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Estados Unidos deja vía libre a la expansión de China por el Pacífico

Pekín se beneficiará de la salida del Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TTP) anunciada por Trump

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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En cuanto llegue a la Casa Blanca tras su toma de posesión en enero, una de las primeras medidas que tome el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, será sacar a su país del Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TPP, en sus siglas en inglés). Considerado uno de los proyectos más ambiciosos de Obama, quien impulsó personalmente las negociaciones durante los últimos cinco años, dicha alianza económica fue finalmente suscrita en febrero por doce naciones de ambas orillas del Pacífico y suma un 40% del comercio global. Con la notoria ausencia de China, entre sus integrantes destacan potencias desarrolladas como EE.UU. y Japón y otras emergentes como México y Vietnam.

Pero, antes de que los parlamentos de todos sus miembros lo ratifiquen, el TPP parece herido de muerte por la retirada de EE.UU., ya que requiere para su constitución de al menos seis estados que representen el 85% de su Producto Interior Bruto (PIB) conjunto.

Tildado de «desastre potencial» por el populista Trump, quien ganó por sorpresa las elecciones estadounidenses con su discurso proteccionista y contra la globalización, dicho Acuerdo iba a abrir aún más los mercados de sus países miembros no solo reduciendo los aranceles, sino también reformando sus economías y estableciendo unos altos estándares laborales, legales y medioambientales que garantizaran la libre competencia de forma justa.

Asia, eje de Obama

Con estas condiciones, imposibles de asumir para Pekín, y el liderazgo de EE.UU., el TPP se erigía como uno de los pilares de la política internacional de Obama, quien situaba a Asia como su «eje» para contrarrestar la creciente influencia de la otra superpotencia llamada a disputarle la hegemonía mundial: China. Aunque Trump asegura que la salida de dicho bloque beneficiará a los trabajadores estadounidenses, que dejarán de perder sus empleos por la deslocalización de empresas que trasladan su producción a los competitivos países asiáticos, quien más ganará con dicha medida será el autoritario régimen de Pekín.

«China saldrá beneficiada porque, con la retirada de EE.UU. del TPP, Trump le ha proporcionado en bandeja de plata la legitimidad sobre Asia»

«China saldrá beneficiada porque, con la retirada de EE.UU. del TPP, Trump le ha proporcionado en bandeja de plata la legitimidad sobre Asia», analiza para ABC Empresa Bala Ramasamy, profesor de Economía en la Escuela de Negocios CEIBS de Shanghái. A su juicio, esta medida facilitará a las autoridades de Pekín «una mejor posición para llegar a acuerdos comerciales con otros países de Asia-Pacífico basándose en su propia agenda y sin presiones externas». Además de poner en marcha las Nuevas Rutas de la Seda para potenciar el comercio entre Oriente y Occidente, China está avanzando hacia la eliminación de aranceles en dos frentes. Uno es el Acuerdo Integral y Económico Regional (RCEP, en sus siglas en inglés), que incluye a 16 países: los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) más China, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur y la India. Junto a dicha alianza, Pekín está impulsando el Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico (FTAAP, en sus siglas en inglés), que incluye a 21 países del Foro de Cooperación Económica APEC, cuya última cumbre tuvo lugar el pasado fin de semana en Perú.

Como ya hiciera durante la reunión de hace dos años en Pekín, el régimen chino está aprovechando dicha plataforma para ampliar su influencia comercial y política a ambos lados del Pacífico, donde busca nuevos mercados y recursos naturales para seguir alimentando su crecimiento económico. Buena prueba de ello es que el presidente chino, Xi Jinping, acudió al encuentro celebrado en Lima con 400 hombres de negocios y firmó con Perú contratos por valor de casi 2.000 millones de euros en los más diversos sectores: industria ligera, textil, agricultura, medicina y minería. En una curiosa vuelta de tornas, el líder de un sistema que se sigue llamando comunista, pero que ha abrazado de lleno el capitalismo más salvaje, abogó por el libre comercio frente a las amenazas proteccionistas de Trump en EE.UU., hasta ahora máximo ejemplo de la economía de mercado. A pesar de que Pekín mantiene importantes sectores bajo su control estatal, Xi Jinping se erigió en adalid de la libertad comercial mediante la supresión de aranceles, que Trump quiere ahora recuperar con tarifas de hasta el 45% para los productos chinos.

Prestigio dañado

Precisamente, esa es una de las diferencias entre el acuerdo que abanderaba Obama y los que lidera China. «El TPP de EE.UU. no consistía solo en reducir tarifas aduaneras, ya que incluía a los servicios y la agricultura y perseguía crear un entorno más justo y competitivo con mayores controles laborales y sin beneficiar a las empresas estatales, lo que iba a transformar las economías de países como Malasia y Vietnam», desgrana el profesor Ramasamy. Con su libre acceso al vasto mercado estadounidense, ambas naciones iban a ser de las más beneficiadas, ya que por sí solas tendrían bastante difícil suscribir acuerdos bilaterales con Washington.

El líder de un sistema comunista aboga por el libre comercio frente a las amenazas proteccionistas de Trump

«Japón también sale perdiendo porque el TPP podría relanzar su economía, al igual que Australia y Nueva Zelanda, fuertes en agricultura», explica Ramasamy, quien cree que «EE.UU. verá dañado su prestigio en Asia mientras China sigue ganando peso». Además, el profesor del CEIBS advierte que la economía global puede verse perjudicada porque, dentro de su progresiva recuperación, «el comercio iba a ser el motor del crecimiento, pero ahora está en cuestión» por las decisiones que tome Trump.

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