profesional y eficiente; la flexibilidad y adaptación; el control y gestión de riesgos y la supervisión financiera», en un entorno que debe atender a los criterios más eficientes de aspectos como la sucesión del presidente o de miembros ejecutivos, la composición y proporción de los órganos de gobierno, el desarrollo de modelos de relación con los grupos de interés...

Durante el debate, Javier Nadal subrayó la importancia de mejorar la transparencia de las fundaciones «y a ello ayuda el hecho de saber distinguir entre los órganos de gobierno y los órganos de gestión», a la vez que se hacía mención al concepto de fundación ligado a las pymes: «El buen gobierno es importante para las grandes empresas, pero también para las pymes, porque revierte en una mayor gestión empresarial». Manuel Sevillano resaltó, por su parte, los dos aspectos que más influyen en la reputación de una empresa: «La capacidad para atraer y retener talento, y por otro, la RSC (Responsabilidad Social Corporativa). Precisamente, una de las debilidades de las compañías en España es la RSC de los gobiernos corporativos de las empresas».

Otro de los aspectos abordados en la jornada fue la necesidad de progresar en los perfiles de los patronos, como destacó Laura González Molero: «Deben involucrarse en la reputación de las fundaciones y para ello, deben tener un perfil competencial adecuado. Necesitamos talento diverso en las fundaciones». Una necesidad que ratificó Carmen Bieger: «Las fundaciones son una parte importante de la sociedad y no solo necesitan un buen gobierno, necesitan un buen marketing. La necesidad de renovación de los órganos de gobierno, incorporando perfiles con visiones y capacidades diferentes, es hoy un factor crítico en la evolución del buen gobierno. No somos una anécdota, sino una parte fundamental de la actividad empresarial». Una función, sin duda, cada vez más importante y valiosa, una aportación fundamental en el compromiso de las empresas con la sociedad.

«Devolver a la sociedad»

En esta radiografía de una actividad tan relevante se desvelan datos significativos: pese a que un 55% del personal es femenino, los puestos ejecutivos masculinos ascienden al 71%; la mayoría de patronos no son independientes (están ligados de una u otra manera a la compañía que impulsa la fundación); solo un 7% de patronos son menores de 40 años; el 57% de las fundaciones ha mantenido un número de reuniones cada año superior al mínimo legal (aunque solo sean dos al año)… un retrato de una actividad que, como destacó el director general de ESIC, debe consolidarse: «Merece la pena apostar por el hombre y la mujer de nuestro tiempo para devolver a la sociedad lo que ésta nos ha dado».

Gómez aludió a tres ejemplos propios de responsabilidad social en ESIC («Difunden valores éticos y de racionalidad en los negocios, no por mero cumplimiento, sino por ser parte de nuestro ADN»): la Fundación Orbayu (microcréditos en países como Ecuador y Camerún); Másesic (voluntariado de alumnos y profesores), o los Premios Áster de Marketing & Valores (reconocen, desde hace más de 35 años, a las organizaciones o empresas que mejor transmiten valores sociales).

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