Economía, la tómbola ministrable de Sánchez... a toda máquina

«Visto y no visto. Fugaz. Así ha sido el mandato del ya exministro de Economía Román Escolano»

AFP
María Jesús Pérez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Visto y no visto. Fugaz. Así ha sido el mandato del ya exministro de Economía Román Escolano . Decidió cambiar Luxemburgo por Madrid; su puesto de vicepresidente del BEI por ser el sustituto de Luis de Guindos al frente de dicha Cartera; y, su sueldo de más de 277.000 euros al año en el banco europeo por uno de 73.650 euros anuales en su sillón ministrable. El cargo le ha durado 85 días . Tal cual.

Cuando aterrizó en la madrileña calle del Paseo de la Castellana, 162, Escolano tenía claros los objetivos pendientes que tendría que resolver: preparar la postura española de cara a la reforma del euro que tratarán en Bruselas los ministros del Ecofin el próximo mes de junio ; retomar el testigo de la reforma de la ley hipotecaria –ya en trámite parlamentario–; elegir nuevo gobernador para el Banco de España –¡conseguido!, Pablo Hernández de Cos ; y ¡blindado!, tras su publicación en el BOE el mismo 1 de junio–; y, el nuevo esquema supervisor, con medidas de calado, como la división de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Además, quedaba pendiente de la era De Guindos la preocupación que existe en Europa por el retraso del Gobierno en acelerar la privatización de Bankia y resolver los pasos para una nueva fase de concentración de entidadades, bien a nivel local, bien a nivel transnacional, además de la salida de activos de la Sareb y las desinversiones pendientes del FROB.

Ahora, tras el éxito de la moción de censura, y con el consecuente traspaso de carteras tras el cambio de Gobierno, vendrán las rebajas. O, no –como siempre solía apostillar el ya expresidente Mariano Rajoy–. Y en el terreno económico, me temo que vienen curvas muy curvas . ¡Miedo me da quién será finalmente el sustituto de Escolano! Y dependiendo de quién elija Sánchez para una de las sillas más difíciles de gestionar podremos sospechar por dónde irán los tiros de la nueva política económica española.

Lo dicho. ¡Miedo me da! Porque además, las incongruencias del nuevo líder del Ejecutivo español son muy graves. Tienen tela que cortar. Por ejemplo, a 2 de abril de 2018, el presidente Pedro Sánchez –¡uf! me cuesta, me cuesta, y no sé si acabaré acostumbrándome...–decía que los Presupuestos Generales del Estado para 2018 «no son creíbles, atacan al Estado del Bienestar y no deficienden ni a las mujeres, ni a los trabajadores,ni a los parados, ni a los jóvenes. Si algo demuestran es que PP y Ciudadanos son lo mismo pero con distinto nombre». Oído cocina.

Pues bien. A 31 de mayo de 2018, Sánchez decidió hacer «suyas» las cuentas aprobadas por el Gobierno Rajoy –con los votos del propio PP, Cs, UPN, Foro Asturias, Coalición Canaria, Nueva Canarias más el «traidor» Partido Nacionalista Vasco (PNV)–. «Este no es nuestro Presupuesto, pero no lo vamos a retirar por responsabilidad de Estado ... Son coherentes con los recortes, la desigualdad y la precariedad». ¿Entonces? Pues hay más. Porque Sánchez, con la herencia de Gobierno, adquiere también el compromiso de cumplir con las exigencias de Bruselas sobre el déficit público, del 2,2% del PIB en 2018, y del 1,3%, en 2019. Y si precisamente tras la aprobación de las cuentas varias instituciones –desde la Comisión Europea hasta la Autoridad Fiscal (Airef)– han dudado ya de que se consiga cumplir con el objetivo de déficit, para lo que desde Europa se pedirán ajustes, témome que Sánchez, y su cacareada política social en vena, tampoco podrá cumplir. ¿O... sí? Difícil. Pues bien, con tal despropósito de disparidad de opinión sobre un mismo tema en tan poco tiempo, espero y deseo que el nuevo presidente del Gobierno sepa elegir con coherencia a la persona que tendrá que gestionar la economía del país. La cuestión es ¡quién! Y con el inconveniente de que tendrá que convencer a alguien para un cargo que no durará más de dos años.

Ahora que... ¡no será por nombres! Candidatos, como siempre que comienzan las quinielas, a mansalva, si bien se ha lanzado un mensaje interno dentro del partido en el que se destaca que en el cambio de Gobierno y nuevos ministrables hay que cuidar especialmente dos Ministerios: Economía y Hacienda , para no crear pánico en los mercados.

¿Un ministro afín a los mercados o uno de corte social? Lo lógico será encontrar a un candidato capaz de trabajar con un presupuesto heredado y que con sus declaraciones y decisiones no asuste ni a los inversores ni a Bruselas, y que aleje el fantasma del contagio italiano. España no es Grecia. Pero tampoco Italia, políticamente hablando. ¡Bueno, ni económicamente, no en vano somos la potencia europea que más crece en estos momentos! Así, Jordi Sevilla (Valencia, 1956) y David Vegara (Barcelona, 1966) suenan, y mucho, por lo que parecen tener bastantes papeletas en el sentido de dar confianza a los mercados.

Sevilla ya ha sido ministro (de Administraciones Públicas entre 2004 y 2007) y fue director de Gabinete del ministro de Economía y Hacienda (1993 y 1996). En 2015 y 2016, fue precisamente una de las personas de confianza de Pedro Sánchez, asesor del programa económico del PSOE, puesto al que renunció hace dos años cuando Sánchez dimitió al frente de los socialistas. Mientras, Vegara, que ha sonado estos días como candidato a número dos del Banco de España, es un economista con una dilatada trayectoria profesional y experiencia en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que le nombró secretario de Estado de Economía (lo fue durante 5 años), para irse después al FMI y desde 2012 ejercer como asesor del Fondo Europeo de Rescate.

El peligro vendrá –sí, sí, leen bien, «peligro» por la incertidumbre que podría crear, créanme– si se decide por su más fiel «escudero» económico. Porque Manuel Escudero (San Sebastián, 1946), ha sido en los últimos meses secretario de Área de Política Económica y Empleo de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. Un licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Deusto, máster en Economía Regional y con un doctorado por la London School of Economics al que muchos tachan –no hay más que escucharle– de estar más cerca de los planteamientos económicos de Podemos que de los socialistas.

Con afirmaciones como «hay que incentivar, motivar y hacer crecer el tamaño medio de la empresa y esto implica garantizar la inversión a largo plazo, lo que respalda la necesidad de una banca pública», «hay que aligerar gastos que no son propios del sistema de caja (pensiones), hay que pensar clarísimamente el recurso a los impuestos generales para mantener la suficiencia económica», «nuestra posición clarísima es derogar la reforma laboral de 2012»... Son de Escudero. ¿Quién de estos tres candidatos sería el elegido? Si está solo entre ellos, blanco y en botella. Hay que elegir certidumbre.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación