Los «éxitos» de Sánchez: 40.000 parados más y el número de ocupados estancado

En el primer semestre, con Rajoy, hubo 250.619 desempleados menos y 546.789 afiliados más

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La publicación de los datos del paro de 2018 han servido al Gobierno de Sánchez para apelar al «optimismo» económico y asegurar que «se avanza por el camino correcto», en palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Sin embargo, lo cierto es que solo la mitad de los logros en materia de empleo en 2018 pertenecen al Gobierno actual y, precisamente, los meses que corresponden al Ejecutivo de Sánchez reflejan un cambio de tendencia claro.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo, el mercado laboral cerró 2018 con más de medio millón de ocupados , de forma que recuperó los 19 millones de trabajadores con los que cerró 2007, cuando marcó la mayor cifra de empleo de la historia.

Ahora bien, el análisis teniendo en cuenta los datos que le corresponden al Gobierno de Sánchez arroja un balance bien distinto. En los meses de 2018 que aún gobernaba el equipo de Mariano Rajoy, esto es, de enero a junio de 2018 (aunque el Ejecutivo de Sánchez tomó posesión a principios de junio, durante ese mes solo hizo sus nombramientos y en su primer Consejo de Ministros no adoptó ninguna medida económica, laboral, fiscal, ni presupuestaria) el paro se redujo en 250.619 personas, un 7,34% menos, bajando desde los 3.412.781 hasta los 3.162.162. Desde julio a diciembre, sin embargo, el número de parados aumentó en 40.135 personas, hasta alcanzar los 3.202.297, un 1,27% más.

Tampoco ofrece un balance positivo el análisis de los datos de afiliación, más representativos si cabe que los de paro, puesto que para figurar en estos últimos hay que acudir a registrarse, algo que no todo el mundo hace. Así, de enero a junio, se registraron cerca de un 3% más de afiliaciones, pasando la cifra total de los 18.460.201 hasta los 19.006.990. Sin embargo, desde julio a diciembre, la creación de empleo se desaceleró hasta prácticamente frenarse en seco, creciendo un exiguo 0,09%. En concreto, de los 19.006.900 afiliados del 30 de junio, a los 19.024.165, 31 de diciembre, apenas 17.175 afiliados más.

Lo mismo ocurre con la evolución de los contratos temporales. Las cifras globales arrojan que en 2018 se rubricaron 22,3 millones de contrataciones, el 3,7% más que el año anterior, de las que 20 millones fueron temporales (2,9% más) y 2,2 millones indefinidas, cifra que representa un máximo de la serie histórica y supone un avance del 18,4% respecto al año anterior. Ahora bien, mientras que de enero a junio se firmaron 9.706.469 contratos temporales, de julio a diciembre esta cifra subió hasta los 10.300.288, lo que supone 593.819 contratos más.

«Estupor» en el PP

Ante estos datos, fuentes de la dirección del Grupo Popular consultadas por este diario han mostrado su «estupor» porque el Gobierno de Sánchez, en la rueda de prensa del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, «obviara esta realidad y se atribuyeran como suyos los datos del paro y empleo del año sin mencionar al Gobiero anterior v no hicieran mención a la pobreza e inestabilidad de la que hablaban cuando estaban en la oposición. Más si cabe ahora que han aumentado los contratos temporales».

Economistas consultados explican que los datos reflejan que algo negativo, o menos positivo, sucede a mediados de año y achacan la mayor temporalidad a la pérdida de confianza. Cuando esto ocurre, explica Francisco Aranda, vicepresidente y portavoz de la patronal de empresarios madrileños CEIM, «el empresario opera a corto». La causa es que «si se incrementan los costes vía impuestos se está reduciendo la capacidad de contratación». Algo que ocurre con especial intensidad en España, donde hay un fuerte peso del sector servicios, en el que «influye especialmente el coste laboral y no tanto otros factores como la innovación o los bienes de equipo». Además, «el coste del contrato temporal y del indefinido están casi igualados. La diferencia está en la flexibilidad que ofrece el primero. Por eso es clave no hacer una contrarreforma laboral. La reforma de Báñez sí que aporta flexibilidad interna», concluye.

Paros el 8 de marzo

Mientras, CC.OO. y UGT convocarán una macro asamblea de delegados sindicales el próximo 8 de febrero en Madrid y paros de dos horas el 8 de marzo -día de la mujer trabajadora- en toda España contra la pasividad del Gobierno socialista para derogar las reformas laboral y de pensiones, así como la modificación del Estatuto de los Trabajadores.

Así lo anunciaron ayer los secretarios generales de ambas organizaciones, Unai Sordo y Pepe Álvarez , tras reunirse conjuntamente los comités ejecutivos de los dos sindicatos en la sede de CC.OO.

Sordo destacó que « estamos ya cansados de que los debates políticos giren sobre el tamaño de las banderas o la toma de Granada y creemos que es el momento de trasladar al BOE los textos que hemos cerrado con el Gobierno, aunque la patronal no se sume». También advirtió a la patronal de que «vamos a tensionar las negociaciones».

«El tiempo de proponer se ha acabado, la gente no puede esperar más» , apuntó Álvarez. Y subrayó que el Gobierno debería utilizar el mecanismo del decreto ley para que las medidas entren en vigor de forma inmediata.

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