Los economistas recelan de la subida del salario mínimo: «No es el momento»
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SMI: A quién afectará la subida del salario mínimo interprofesional
Desde el campo de la economía piden prudencia al Gobierno antes de incrementar de nuevo el salario mínimo, que desde 2018 encadena alzas que han incrementado su valor en más de un 48% hasta los 950 euros mensuales. En opinión de Massimo Cermelli, profesor de Economía de Deusto Business School no es el momento para elevar el salario mínimo porque un eventual alza dañaría a los colectivos menos preparados, a los trabajadores menos cualificados, y a los jóvenes que entran en el mercado laboral. «La buena intención puede acabar retorciéndose», asegura Cermelli, quien cree que no se puede seguir subiendo «hasta el infinito» el salario mínimo y avisa de que la medida puede desencadenar un efecto contrario al deseado: que se genere «una ralentización en la creación de empleo».
Al respecto, este experto recuerda que «el salario mínimo se ha doblado en los últimos 17 años y no para de crecer desde los años 80. El problema reside en que subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) encarece el coste de contratación y daña especialmente a los colectivos más vulnerables», subraya Cermelli.
En una línea similar se pronuncia el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich , quien avisa que «cada subida del SMI conlleva un treinta y pico por ciento en cotizaciones a la Seguridad Social, por parte de los empresarios» y recuerda que España está «en la media alta del impuesto sobre el factor trabajo». Por todo lo anterior, Pich pide que se sopese bien la decisión poniendo encima de la mesa las ventajas e inconvenientes, intentando «maximizar» las primeras.
Sobre este punto Cermelli cree que «si las empresas no asumen la subida del salario, esto se traducirá en una caída de la generación de futuros empleos e incluso en futuros despidos», señala el profesor, quien recuerda estudios en esa dirección como el publicado por el Banco de España . «Si se da una subida, las empresas también pueden reclamar al Gobierno otro tipo de descuentos como menores cotizaciones o reducciones de algunos gravámenes para poder compensar estos mayores costes de producción», añade. En esta línea, Pich también pide tener cuidado con «estos cambios de ritmo» - en referencia a las idas y vueltas de los gestores políticos en este terreno - y apuesta por tener en cuenta la realidad de colectivos como el de la dependencia.
Además, el economista elogia la posición «prudente» mantenida hasta ahora por la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño.
«Tenemos la realidad de unos costes de energía, de los carburantes, de una inflación que no sabemos si ha venido para quedarse: tenemos que ser prudentes», concluye el presidente del Consejo, quien también recuerda que España tiene una tasa de desempleo de un 15%, «el doble de la media comunitaria».
También hay voces que, si bien ven positiva la medida, rechazan la opción de aprobarla de forma inminente. Es la opinión que comparte el profesor EAE Business School, José Canseco . «Creo que lo más positivo sería sacar adelante la medida en uno o dos meses, cuando contemos con estadísticas sobre la marcha real de la economía», explica.
Desigualdades
El profesor de EAE reconoce que la subida del salario mínimo tendrá un impacto en el mercado laboral, porque «tirará para abajo el empleo y dejará sin trabajo a determinados colectivos». Pero también recuerda que «se avecina una fuerte inflación y hay que anticiparse a este periodo para que los hogares no sufran».
En esta misma línea se pronuncia Cermelli , que reclama «reducir las desigualdades». Eso sí, el profesor de Deusto considera que la vía para ello es «centrarse en crear más empleo» en lugar de acometer una nueva subida del salario mínimo.
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