«Las cifras apuntan a una recesión en los próximos nueve meses»

Simon Ward, economista jefe de Janus Henderson Investors, vaticina que, con una recuperación anémica, bastarán las políticas monetarias más duras para que la economía mundial sufra

Simon Ward, economista jefe de Janus Henderson Investors ABC

REGINA R. WEBB

«Más pesimista que nunca». Así se confesó Simon Ward, economista jefe de la gestora internacional Janus Henderson, sobre el devenir que vaticina para la economía mundial en el próximo año. Ward se enfrenta a los datos aséptico y objetivo, con la misma frialdad que desprende su personalidad. Y estos –concretamente su análisis de las fluctuaciones en la masa monetaria– adelantan una desaceleración en 2019.

¿Qué factores explican la caída en la oferta monetaria?

La confianza del consumidor y de las empresas está cayendo. Así se desprende de la desaceleración en la masa monetaria que estamos viendo, consecuencia de las políticas monetarias más restrictivas, así como un repunte de la inflación. El alza de los precios lleva un tiempo estancado por la caída del crudo, pero su impacto ya se ha revertido. Al final, es un apretón a los presupuestos de las familias y, en consecuencia, a su capacidad de gasto. En comparación con hace dos años, cuando había incluso deflación, el repunte de los precios es un catalizador negativo para la confianza y el gasto futuro.

Si entramos en una recesión, el inversor querrá estar mejor en sectores defensivos que cíclicos

¿Cuál podría ser el desencadenante de la próxima recesión?

Hay riesgo de que ciertos países se encuentren con problemas de financiación de nuevo. Y me es muy difícil ver cómo el Banco Central Europeo podría reactivar el QE en la próxima crisis. Lo cierto es que no tengo muy claro que la economía necesite un desencadenante adicional. La política monetaria a nivel global se ha endurecido significativamente en los últimos 12 meses. No me refiero solo a las subidas de tipos en Estados Unidos. Aunque en China se han mantenido igual, han frenado el crecimiento del crédito de manera notable, así como su política fiscal. En la zona euro y Japón se ha reducido la inyección de liquidez. Así que puede que baste con este ajuste para desencadenar la próxima recesión. Lo que es bastante deprimente, teniendo en cuenta que los tipos de interés siguen estando tan bajos. Claro que esta recuperación ha sido anémica, en términos históricos. Así que igual no debería sorprender que un ajuste mínimo en la política monetaria ponga fin a esta etapa de mejora.

¿Qué consecuencias tendría?

Las cifras ya señalan una desaceleración en Francia, España y Alemania. Sorprendentemente, Italia resiste bastante bien. Lo que digo es que es un cambio sincronizado. No hay ninguna economía más vulnerable, de momento. Si hay una recesión, no creo que sea tan fuerte como en 2009. El telón de fondo global para la zona euro no sería tan negativo. Si las autoridades estadounidenses y chinas respondiesen con agilidad –lo que reduciría aún más la severidad de la recesión– entonces la recuperación podría ser bastante rápida.

¿Hay medidas que se puedan tomar para evitar esa recesión?

Mi análisis monetario me indica que va a haber una desaceleración económica en los próximos nueve meses. Hagan lo hagan los bancos centrales, no lo podrán evitar. Más allá de ese periodo, no está todo escrito. Si frenaran sus políticas más restrictivas, eso podría prevenir esta recesión que vaticino. Dicho lo cual, no creo que lo hagan. Lo más probable es que cometan un error. Powell está bajo presión para demostrar que no es el caniche de Trump, por lo que se inclinará más hacia cuatro subidas de tipos este año que las tres que se descuentan en estos momentos. En China también hay nuevo gobernador del Banco Central. La principal prioridad es reducir la especulación financiera, así como un crecimiento excesivo del crédito. Por lo que también creo que serán lentos en responder a señales de debilidad. Verdaderamente creen que la economía global está operando con todos los motores a plena potencia. Va a hacer falta mucho para convencerles de lo contrario.

La inflación es un apretón para los presupuestos de las familias y, por lo tanto, para su capacidad de gasto

¿Qué consejo daría a los inversores?

Un mensaje importante es determinar en qué parte del mercado quiere estar invertido. Los sectores cíclicos (materiales, industriales, consumo discrecional, financieras y tecnologías de la información) lo han hecho muy bien en los últimos 18 meses, mientras los más defensivos (energía, consumo básico, telecomunicaciones, salud) se han quedado atrás. Eso es normal en una fase alcista del ciclo, pero si está de acuerdo con mi defensa de que estamos en una fase de desaceleración, entonces preferirá estar en defensivos. De hecho, algunas valoraciones en dichos sectores parecen modestas.

La masa monetaria como síntoma

La masa monetaria (depósitos, cuentas de ahorro, etc.) hace las veces de indicador adelantado. «Porque si los hogares o las compañías van a incrementar su gasto, lo primero que hacen es mover sus activos a liquidez, por lo que hay un repunte de la masa monetaria», explica el economista. Y los datos recientes muestran justo lo contrario: una caída significativa en Francia, Alemania y, sobre todo, España. ¿Las razones? «Es solo una suposición, pero las tensiones en Cataluña habrán impactado en la confianza empresarial», señala.

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