Vista del acceso a la oficina de empleo alemana en Hannover (Alemania)
Vista del acceso a la oficina de empleo alemana en Hannover (Alemania) - EFE

Alemania, empleos como salchichas

La cifra de parados del país europeo queda en 2,66 millones, la cifra más baja de un mes de mayo de los últimos 25 años, según ha confirmado esta mañana la Agencia Federal de Empleo

Corresponsal en Berlin Actualizado: Guardar
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El número de parados en Alemania cayó este mes de mayo en otras 80.000 personas respecto a abril. La cifra queda en 2,66 millones de parados, la cifra más baja de un mes de mayo de los últimos 25 años, según ha confirmado esta mañana la Agencia Federal de Empleo. En comparación con el año anterior se registraron 98.000 desempleados menos y la tasa de paro desciende en 0,3 puntos, hasta el 6,0%.

«En conjunto el mercado laboral sigue evolucionando de forma positiva», explica el director de la agencia, Frank-Jürgen Weise, que subraya que, a pesar de que la contratación ha aumentado con fuerza, también la demanda de trabajadores sigue en ascenso, especialmente en los sectores de la construcción y la hostelería.

Ya que Alemania sigue creando empleos con la misma facilidad con la que hace salchichas, cabe preguntarse por la receta. Mucho se ha hablado de la moderación salarial, los planes de reducción de jornada subvencionados y los celebérrimos minijobs con lo que el gobierno Merkel logró surcar las aguas tormentosas de la crisis a partir de 2008, pero la actual estrategia está más bien cimentada sobre la dualidad extendida en su modelo laboral de contratos temporales e indefinidos. Según datos del Ministerio de Trabajo, 1,5 millones de trabajadores están sujetos a contratos a tiempo parcial de gran nivel de flexibilidad.

Un ingrediente nuevo en la receta es la potenciación del sector servicios, tradicionalmente en segundo plano tras la todopoderosa industria alamana, así como el proceso de digitalización, impulsado desde la estatal Agenda 2020, pero que todavía deja bastante que desear en comparación con los estándares globales. Y la proteína de este plato combinado la aporta sin duda la inmigración. El flujo de trabajadores que llegan desde países de Europa del Este, incluyendo Rumania, Bulgaria y Croacia, sumado a ciudadanos de las naciones más afectadas por la crisis de la zona euro, como Grecia, Portugal y España y a los refugiados que paulatinamente se van subiendo al carro del mercado laboral, componen una fuerza imparable que aglutina ya a 43,36 millones de trabajadores. 544.000 más que el año anterior.

Y Alemania no parará ahí, por lo visto. La demanda de nuevos trabajadores sigue creciendo y número de vacantes aumentó en mayo en 98.000, hasta las 655.000, respecto a hace un año. Solo queda «emplatar» en un esquema de condiciones económicas lo más favorables posible y sentarse a disfrutar de los ingresos récord del Estado gracias a las cotizaciones de este trabajo masivo.

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