Los regalos de empresa se han convertido en una tradición navideña en los últimos años
Los regalos de empresa se han convertido en una tradición navideña en los últimos años - ABC

La delgada línea entre el regalo de empresa y el soborno

Múltiples compañías realizan diversos obsequios durante estas fechas; otras limitan a sus empleados los que pueden recibir

Madrid Actualizado: Guardar
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Los regalos de empresa se han convertido en los últimos años en una tradición navideña a la altura de cenas y girnaldas. Se trata de una buena oportunidad para agradecer los servicios de un determinado proveedor y afianzar una relación comercial. Pero, realmente, ¿son legales este tipo de presentes?

Depende. No es lo mismo una cesta que un viaje a las Bahamas. Sin embargo, la diferencia no está en la cuantía del regalo, sino en el efecto que puede provocar en el cliente, proveedor o trabajador que lo recibe.

En 2015, el Código Penal estableció que su Sección 4.ª del Capítulo XI del Título XIII del Libro II pasaría a denominarse «Delitos de corrupción en los negocios» y comprendería los artículos 286 bis a 286 quarter.

Desde entonces existe este término, que hace referencias a prácticas como los regalos fraudulentos de empresa, y se tipifica como delito grave.

Según el Código Penal español, un regalo de empresa es ilegal cuando, con él, se condiciona la decisión de un cliente, o un proveedor. Es decir, si con una cesta de Navidad se está logrando un privilegio, tanto el que envía la cesta como el que la reciben están incurriendo en un delito. Y además grave.

El Código Penal es tajante. En el artículo 286 bis establece que «el directivo, administrador, empleado o colaborador de una empresa mercantil o de una sociedad que, por sí o por persona interpuesta, reciba, solicite o acepte un beneficio o ventaja no justificados de cualquier naturaleza, para sí o para un tercero, como contraprestación para favorecer indebidamente a otro en la adquisición o venta de mercancías, o en la contratación de servicios o en las relaciones comerciales, será castigado con la pena de prisión de seis meses a cuatro años, inhabilitación especial para el ejercicio de industria o comercio por tiempo de uno a seis años y multa del tanto al triple del valor del beneficio o ventaja».

El problema está en determinar si se han producido este tipo de presiones. Y es que si se regala un viaje a Bahamas a un amigo de otra empresa sin ningún tipo de pretensión, este no sería ilegal. Aunque claro, es difícil creer que un directivo o una empresa pueden realizar este tipo de obsequio sin esperar algo a cambio.

Las cestas de Navidad, un derecho del trabajador

Para controlar estas prácticas, cada vez son más las empresas que limitan los regalos que reciben sus empleados. Una de las prácticas más utilizada por las grandes compañías es limitar la cuantía de los presentes que llegan a la oficina. Si superan una cifra concreta deben ser rechazados. De esta forma se pretende mantener cierta independencia entre los directivos y trabajadores y evitar tratos de favor hacia determinados «lobbies».

Eso sí, las cestas de Navidad de la propia empresa son «sagradas». Tanto que son un derecho del trabajador. Así lo ha considerado recientemente el Tribunal Supremo, que estableció en una sentencia fechada en abril y publicada el pasado viernes que este tipo de regalo constituye un derecho adquirido del trabajador que debe ser mantenido en el tiempo.

En concreto, la disputa se originó cuando los trabajadores de una compañía «perdieron» su cesta de Navidad cuando la empresa se fusionó con otra. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias avaló dicha supresión, pero tras un recurso de Comisiones Obreras el Supremo ha analizado de nuevo el caso y ha terminado dándole la razón a los trabajadores. El Alto Tribunal considera que la fusión de estas compañías no altera la naturaleza del beneficio.

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