José María Roldán, presidente de AEB, en un reciente acto organizado por ABC
José María Roldán, presidente de AEB, en un reciente acto organizado por ABC - MAYA BALANYA

La banca no logra compensar la caída de ingresos con más comisiones

La facturación por tasas de servicios crece ya al 7%, pero el margen de intereses y los resultados por operaciones lo siguen haciendo al 3%

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La banca española sigue viendo cómo sus ingresos de la actividad crediticia menguan por la presión de la política monetaria de tipos cero y negativos y la debilidad de la demanda. Para amortiguar la caída del margen neto de negocio y en definitiva de la rentabilidad, las entidades llevan años tomando medidas como ajustar gastos y, cada vez más, recurrir a un mayor cobro de comisiones. Sin embargo, el aumento de la facturación por comisiones no compensa aún la caída del margen de intereses y de los resultados por operaciones financieras (ROF).

Entre enero y marzo de este año el sector ingresó 2.913 millones de euros en comisiones netas, un 6,9% más que en igual periodo de 2016, según datos del Banco de España.

Además, desde 2013, cuando los ingresos por este concepto tocaron fondo y repuntaron por primera vez desde 2007, y hasta el cierre de 2016, crecieron un 1,2%.

El problema para las cuentas de los bancos es que ese repunte no ha cubierto el fuerte descenso de los ingresos procedentes del margen de intermediación y los no recurrentes. En esos tres años, el margen de intereses —diferencia entre los que los bancos cobran por el crédito y la remuneración que pagan por los depósitos— se redujo un 9,4%, a 24.296 millones. Y aunque esa caída se ha ido moderando, en el primer trimestre de este año esos ingresos aún retrocedían al 3,2%. A ello hay que sumar que los resultados por operaciones financieras, como la compraventa de deuda pública, han caído un 26,5% desde 2013 y un 3% en el primer trimestre.

Aunque ya se observa un repunte de los precios del crédito al consumo, el Euribor continúa en tasas negativas, lastrando la rentabilidad de las carteras hipotecarias, que en España tienen un peso bastante alto.

Ese margen de intermediación del crédito es la principal fuente de ingresos de la banca europea, pero lo es aún más en el caso de la española, ya que es un modelo de negocio orientado casi en exclusiva a un cliente minorista y de bajas comisiones. Así, mientras en España el margen de intereses supone el 65% de los ingresos de explotación, como en el caso de Alemania, ese peso se reduce al 56% en la banca italiana, al 54% en la británica y al 51% en la francesa, según BBVA Research.

En esos países los ingresos por comisiones tienen en cambio una mayor relevancia, del 26% de la facturación total en Reino Unido, el 27% en Alemania y del 33% en Francia e Italia. Y esto no es baladí: una cuenta más dependiente de las comisiones ha demostrado durante la crisis ser más resistente que otra donde todo el peso recae en el margen de intermediación y, por tanto, excesivamente expuesta tanto a la demanda crediticia como a la volatilidad de los tipos de interés.

«La escasa relevancia de las comisiones por servicios de cobros y pagos refleja la política tradicional de las entidades españolas de obtener sus ingresos principalmente a través del margen de intereses, estrategia que incluso se intensificó desde mediados de la década de 2000 y que tan solo ha revertido ligeramente en los dos últimos años», explica el Banco de España en un reciente análisis sobre el margen de intereses de las entidades del país.

La tendencia de los bancos españoles está siendo ahora la de acabar con esa tradicional política de comisiones cero y potenciar los servicios que les permitan cobrar tasas a los clientes. Mientras que hasta ahora era habitual que la ausencia de comisiones se ocultase ofreciendo depósitos con menores rentabilidades o créditos más caros, ahora empiezan a cobrar directamente por esas comisiones.

Una estrategia seguida por la mayoría de bancos ha sido la de eliminar las comisiones solo a aquellos clientes más vinculados o con una mayor operativa. En general, ya solo permiten tener una cuenta corriente sin comisiones a cambio de domiciliar la nómina o la pensión y algunos recibos.

El propio supervisor bancario nacional ha instado a las entidades a potenciar esta fuente de ingresos ante la debilidad del margen de intereses y como fórmula para mejorar su rentabilidad. Y la industria es consciente de ello. «El cliente tendrá que acostumbrarse a pagar de manera explícita por aquellos servicios que antes pagaba de manera menos transparente», dijo en 2016 el presidente de la AEB, José María Roldán, a raíz de la polémica sobre la nueva comisión en los cajeros. «No obstante, como parecen mostrar los datos recientes, las presiones competitivas para evitar subidas de comisiones pueden ser significativas, al menos a corto plazo, debido a la falta de tradición en remunerar los servicios de pago a través de esta vía», augura el Banco de España que también apunta a que la digitalización de los servicios y la aparición de las compañías digitales de finanzas («fintech») pueden frenar o reducir el cobro por estos servicios.

De hecho, los resultados de la banca evidencian una reducción de las comisiones por cobros y pagos, como transferencias bancarias y uso de tarjetas. Por esta vía las entidades han pasado de facturar casi 5.130 millones en 2012 a 3.838 millones el año pasado, un 25% menos. En su lugar, han incrementado notablemente su facturación por comisiones derivadas de la comercialización de productos fuera de balance como fondos de inversión y seguros, que dejan más margen. Por esta vía el sector ha elevado en esos mismos cuatro años un 50% sus ingresos, de 2.926 a 4.388 millones.

Así, mientras en 2012 las comisiones por cobros y pagos suponían el 37% del total de comisiones percibidas, ahora son el 28%, y el peso de aquellas por venta de productos ha pasado del 21% al 33%.

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