El bonus de empresa: cumplir un sueño

Para retener a sus empleados, hay compañías en EE.UU. que les permiten hacer realidad sus deseos o participar en experiencias soñadas

Una de las experiencias más solicitadas son los viajes de aventuras ABC

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Leo Madris es un joven de Brooklyn que trabaja en Lindsey Adelman, una firma de diseño de lámparas e iluminación. Pero su pasión es la música -ha pertenecido a varias bandas- y el arte. Para su compañía, Leo es un activo del que no quiere desprenderse. En una sociedad donde las experiencias ganan valor para determinado tipo de profesionales , a veces el salario no es suficiente para tener contento a un empleado . Lindsey Adelman lo sabe y financia que sus trabajadores -si son a tiempo completo y llevan al menos un año en la empresa- se realicen fuera de la oficina.

«Un año estuve una semana en Londres, en un estudio grabando canciones para mí. En otra ocasión, fue un taller de fotografía», cuenta Leo, que ya no puede disfrutar de estos regalos porque trabaja a tiempo parcial tras inscribirse en un master en Bellas Artes. Los empleados proponen, si quieren, una actividad al año, que la compañía financia con dinero, 2.500 dólares, y tiempo, una semana de vacaciones pagadas . «Tiene que ser algo que fomente tu creatividad, o que te enseñe algo», dice Leo, que en una ocasión se planteó pasar una semana en España, en el taller de un luthier de guitarras flamencas, pero lo desechó por el alto coste. «Otros compañeros han aprendido a construir tocadiscos, a trabajar con tubos de neón…».

Lindsey Adelman no es una excepción. «Creemos que la gente que tiene una vida interesante hace después un trabajo interesante», ha asegurado recientemente Dale Bornstein, consejero delegado de la agencia de comunicación M Booth, a ‘The New York Post’. «Por eso invertimos en ayudar a nuestros colegas a vivir experiencias y aventuras que abran sus mentes y sus corazones”.

Uno de sus empleados, por ejemplo, cumplió su sueño de cubrir la distancia entre su casa en Brooklyn y las cataratas del Niágara en bicicleta, acampando entre etapas. Cada año, la compañía elige una propuesta de uno de sus empleados y la financia.

Otras firmas han desarrollado programas similares. Acceleration Partners, una agencia de marketing, permite que diez empleados cumplan cada año el sueño de su vida. Los trabajadores mandan propuestas sobre qué les haría sentirse realizados fuera del trabajo y un comité selecciona las más interesantes. Los resultados son muy variados: la firma contrató a un investigador especial para encontrar al hermano perdido de una de sus empleadas; consiguió que otra diera una charla en el MIT , su gran objetivo vital; pagó clases de conducción de carreras a otro colega; o costeó desde saltos en avioneta a viajes a Copenhague.

El beneficio para la empresa no es solo tener trabajadores contentos, sino evitar que se vayan con otros. Stericycle Communications Solutions, una empresa de atención telefónica que se veía forzada a renovar al 95% de su plantilla cada año, consiguió reducir ese porcentaje en pocos meses al 30% tras desarrollar un programa de incentivos personales llamado ‘Dream On’ (‘Sigue soñando’). Schweiger Dermatology Group hizo algo similar en sus oficinas de Nueva York, donde rebajó la renovación de sus trabajadores del 60% al 19% con regalos y experiencias que van más allá del bonus: desde un viaje a Filipinas para ver por última vez a la abuela hasta un colchón especial para un empleado que había pasado por una operación de espalda.

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