«Crear impuestos para pagar las pensiones es un parche»

Entrevista con Jaime Malet, presidente de la Cámara Comercio de Estados Unidos

Malet, en un momento de la entrevista con ABC Isabel Permuy

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La Cámara de Comercio de Estados Unidos lleva más de cien años en España, pero la sucesión de acontecimientos acaecidos en el último mes en nuestro país, hacen saltar de la silla incluso a su presidente. «¡En este país nunca te aburres!» , bromea Jaime Malet (Barcelona, 1964). Al frente de una agrupación que engloba a las multinacionales americanas en nuestro país, Malet tiene una visión privilegiada de las perspectivas del mercado laboral, sobre el que departirá hoy en la III Edición de la semana del Instituto Atlántico de Gobierno. Cree que la creación de impuestos para pagar el alza de las pensiones que planea elPSOE no es una solución y exhibe temor ante la deriva independentista de la Generalitat.

—¿Qué piensa de la posible marcha atrás de la reforma laboral o del anuncio de impuestos para pagar las pensiones a la banca o a las tecnológicas?

–Hay temas que se van a anunciar pero que son difíciles de cambiar porque la mayoría del Gobierno en el Congreso es muy exigua. Con 84 escaños el PSOE y 137 del PP es muy difícil hacer reformas de calado: por mucho que se anuncien medidas muchas no se van a aplicar. En cuanto a la tributación, soy contrario de solucionar los problemas con más impuestos. El tema de las pensiones va a ser cada vez más problemático porque España tiene uno de los índices de natalidad más bajos del mundo y una de las esperanzas de vida más altas. La única forma de solucionar la tensión de las pensiones es subiendo drásticamente la edad de jubilación y todo lo demás son parches.

–¿Cómo juzga los primeros pasos del Gobierno?

–Es un Gobierno que va a poder hacer pocas cosas pero que puede contribuir a mejorar la imagen que se tiene de España. Me gusta mucho que se nombre a un equipo de personas preparadas y que haya once mujeres y seis hombres. Todo se va a decidir en unas elecciones de las que saldrá un Gobierno para un periodo más largo y donde sí puede haber reformas de calado.

–¿El Gobierno debe mejorar la imagen de España tras el «procés»?

–Es fundamental reforzar la imagen de España en el exterior y quitar argumentos a los enemigos de España. No digo que el anterior Gobierno lo hiciera mal, pero de alguna forma se había enquistado una idea de España por la enorme propaganda que se había hecho por los nacionalistas en el exterior, que con el nuevo Gobierno está cambiando.

–¿Teme los gestos del nuevo Gobierno hacia la Generalitat: el levantamiento del 155, la suavización del control económico o algún guiño en autogobierno y deuda?

–Me cuesta ver estas cuestiones desde un punto de vista objetivo. Pienso que todo lo que lleve a un diálogo más directo está bien, pero dudo mucho de la lealtad de los partidos que gobiernan Cataluña. Porque no la ha habido. Cualquier ventaja que obtengan no van a tenerla en cuenta para relajar la situación y destensar a la población. Van a utilizar todo gesto del Gobierno para vender que ellos han ganado, pese a haber perdido. Hay que tener en cuenta esto antes de ofrecerles nada.

–Las empresas siguen marchándose, también con la Generalitat de Torrá.

–Es muy difícil tranquilizar a las empresas con palabras: se necesitan hechos. Y las declaraciones y los intentos de seguir con esta ficción no calman a las empresas. Están tranquilas porque España ha encarado dos test de estrés muy importantes en los últimos diez años: uno ha sido económico, la crisis financiera que destrozó el tejido productivo y generó un paro brutal, y eso se ha superado. Desde hace cuatro años ha venido otro test, mucho más complicado, que es institucional. ¿Puede un país vivir con una crisis que ha afectado a la gobernabilidad, a la Corona, al principal partido de gobierno con corrupción, a las principales comunidades y un intento de secesión de una de las regiones más ricas? Parece que sí. Con estas dos crisis el país va a salir más reforzado. Si hubiera otro intento de ruptura que ponga en riesgo ese planteamiento en la mente de algunos que toman decisiones, las empresas volverán a salir en estampida. Cataluña perdió un 37% de inversión extranjera el año pasado, cedió pernoctaciones, perdió imagen... y si las empresas han cambiado su sede social y no se han ido en polvorosa directamente es por la confianza en el Estado de Derecho.

–¿Cómo se puede revertir la situación?

–No se si hay capacidad desde la Generalitat para retomar la senda de la lealtad y estabilidad. Veo la televisión catalana y la imagen de España es negativa para soliviantar a los catalanes por parte de las instituciones; esta idea, que hay que movilizar a la calle desde el poder, es muy peligrosa. Eso es lo que hacen los dictadores: a la calle se le moviliza desde la oposición, no desde el poder. Es lo que hacía Franco y por desgracia lo que ha hecho la Generalitat en los últimos cuatro años.

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