Diplomatic, calzado artesanal «made in Spain»

Un joven de 19 años fundó la firma que ya visten políticos como Esperanza Aguirre y el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana o modelos como Helen Svedin

MADRID Actualizado: Guardar
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Con tan solo 16 años, Rodrigo Fernández ya tenía varios cuadernos con ideas de negocio y con 19 años creó su propia empresa de calzado artesanal, Diplomatic, firma que ya visten políticos como Esperanza Aguirre y el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana o modelos como Helen Svedin.

Este joven emprendedor comenzó vendiendo en la oficina de su padre bajo cita previa a amigos, pero pronto se dio cuenta de que, a pesar de ser un mercado muy competitivo, ofreciendo una buena relación calidad-precio y un servicio cercano podría hacerse un hueco en el sector.

Durante 2016 la empresa creció un 230%. Ha ido creciendo con recursos propios y reinvirtiendo hasta el último euro en la compañía. Sobre la mesa tienen ofertas de varios grupos inversores nacionales interesados en inyectar capital.

«Consideramos que lo ideal es continuar como mínimo un año más sin recurrir al capital externo y en un futuro valoraremos opciones, pero sin perder nuestra forma de trabajar, la clave de nuestro pequeño éxito», dice.

Uno de los modelos de zapato elaborado por Diplomatc
Uno de los modelos de zapato elaborado por Diplomatc - ABC

Diplomatic fabrica zapatos artesanales durante todo el año y ediciones muy limitadas de espadrilles en verano que crean furor entre los más jóvenes en las redes sociales. La firma vende un 60% on line y el resto en tiendas físicas —está asociada con la marca Hutton y Bimani 13— pero ya trabaja en la apertura de una tienda propia en Madrid. Este empresario madrileño asegura que es muy difícil emprender en España, porque, afirma, hay muy pocas ayudas para iniciar proyectos. Se queja especialmente de que las ventajas fiscales son escasas y reclama que los empredededores participen en la elaboración de las leyes que les afectan. «Al final solo nosotros sabemos lo que nos hace falta», señala.

Cuando se le pregunta qué destaría del calzado que vende afirma que, sin duda, «la relación calidad-precio». «No es la primera vez que me planteo publicar en nuestra página web los costes de producción para que los clientes sean conscientes de lo que implica hacer productos de calidad en España. Y también para que vean que el margen de nuestro calzado es mucho más bajo del que se puedan imaginar». No quiere pasar por alto «la exclusividad de los diseños. En el caso de las espadrilles, hacemos ediciones de 250 unidades», insiste.

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